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Serie del Caribe vuelve a Miami tras 33 años a conquistar el mercado latino en EEUU

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Miami está lista para una histórica Serie del Caribe (2:15)

Enrique Rojas con los datos clave previo al arranque del torneo. (2:15)

Miami vuelve a acoger la máxima fiesta beisbolera del Caribe en un contexto favorable completamente diferente a la última edición celebrada en la Capital del Sol hace 33 años.


El primer "play ball" de la Serie del Caribe en los Estados Unidos continentales después de más de tres décadas se dará este jueves, en el LoanDepot Park de Miami. El regreso del torneo al sur de Florida se da después de que, en 1991, la Serie se jugara por segunda vez consecutiva en Miami, con resultados por debajo de lo esperado en términos de la recepción por parte de la afición.

En esta ocasión, se antoja un ambiente muy distinto, apoyado por la extensa promoción al torneo, así como los sucesos del año anterior durante el Clásico Mundial de Béisbol, que también se jugó en gran parte en Miami. En aquel torneo, el LoanDepot Park, casa de los Miami Marlins de MLB, albergaron partidos en cada fase: grupos, cuartos de final, semifinales y la final. El 21 de marzo del 2023, Japón se coronó versus Estados Unidos ante un lleno total del estadio y un extenso rating televisivo en ambos países.

Si bien la Serie del Caribe es un torneo regional y no uno que pretende acaparar atención a nivel global, indudablemente será el evento más importante del béisbol del año previo al inicio de la siguiente temporada de MLB.

Cómo es habitual, un grupo extenso de nombres asociados a Grandes Ligas serán quienes otorguen brillo al torneo actual. Entre otros, disputarán la Serie del Caribe jugadores como Jurickson Profar, quien jugó la temporada pasada con Colorado Rockies y San Diego Padres, Jorge Alfaro, quien estuvo con los Boston Red Sox en 2023, Silvino Bracho de los Cincinnati Reds, y Robinson Canó, quien labró una carrera de casi dos décadas en MLB.

También estarán presentes desde el dugout Yadier Molina y Ozzie Guillén, quienes son los mánager de Puerto Rico y Venezuela, respectivamente.

Para los organizadores, la presencia de jugadores y mánager de Grandes Ligas, disputando los partidos en un estadio de MLB, no es coincidencia en lo absoluto.

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"MLB es un socio de nosotros de muchos años", dijo Juan Francisco Puello Herrera, Comisionado de Béisbol del Caribe, en entrevista con ESPN. "Desde que firmamos el convenio de liga invernal siempre hemos tenido una relación bien cercana con [ellos]", continuó.

Si bien en diciembre se tenía la esperanza de que jugadores de la talla de Ronald Acuña Jr., Fernando Tatis Jr. y Marcell Ozuna estuvieran, el nivel de juego entre algunas de las escuadras más poderosas del béisbol latinoamericano será más que atractivo para los aficionados. Los partidos serán transmitidos internacionalmente por los Miami Marlins, en un acuerdo que le otorgará mayor visibilidad al torneo por primera vez en su historia.

"La Serie del Caribe es un evento internacional prestigioso y estamos entusiasmados de formar equipo con la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe mientras buscamos expandir el alcance del juego, tanto en los Estados Unidos como en todo el mundo", dijo Caroline O'Connor, presidente de operaciones comerciales de los Miami Marlins en diciembre, mediante un comunicado de prensa anunciando el acuerdo.

Todos los factores mencionados existen con el fin de borrar la imagen de las últimas dos ediciones llevadas a cabo en Miami, en 1990 y 1991. En 1990, los partidos se llevaron a cabo en el Orange Bowl, un estadio multifuncional que pese a ser diseñado para albergar diferentes tipos de eventos, no había sido usado para el béisbol desde 1965. Durante la semana de juegos, apenas un total de 50,000 aficionados ocuparon asientos para aquella Serie, por lo que se decidió llevar la siguiente edición al Estadio Bobby Maduro, un parque de béisbol mejor adaptado para el torneo. Ambos inmuebles fueron eventualmente demolidos.

La sociedad entre ambas instituciones pretende dejar enseñanzas y crecimiento para los dos lados. MLB busca, a la par de otras ligas deportivas en Estados Unidos, como la NFL y NBA, asociarse con eventos que mantienen el interés de los aficionados en su deporte durante todo el año, mientras que el hito de volver a Miami es algo que emociona a los organizadores de la Serie del Caribe.

"Ellos van a probar el sabor del béisbol caribeño. Y para [aprender de] nosotros, pues por primera vez se va a celebrar la Serie del Caribe en un estadio de Grandes Ligas," dijo Puello Herrera. "Hemos aprendido ambos, y en esta relación, es una relación adecuada que nos lleva a saborear un estadio de Grandes Ligas y ellos van a ver el potencial de nuestro béisbol. La Serie del Caribe va a hablar por sí sola", continuó.

El atractivo de volver a Miami indudablemente presenta el hecho de disputar el torneo en un mercado estadounidense, pero, por supuesto, en su mercado más latino. El 70% de la población de la ciudad se identifica como de origen hispano o latinoamericano.

Para evitar lo ocurrido en 1990, se ha llevado a cabo una extensa campaña publicitaria durante meses, liderada por Puello y los Marlins.

"Miami es una ciudad sui generis, hay muchas diversiones. Para esta Serie del Caribe nosotros estamos compitiendo con la ciudad, porque ofrece tantas diversiones", expresó Puello Herrera.

Y si bien se proyecta una reacción positiva por parte de los aficionados, misma que dejaría una ganancia importante en dólares, Puello asegura que no se pretende sacar a la Serie del Caribe de su hábitat natural en el futuro.

"Yo no estaría totalmente de acuerdo (con disputar la Serie del Caribe exclusivamente en Estados Unidos). Sería privar a las ligas miembro de tener su Serie del Caribe", dijo Puello Herrera.

Pese a esto, el Comisionado aseguró que no se vería con malos ojos incorporar a sedes como Miami dentro del rol a largo plazo, siempre y cuando no afecte a las demás ligas y, evidentemente, exista interés por hacerlo por parte de la afición y el sector de los Marlins que ha servido como socio para el evento en 2024.

Por último, destacó el hecho del torneo siendo una catapulta para los participantes de lograr un contrato de Grandes Ligas, así como desarrollar prospectos de la región para ser la siguiente generación de talento en MLB.

"A partir de esta Serie vamos a ver la continuación de la película que nosotros estamos proyectando - una Serie magnífica de béisbol", completó.