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Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

Reputaciones y privilegios
Mientras John Millman se abría paso en su Brisbane natal ante Rhyne Williams, Roger Federer atestaba de público una de las canchas auxiliares durante una sesión de entrenamiento. "Igual hubo gente en mi partido. Como unas cuatro personas...", bromeaba el australiano tras el triunfo por 6-3 y 6-1. La victoria lo clasificaba, justamente, para medirse con el suizo en segunda rueda, en un contexto que ya era especial para él: la vuelta a un ATP, y en casa, tras una lesión en el hombro que lo había marginado por casi un año.

El escenario podía asumirse premio suficiente. Pero ya en la previa marcaba territorio: "Voy a salir a ganar el partido, a luchar cada punto hasta el último. Federer, todos lo sabemos, es uno de los más grandes de todos los tiempos. Tal vez el mejor. Como persona no lo conozco, pero uno solo escucha buenas cosas sobre él. Y ha hecho mucho por nuestro deporte. Dicho esto: en tanto empieza a jugarse el primer punto, todo eso desaparece. Cuando juegas contra la reputación de tu rival y no contra la persona que tienes enfrente, pierdes antes de empezar".

Lo que siguió fue un principio de batacazo (set y break de ventaja), desactivado a tiempo por el N°2 del mundo. "No me podía permitir salir intimidado -retomó Millman-. Es muy fácil caer en eso, pero hay que tener confianza en uno mismo. Creo que alguien como Roger apreciaría eso". Federer devolvió la pared: "John fue el más consistente de los dos en cancha. Me dejó una muy buena impresión. Gran competidor, gran actitud. Dominó desde el fondo, se movió bien. En varios aspectos mereció ganar".

Millman también se mostró sensibilizado por la otra historia que acompañó su duelo ante Federer. El del camino de vuelta y las manos de ayuda: "Así como fue un incentivo enfrentar a Roger, fue más que un honor jugar frente a la gente que hizo tanto para que yo pudiera estar de nuevo en una cancha. El médico que me operó estaba en mi banco. Mi preparador físico, mi entrenador, mis amigos, mi familia. Mi hermana compró como 50 tickets. Esa gente me levantó y me trajo de regreso hasta aquí. Ese es el mayor privilegio que puedo tener. Y demostrarles que el esfuerzo que hicieron no fue una pérdida de tiempo. Cada vez que entre a una cancha en el futuro, será básicamente por ellos, para devolver todo lo que hicieron por mí".

Problemas de pasaporte
Aljaz Bedene vivió su mejor semana a nivel ATP, con buenas victorias en Chennai y el acceso a su primera final en el circuito. Pero mientras el nacido en Eslovenia avanzaba en las pistas indias, la ITF lo hacía retroceder en otro laberinto...

Residente desde 2008 en Inglaterra, Bedene decidió gestionar el último año la ciudadanía británica, postulándose de inmediato para el equipo de Copa Davis y dando pie a una fuerte polémica a su alrededor.

El jugador pensaba finalizar los trámites en febrero, quedando disponible para la convocatoria ante Estados Unidos, en los primeros días de marzo. Pero la nueva reglamentación ITF, que impide cambios de nacionalidad en torneos por equipos, y entró en vigencia desde el 1° de enero, alteró el proceso.

"Tuve que apurarme con el examen de inglés y otras presentaciones, pero confío en que va a resolverse. Los papeles los entregué en tiempo y forma", aseguraba el jugador durante la semana.

Sin embargo, en ITF negaron haber recibido la documentación correspondiente: "El 31 vencía el plazo y hasta entonces no nos llegó ninguna solicitud con respecto a su situación en la competencia", expuso un vocero de la entidad, según cita el Daily Mail. Continuará...

Polémica evitable
"Llegar al Top 50 de acá a unos meses me parece una posibilidad muy cercana. Igual ese no es un objetivo para mí. No tiene sentido practicar un deporte si no es para ser el N°1". La firma detrás de la ambiciosa sentencia le corresponde a Borna Coric (90°), una de las jóvenes promesas del circuito, que ya sabe lo que es vencer a Rafael Nadal. Durante el ATP de Chennai, el croata de 18 años charló con el Times of India y pronto dos de sus declaraciones tomaron una dimensión inusitada.

La primera, algo provocadora: "Cuando estoy en mi mejor día, soy como Djokovic. Cuando no, más como Murray". La segunda, ya decididamente desafiante: "Soy el mejor de mi generación". De esta última se valieron agencias y portales de todo el mundo para encabezar sus dichos, sin tener en cuenta que al comienzo de la frase descansaba un "hoy por hoy", que solo le buscaba dar contexto a su crecimiento personal.

Lo cierto es que la difusión del titular distorsionado alcanzó para sumar nuevas voces a la polémica en cuestión de horas. Desde Australia, el otro Sub 20 que tiene el Top 100, Nick Kyrgios, contestó con crudeza: "Me hicieron reír las declaraciones de Coric. Tuvo un par de buenos resultados y ya se cree Djokovic. Le puede jugar en contra pensar de esa manera".

Ante semejante revuelo, entonces, el croata publicó un descargo en su cuenta de Facebook: "Me gustaría aclarar algunas cosas, porque se malinterpretó todo lo que dije. Tengo la suerte de ser contemporáneo a un grupo de jugadores super talentosos, junto a quienes definitivamente nos hemos ido forzando a mejorar con el correr de los años. Tenemos una sana rivalidad. En este momento específico, soy el que mayor ranking tiene. Pero todos sabemos que en el tenis eso puede cambiar en una semana. Tengo respeto por todos ellos. Segundo: mi comparación con Djokovic y Murray se sacó de contexto. Lo que quise decir fue que, naturalmente, soy un jugador más defensivo. En orden de mejorar, necesito trabajar más en mi agresividad y por eso usé esos ejemplos".

Semanas de desarrollo por Oriente
Organizar torneos debería ser, directa o indirectamente, una inversión en cuanto a lo deportivo para cualquier país. Incluso para los de tercer o cuarto orden, como Nueva Zelanda. En el caso de los oceánicos, esta parte del año es vital para sembrar aunque no siempre se vean los frutos. Esta vez, vivieron varias cosas que suenan irrelevantes para las potencias pero que en otros casos llega a los titulares de los diarios.

Por un lado, Artem Sitak, integrante del equipo "kiwi" de Copa Davis, se ganó el derecho de enfrentar a Rafael Nadal. Sin invitaciones ni cuestiones afortunadas, el número 67º del mundo en dobles tuvo enfrente al español en Doha. En pareja con Benjamin Becker, habían ganado en primera ronda antes de ceder ante el manacorí y el argentino Juan Mónaco, que terminaron siendo campeones. Sin jugadores dentro de los 400 en singles, ya se asume que el tenis de Nueva Zelanda encara con esmero el juego de duplas, donde cuentan con dos en el Top 70.

Pero hubo más: luego de la temprana derrota del propio Nadal en singles, la organización del ATP de Auckland fue por la figura: no demoró en acercarle una invitación, vía email, al representante del número 3 del mundo para que llegue con más ritmo al Abierto de Australia. Y atrás, casi en simultáneo, llegó el ofrecimiento de Sídney. Más allá de la negativa del ibérico, la no noticia movió estanterías: "Aunque estamos decepcionados, estoy muy orgulloso de nuestros esfuerzos durante las últimas 36 horas", dijo Karl Budge, Director del ATP neocelandés. "Presentamos un caso excepcional en Rafa, por eso me gustaría dar las gracias al área de Turismo, Eventos y Desarrollo Económico de Auckland por todo su apoyo. Es una gran señal de hasta qué punto se ha crecido. Creemos que ahora estamos en una posición en la que este tipo de jugadores son una posibilidad real. Seguimos siendo optimistas de perseguir a estos jugadores para 2016."

Asuntos pendientes
Tras repetir semifinales en Australia y Roland Garros y escalar al duelo decisivo en Wimbledon, Eugenie Bouchard tuvo un US Open complicado, llegando a los tumbos a octavos de final y cediendo en sets corridos ante Ekaterina Makarova. Acto seguido, se bajó del debutante WTA de Hong Kong, acusando necesidad de descanso bajo estricto consejo de su cuerpo médico.

Pero lo que parecía un rearmado de rutina derivó, con el correr de las semanas, en un insólito ida y vuelta entre la Asociación de Hong Kong (HKTA) y la WTA, con capítulos que extendieron su desenlace hasta 2015.

¿Qué pasó? Primero, el presidente de la HKTA, Herbert Chow, aseguró estar "desencantado" con la ausencia de Bocuhard "por no honrar su compromiso". "Simplemente está cansada y por eso no viene", disparaba por entonces en diálogo con el South China Morning Post. Y oponía: "Nos alegra que Shuai Peng [semifinalista en Nueva York] sí visite el torneo, aun cuando también desertó del cuadro. Eso demuestra su espíritu deportivo".

En silencio, la WTA recogió el guante: carta a la Federación informando una multa de 10 mil dólares por "cuestionar la integridad de la jugadora y poner en riesgo su reputación, así como también sus intereses comerciales".

Este miércoles, llegó la defensa de Chow: "La sanción me parece un acto de bullying y de intimidación. Me da pena que la WTA se haya agarrado de algo tan pequeño para castigar a un torneo nuevo en el calendario. Me sorprende que hayan ignorado los esfuerzos que hizo la organización y en cambio se hayan concentrado en proteger y consentir a una jugadora". Chow también afirmó que la HKTA apelará la multa y "demandará una disculpa de la WTA".