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Historias mínimas

Como es habitual, en ESPNtenis.com repasamos las historias paralelas de la semana tenística. Detalles, curiosidades, frases destacadas y todo el color del circuito.

EL VEREDICTO DE ROGER
Después de la explosiva interna que se desató en el equipo suizo, la consulta llegó a oídos de Roger Federer: ¿Qué opinas de la polémica que se generó con Marti en la Copa Davis? Pero algo en la pronunciación descolocó al N°2 del mundo: "¿Martín? Perdón, no entiendo de quién estás hablando. ¿Juan Martín del Potro?".

Enseguida llegó la aclaración, la referencia a Yann Marti y su cruce con el capitán Severin Luthi, antes de abandonar el grupo en pleno fin de semana de competencia. Y Roger salió de la confusión con elegancia: "Dos situaciones diferentes, pero problemas similares".

Ya de lleno en el caso suizo, Federer fue contundente: "No hablé con él [con Marti]. La verdad no lo conozco demasiado, y lo que pasó lo seguí a la distancia. Severin y mi fisioterapeuta, que también estuvo presente en la serie, me contaron lo qué pasó, y personalmente creo que un comportamiento de ese tipo es inaceptable".

"Antes que todo está el equipo. Si no piensas de esa manera, claramente no hay lugar que puedas ocupar. Es importante que el capitán tome las decisiones que sean necesarias y que los jugadores capten el mensaje de cómo se deben hacer las cosas", cerró el ex-N°1 del mundo.

BRONCA REPETIDA
Indian Wells volvió a ser escenario de un blanco fácil: las pelotas. Stan Wawrinka fue el primero en quejarse tras su derrota ante Robin Haase. Y Rafael Nadal lo respaldó: "Es el mismo problema de siempre. Y hay que solucionarlo, porque un torneo de este nivel merece la más alta calidad. Y esta pelota no lo es".

El español ya había sido explícito tiempo atrás en Beijing, molesto con los cambios de marca y modelo, semana a semana. "No es una cuestión de ganar o perder. El tema es que un torneo estamos jugando con una pelota y el que viene con una diferente. Eso es peligroso para el hombro, para el codo. No entiendo por qué cambian la velocidad". Poco después, Gilles Simon caminó por una vereda semejante.

En California, reapareció el malestar. Y las voces de protesta también alcanzaron a Kei Nishikori y Andy Murray. El escocés fue gráfico: "La verdad es que no es fácil controlar la pelota aquí. Es como si cobrara vida propia. Hay que estar permanentemente concentrado y saber ubicarse en una buena posición para impactar, porque cada disparo vuela mucho".

EL CAMPEÓN VA A CLASES
Todo corre sobre rieles para Facundo Bagnis en este arranque de año. Victorias en partidos ATP y título en el Challenger de Santiago para quedar en carrera para clasificar a Roland Garros en forma directa. Sin embargo, algo perturba su envión sobre canchas de polvo de ladrillo: viaje a la qualy de Miami sin preparación previa ni gira acorde para retomar a la Argentina a los pocos días. ¿Las razones? Graduarse en la "Universidad de ATP". Creada en 1990 por el Consejo de Jugadores, durante tres días se busca educar a los tenistas que ya tienen experiencia en el circuito grande, para poder desenvolverse en el tour.

Entre las charlas, se diserta sobre programas de lucha contra el dopaje y la corrupción en el tenis, las finanzas, relación ante los medios, redes sociales y más. "Es obligatoria y ya no tenía mas tiempo para demorarla. Aprovecharé esos días que esté en Miami para entrenarme teniendo la posibilidad de estar en el torneo", le cuenta Bagnis a ESPNtenis.com, sabiendo que, de no verse obligado, no probaría suerte en el segundo Masters 1000 de la temporada.

"Venía zafando en los últimos años", cuenta quien estará acompañado por sus compatriotas Guido Pella (que no jugaría la qualy y sí estará en San Luis Potosí) y Facundo Argüello (luego de la qualy viajará a la isla Guadalupe, sobre el mar Caribe). Sin embargo, el mismo Bagnis tiene presente que ya cursó algo muy similar en Buenos Aires. Estuvo presente en el programa "Transición al Profesionalismo (TAP)", idea importada por Luis Scola desde la NBA pero apuntada a todos los deportistas de alto nivel. "Está muy bueno. Se habla mucho de contabilidad, finanzas, prensa, redes sociales, psicología...".

Bagnis nunca jugó un Masters 1000. Es más: la única qualy la disputó en 2012 justamente en Miami, cuando, a pesar de ya tener victorias ATP encima, no fue invitado para el dichoso curso...

EL OTRO DEPORTE DEL GIGANTE
Cuando el tenis era apenas una utopía en la vida de John Isner, otra práctica se apoderaba de sus tardes en Carolina del Norte. ¿Básquet? ¿Vóley? Tache ambas opciones. "Me encantaba pescar. Pero a un nivel obsesivo. O sea, me escapaba de clases para ir a los lagos que había cerca de mi casa...", confió el N°20 del mundo en Indian Wells.

"Es algo que me sigue gustando mucho. Lo disfruto. Me permite dispersar la mente. Es mi manera de desconectarme del circuito", amplió Isner.

Y proyectó: "Cuando llegue el día en que me toque dejar de jugar al tenis, me imagino en ese lugar: pescando. ¿Competitivamente? No lo sé, debería mejorar muchísimo. Pero pasándome los fines de semana metido en eso seguro".

ASUNTOS PENDIENTES (Y VIRTUALES)
Australia 2013. Una veinteañera Sloane Stephens tumba en cuartos de final a Serena Williams y, voluntariamente o no, se presenta a los ojos del mundo como la sucesora. Con el arrastre de Melbourne, asume su renuncia al bajo perfil y reconoce los cortocircuitos con la N°1 del mundo. "No me saluda, no me mira, no ha estado en la misma habitación conmigo desde que le gané en Australia", enfatiza. Y algo se quiebra.

Indian Wells 2015. Más de dos años han pasado. Stephens no ha logrado aún reforzar en cancha todo lo bueno que había presagiado en aquel verano australiano. Serena permanece en la cima. Y entre ambas, la misma tensión. Después de aquel duelo en Melbourne, se volvieron a ver en el US Open, también de 2013. Sencilla revancha para Williams. En California, nuevo reencuentro y viejas deudas.

"¿Qué esperas del duelo con Serena?", le trasladaron a Stephens ya sabido el cruce. Primera respuesta, formal: "Lo mismo que todos los días. Hacer mi juego, estar concentrada y dar una buena lucha". "¿Qué expectativas tienes de su juego?", siguió la rueda de prensa. "Es la N°1 del mundo. Seguramente hará un gran partido".

El ida y vuelta, entonces, se intensificó: "Desde aquel Australia tú y Serena cortaron vínculos. ¿Cómo es la relación hoy en día?". "Ella es la N°1 del mundo y otra competidora más. Una colega. Eso es todo".

Enseguida una periodista le marcó el rebote negativo que tenía su nombre entre los fans de Serena cada vez que se la mencionaba en Twitter. Y Stephens mordió el anzuelo: "Me odian. No sé por qué. Pero bueno, son los primeros en ser bloqueados también. Entiendo que son fanáticos acérrimos y lo aprecio. Pero algunos comentarios son innecesarios. Hacen de Twitter apenas un lugar para hablar mal de otra persona. ¿Qué hace esa gente con su vida?".

"No voy a dejar que esa gente me moleste ni me asuste. Me he hecho muy amiga del botón de bloqueo. No tengo paciencia para esas actitudes. Al final del día, es gente que no me importa y que no forma parte de mi vida, así que no me interesa demasiado lo que digan o dejen de decir", redondeó Stephens.