MADRID -- Garbiñe Muguruza no ganó en tranquilidad. Luego de su irrupción en Wimbledon, donde alcanzó la final, no fue la misma.
Derrotas prematuras (desde aquella definición, acumula tres caídas y apenas una victoria), US Open incluído, y falta de confianza sumado a la ruptura de la relación con su entrenador que afirmaba, categórico: "Las diferencias eran muchas y mis valores no me permitían creer y seguir en ello. Hay veces que los grandes éxitos hacen grandes a las personas pero acaban por destruir relaciones".
A tanto remolino, la española, nacida en Caracas, busca ponerle fin. Ha confirmado que contará con el apoyo del técnico francés Sam Sumyk durante su gira asiática. El anunció lo hizo luego de una semana de entrenamientos en Barcelona junto al excoach de la bielorrusa Victoria Azarenka y de la canadiense Eugenie Bouchard.
"He estado trabajando muy duro con Sam estos días y probaremos esta semana en Tokio e iremos viendo", ha comentado en un comunicado la actual 9ª WTA, que jugará en Tokio, Wuhan, Beijing y Hong Kong.
¿Volverán los resultados?