HOUSTON (DyN, Enviado Especial) -- A Guillermo Coria, el numero seis del ranking mundial de ATP y el mejor tenista de la Argentina en la temporada 2004, le espera en los próximo días el comienzo de una pretemporada "mixta" entre Buenos Aires y Barcelona.
"El centro estará en Barcelona con (Josep) Perlas pocos días después de la final de la Copa Davis entre España y Estados Unidos" en Sevilla y sobre polvo de ladrillo.
Perlas es uno de los capitanes del equipo español y en esa serie cerrará su compromiso con la Real Federación española para luego dedicarse a la carrera de Coria.
"Creo que Josep será la cabeza de un grupo muy lindo que estoy armando. Tengo también un cuerpo medico en Barcelona y estaré definiendo en los próximos dias quién será mi preparador físico en 2005, porque aun con Gil Reyes no estaré a full, sólo me asesorará", le dijo Guillermo a DyN.
¿Por qué Gil Reyes no se unirá aun al grupo de Coria? Muy simple. El estadounidense Andre Agassi, quien trabajó casi toda su carrera con Reyes, seguirá jugando durante 2005 y tiene exclusividad con el preparador fisico.
"Algunas veces cuando yo hablo con Gil adelante de Agassi a Andre mucho no le gusta. Por eso no quiero andar hablando mucho del tema. Yo también me pondría celoso en el lugar de Agassi. Aún es su preparador fisico. Yo tengo 22 anos y puedo esperar un poco más para trabajar con Reyes que es el mejor", explicó el argentino.
Coria comenzará el 2005 a full. Primero estará en el torneo exhibición Hopman Cup que se desarrollará en Perth, Australia, junto a Gisela Dulko, para luego ir a Sydney y al Abierto de Australia donde la temporada última se fue en la ronda inicial.
"POR EL MASTERS, ME PONGO UN 10"
Cuando terminó la operación de su hombro derecho lo primero que le preguntó a su médico fue si podría jugar el Masters de Houston. Aquel 9 de agosto, Guillermo Coria, santafesino de 22 anos y fana de River Plate, recibió una respuesta si se quiere ambigua: "Todo dependerá de la rehabilitación que es muy complicada".
"Había que tener mucha paciencia y la tuve. Pero me ayudaron los médicos, mis amigos, mi familia y especialmente ella", senaló Coria. Ella es Carla, su esposa desde diciembre del ano último. El Mago explicó lo de su operación hasta el hartazgo.
Lo contó hasta con lujos de detalles. Siempre amable. Con una sonrisa, pero siempre resaltando que el hombro no le duele. Coria está sonriente. Relajado. Feliz porque volvió, más allá de las tres derrotas. Se puso un diez y dijo que pudo haberle robado un set al estadounidense Andy Roddick: "Fui de menor a mayor y eso me deja muy tranquilo", le comentó el santafesino a DyN antes de iniciar el siguiente diálogo...
-Si te tenés que poner un puntaje en esta reaparición, ¿cuánto te pones?
-Contra Roddick jugué siete puntos. Con Safin y Henman estuve mas abajo. Pero si tenemos en cuenta cómo llegué al Masters, me pongo un diez. Tal vez suene soberbio, pero no me dolió el hombro, jugué los tres partidos, fui de menor a mayor. Y hasta lo puse nervioso a Roddick, je.
-Repetiste hasta el hartazgo que venías al Masters a buscar minutos de tenis, pero dentro de la cancha no daba esa sensación. Te enojaste, protestaste, buscaste ganar siempre...
-Los tres partidos queria ganar, obvio. Pero no puedo ser tan exigente, en realidad ya lo fui. No puedo venir a Houston a ganar algún partido. En realidad me conformaba con jugar un poco menos del nivel que jugué contra Roddick, por ejemplo. Me voy muy feliz.
-¿Estuviste más fino en el último partido con Roddick, o fue una impresion del que ve el encuentro desde una platea?
-Me sentí más seguro. Mas fino para jugar a las líneas y los drops. Tal vez con este nivel le hubiera ganado a Tim Henman. Fui de menor a mayor y en el último encuentro entré realmente muy suelto, dispuesto a probar cosas que no había intentado en los encuentros previos.
-¿Qué fue lo que más te gusto de vos en este Masters?
-Que me fui animando a hacer más cosas con el correr de los partidos. Estaba perdido con Safin, golpeé mejor cuando salí a la cancha con Henman en un resultado demasido amplio para como se dio el partido. Y en el final me animé con el saque, porque, además, si me lo hacia sin exigir al máximo como en los otros cotejos me iba a pasar por arriba. Nunca me achiqué contra nadie. Corrí, luché, dejé todo en cada punto. Cumplí con mis objetivos y eso me deja muy tranquilo.