<
>

¿China fue un mal GP para Checo Pérez? Si lo fue, que así sean todos los malos

play
Las causas de la consistencia de Sergio Pérez en la temporada de Formula 1 (1:02)

Javier Trejo Garay enlista los factores cambiados por el piloto mexicano para hacerse de regularidad en la búsqueda de un nuevo contrato con Red Bull. (1:02)

Checo Pérez cumplió en el Gran Premio de China y al final es un saldo positivo, a pesar de no hacer el 1-2


El Gran Premio de F1 en China dejó cierto amargo en la boca en algunos aficionados del piloto mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez, pero de ninguna manera se puede considerar un mal resultado cuando luego de varias complicaciones logró subirse un par de veces al podio.

El aficionado y el mismo Checo Pérez ya no quieren nada que no sea ser parte de un 1-2 de Red Bull, y eso está bien, pero si este fue un Gran Premio ‘malo’ para el mexicano, ojalá así sean todos los malos y que luego vengan los buenos que ya llegarán.

Porque si es malo subirte al podio en la Sprint y también en la carrera grande del domingo, que los fines de semana negativos sean así de 21 puntos en la bolsa, dos trofeos cuando Max Verstappen sea el triunfador.

En Diablo está en los detalles, se diría en una traducción literal de ese dicho muy estadounidense, y tiene mucho sentido ahora.

Checo Pérez logró sobreponerse a situaciones que, quizás, en 2023 lo habrían condenado a una pobre cosecha.

Por ejemplo, el Diablo metió la cola cuando en la calificación para la Sprint, la lluvia hizo de las suyas (para todos), pero que en el pasado reciente habían sido condiciones ‘acuáticas’ en las que Checo Pérez no había logrado dar resultados. En China, logró meterse en sexto puesto, mientras que Max era cuarto. Ahí cerca.

Carrera Sprint, como era de esperarse, llena de tráfico, pero donde Checo Pérez regaló una postal de esas para poner en un marquito.

Oportuno, tiempista. Checo Pérez vio dos ‘perros’ que peleaban por un filete, justo cuando se trenzaron Carlos Sainz y Fernando Alonso, dejaron el filete (hueco) desatendido y Checo lo recogió caminando en puntas de pie. Los españoles ya nada más se voltearon a ver con la quijada en el suelo.

Tanto Verstappen como Checo remontaron cuatro posiciones en la Sprint, pero lo del neerlandés fue una ‘bestialidad’, porque el ritmo que imprimió todo el fin e semana lo puso en una categoría aparte. En la Qualy para la carrera, los criterios de los comisarios volvieron a ser un tema. Así como en Australia, Checo Pérez fue sancionado con tres lugares en la parrilla por obstruir la vuelta del Haas de Nico Hulkenberg, ahora fue el tapatío quien se encontró con Alex Albon sobre la línea del ápex de la curva 1 y le hizo abortar el intento.

Eso casi le costó a Checo no avanzar a la Q2, porque su mejor tiempo fue apenas el décimo quinto de la Q1. ¿Hubo castigo para Albon? No, porque los criterio de los comisarios de carrera son diferentes en cada Gran Premio.

En Australia, el muy vocal crítico de Checo Pérez, Johnny Herbert encabezaba el grupo de oficiales que completaron Tim Mayer, Matteo Perini y Matthew Seller. Mientras que en China eran Nish Shetty, Vitantonio Liuzzi, Loic Basquelaine y Zheng Honghai.

Es el eterno problema de la FIA, personas diferentes que aplican de forma diferente el reglamento.

En la carrera, que es en lo que finalmente muchos aficionados basan su juicio sobre el piloto, no en el desempeño de todo el fin de semana, Checo Pérez, quien partía segundo, fue rebasado por Fernando Alonso, quien hizo una gran maniobra por fuera, e incluso Lando Norris estuvo a junto de dar cuenta del mexicano.

Pérez tardó cinco vueltas en recuperar el segundo puesto, Max Verstappen ya estaba a cinco segundos de distancia, pero parecía un 1-2en la bolsa para Red Bull, salvo porque la lectura de la estrategia le pagó mal al equipo austriaco.

Con Charles Leclerc y Norris que amagaban con hacer solamente una parada, los Red Bull hicieron una doble detención temprana (vuelta 14) que a Verstappen, al final, no le afectó por la distancia que sacaba al resto, pero que a Pérez lo puso detrás del Ferrari y el McLaren.

Con lo que no contaban era un inoportuno Safety Car que provocó en la 21 el abandono de Valtteri. Eso condicionó la carrera e Checo Pérez, porque Leclerc y Norris tuvieron una parada “gratis” o de poca pérdida de tiempo y eso a la larga los puso delante del tapatío.

¿Culpa de alguien? La apuesta no le salió el equipo de estrategia de Pérez y Red Bull, lo metieron al tráfico y sabemos que el aire sucio y el desgaste de tratar de pasar a otros autos provoca en el manejo de los neumáticos.

Cuando los cálculos salen bien, se dice que los estrategas hicieron su trabajo, cuando no, algunos les llaman culpables, lo cierto es que el ritmo de carrera de Verstappen hace más sencillo el trabajo para todos y las estrategias son siempre más sencillas. Ingenieros, estrategas, mecánicos y pilotos juegan en el mismo equipo y ahora lo perdieron en equipo.

A pesar de todas esas vicisitudes, Checo Pérez pasó a Leclerc y luego ya no tuvo el ritmo de carrera para acercarse a Lando Norris, quien aprovechó el aire limpio para despegarse.

Todos sus aficionados quisieran ver a Checo Pérez en lo más alto o por lo menos muy cerca de Verstappen. Sus detractores o críticos esgrimen el argumento de que con el RB20, el mexicano debería ganar fácilmente al resto.

Lo cierto es que sólo un auto puede ganar cada carrera, los autos hay que manejarlos no tienen piloto automático y los rivales juegan. Con todo y eso, Checo Pérez cumplió ante adversidades que, para no ir tan lejos, en 2023 le habrían costado estar fuera de Q3, podio o hasta los puntos y ahora se subió al podio.

Si de una carrera complicada y sufrida te marchas con dos podios, con tus perseguidores inmediatos en el estado del campeonato debajo de ti en la clasificación final del Gran Premio y la Sprint, el trabajo está hecho.