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Una final con magia garantizada

ROMA (AP/EFE) -- El argentino Guillermo Coria eliminó sin piedad ni respeto el sábado en el Abierto de Italia al "viejo" tenista estadounidense Andre Agassi 7-5 y 7-6 (0) en desempate, luego de una hora y 46 minutos.

El "Mago", 11 en el mundo y noveno cabeza de serie en el Masters de Roma, enfrentará el domingo por el título al joven español Rafael Nadal.

Nadal, séptimo en el escalafón con sus 18 años, venció con gran dificultad en la otra semifinal a su compatriota David Ferrer 4-6, 6-4, 7-5.

"Tuve que jugar contra mi ídolo y contra el público, que quería que ganara él", expresó Coria.

Sobre el desafío con Nadal, dijo que "tengo muchas ganas de ganar aquí en Roma".

El tenista argentino tuvo que sacar a relucir su mejor tenis y esforzarse al máximo para superar a Agassi, a quien le cortó numerosas pelotas, pegadas a la red, a las cuales el "viejo" león no llegaba o debía gastar energías preciosas para sus 35 años a fin de alcanzarlas.

Como Muhammad Ali en su célebre combate con George Foreman, en que lo esperaba pegado a las cuerdas con gran sentido de la ubicación, Agassi daba pocos pasos para alcanzar la pelota.

El resultado, sin embargo, fue diametralmente opuesto porque Agassi no salió airoso del cuadrilátero de tierra de arcilla del Foro Itálico de Roma.

Agassi, sexto preclasificado y noveno del mundo, que contó con el apoyo del público, puso en juego lo que aún le queda: la clase, la experiencia, la sabiduría tenística.

Pero no fue suficiente.

Sin embargo, cuando se pensaba que comenzarían a pesar aún más los 12 años de diferencia, Agassi llegó a estar 5-2 en el segundo set, a un paso para llegar al tercer set definitorio, pero al final lo perdió en desempate.

Coria era la última carta argentina y sudamericana en general que se jugó en el torneo romano; todas las otras fueron cayendo en el camino.

Agassi se retiró de la cancha central en medio de la ovación del público, que presentía que no volvería a verlo.

El tenista estadounidense ganó este torneo en 2002 y fue finalista en 1989, cuando perdió en cinco sets ante el argentino Alberto Mancini.

Agassi lo había ganado seis veces y Coria una sola, pero en cancha de arcilla, que es su especialidad, en los cuartos del Roland Garros del 2003.

NADAL HABIA DERROTADO A FERRER

Nadal tuvo que sufrir el sábado y muchísimo, además de precisar de tres puntos de partido para cerrar el duelo.

No en vano se encontró con un David Ferrer (último jugador español en ganarle) en gran forma, muy motivado, que corrió a por todo y evidenció que conoce mucho al balear, pues le planteó un partido durísimo.

Así, Ferrer con golpes muy ajustados a las líneas supo mantener a Nadal lejos y, además, subió a la red a la menor oportunidad para sorprenderle.

Y eso que Nadal rompió el servicio de Ferrer en el primer juego del partido, se puso con un favorable 4-2 y mantuvo su saque con relativa comodidad hasta el octavo juego, cuando el valenciano estableció la igualada. En ese momento, a Ferrer le entró todo y a eso se unió un cierto bajón físico y mental de Rafael.

Tanto que Ferrer, pegando duro, se adjudicó los tres siguientes juegos, que le daban el primer set y le colocaban con 1-0 en el segundo. El valenciano había sumado cinco juegos consecutivos.

Se entró en una fase de continuas roturas de saque, de donde salió mejor parado Nadal, que hizo tres (dos su rival), llevándose el set por 6-4. Antes, en el octavo juego, Nadal precisó de la atención del médico por una ampolla en el índice de la mano izquierda.

La tercera manga volvió a ser igualada, a contar con intercambio de roturas del saque rival, si bien Nadal llegó a servir para el set, con 5-4 favorable. El mallorquín tuvo con su saque dos bolas de partido (40-15), pero Ferrer restó de forma impresionante y las anuló y estableció el empate (5-5).

Pero Nadal también había subido con su resto y, en el undécimo juego, se hizo en blanco con el saque de Ferrer. Luego, con su servicio, no desaprovechó la tercera bola de partido para cerrarlo y plantarse en la final.

Se había cumplido el pronóstico que daba a Nadal favorito, pero su triunfo fue muy complicado y corrió riesgo. Y es que Ferrer confirmó su buena semana romana, donde ha recuperado su tenis y ha evidenciado que ha adquirido una gran fortaleza mental.