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Ya es local

BUENOS AIRES -- El romance entre Carlos Moya y el público argentino comenzó en 1995, cuando el español ganó su primer ATP en Buenos Aires, y a partir de ese momento, se convirtió en uno de los favoritos del público, que lo adoptó como propio.

Nacido en Palma de Mallorca, Moya pertenece a la generación que ubicó al tenis español en un lugar privilegiado, junto con Álex Corretja y Juan Carlos Ferrero.

Su derecha es considerada una de las mejores del circuito, a pesar que ya lleva más de 10 años en el circuito profesional. Su físico fue siempre uno de sus fuertes y sus drops, prodigiosos.

Su padre le regaló la primera raqueta a los 6 años, el día de su cumpleaños, y ahí comenzó la historia.

Su carrera profesional comienza en 1994, y al año siguiente gana su primer torneo ATP, en Buenos Aires. Y lo que siguió fue un camino ascendente en el ránking del circuito.

En 1996 se mete dentro de los 20 primeros del mundo y hace el debut para su país en la Copa Davis, que lo tendría siempre como una de las figuras del equipo. Al año siguiente llega a la final del Australian Open y termina la temporada como Top 10.

Lo mejor estaba por venir. Ya en boca de todos los especialistas y fanáticos, en 1998 derrota en la final de Roland Garros a su compatriota Álex Corretja y gana por primera vez un Grand Slam. Pero para confirmar su gran momento, logra también su primer Masters Series en Monte Carlo.

Todos estos logros se terminaban de manifestar en el ránking, cuando en 1999, asiciende al primer puesto de la ATP, la primera vez que un tenista español lo conseguía. El mundo hablaba de Carlos Moya.

En el 2000 iban aparecer las lesiones que le iban impedir participar en grandes torneos y alejarlo del puesto 1. Logra en 2001 el séptimo título de su carrera en Umag y finaliza el año entre los Top 20.

Pero el español no se iba a conformar. Había sido el mejor del ránking e iba a intentar lograrlo de nuevo. Repite en 2002 Umag y gana también en Acapulco, Bastad y Cincinnati. Y claro, regresa a la lista de los 10 mejores.

Y el comienzo de la temporada siguiente lo iba a tener volviendo a su primer amor, el ATP de Buenos Aires, y a ganarlo de nuevo.

La Copa Davis siempre había sido una de sus prioridades. Jugar en equipo era algo que el mallorquín siempre había defendido. Y en 2004 pudo obtenerla. España se rendía a sus pies.

Al poco tiempo ganó su tercer Masters Series en Roma y se convirtió en el único tenista del año en conseguir 20 victorias sobre polvo de ladrillo. Moya jugaba al tenis, disfrutaba y hacer disfrutar.

Al año siguiente, debido a una serie de lesiones en el hombro decide descansar y cuidarse. Pero sólo por un tiempo. En 2006 obtiene nuevamente el torneo en la ciudad porteña y es el único jugador en ganarlo tres veces.

A pesar de su gran experiencia y de competir con jugadores mucho más jóvenes que él, Carlos Moya, en 2007, termina dentro de los Top 20 del ránking como el tenista con más edad.

En los meses que siguieron capturó marcas de 15-12 en canchas duras y 13-11 sobre polvo de ladrillo.

Este año una operación lo dejó afuera del circuito pero espera regresar en 2010 como 52° en ránking protegido. Pero antes se presentará ante el público que lo vió ganar por primera vez y lo ovaciona siempre que Carlos Moya juega en el Lawn Tennis Club.