Por RAFAEL RAMOS VILLAGRANA
CARSON, California - Ricardo Lavolpe resolvió ayer su rompecabezas para enfrentar la noche de este viernes a Sudáfrica en el debut de ambos en la octava edición de la Copa de Oro de la Concacaf.
Si la almohada y la mentalista metafísica que le diseña las corbatas para cada partido no lo hacen cambiar de opinión, el técnico de la selección mexicana definió su alineación tras la práctica del jueves por la mañana en el Home Depot Center, realizada, para variar, a puerta cerrada.
México abrirá, tentativamente, con Jesús Corona en el marco; en el fondo estarán Ricardo Osorio, "Maza" Rodríguez y Carlos Salcido. Como carrileros colocará a Héctor Altamirano y a Gonzalo Pineda. En recuperación estarán Israel López y Rafael "Chiquis" García y el enganche será Zinha. Al ataque convocó a Pared Borgetti y a Rafael Márquez Lugo.
En la práctica mostró interés en Omar Bravo y Alberto Medina, quienes podrían aparecer en relevo.
Sin embargo las indicaciones específicas sobre Altamirano y Pineda como carrileros, y para Salcido desde el fondo, parecen indicar que el equipo saldrá con un futbol agresivo sobre los juveniles sudafricanos.
Con esta formación de arranque, es evidente que Lavolpe quiere replantearse algunas posibilidades y en especial poner a examen a algunos jugadores, como Israel y el "Chiquis", a quienes conoce de sobra, pero para indagar su estado actual.
En el caso de Márquez Lugo y de Altamirano, Lavolpe espera que lleguen a su momento de manifestación entre lo que pueden ofrecer y lo que quieren ofrecer.
En medio de un clima más clemente, la selección saborea las buenas condiciones del terreno de juego del Home Depot Center.
El trabajo fue intenso, según personas que siguieron de cerca el trabajo.
Por cierto que en una de las cabeceras del escenario, confundido entre los empleados del inmueble, apareció un tipo anotando detalles de los movimientos que realizaba México, sin que fuera nunca descubierto.
¿Espionaje? Probablemente.