A sus 36 años, Rafael Nadal (2° del mundo) irá a las ATP Finals de Turín con un doble objetivo: convertirse en el nuevo N°1 del ranking, pero fundamentalmente ganar por primera vez en su carrera este torneo que ha sido su gran espina en cada temporada.
En la conferencia de prensa del Media Day, el español fue autocrítico con su desempeño en años anteriores: "No he conseguido ser lo suficientemente bueno en este torneo y en estas circunstancias, pero creo que en los últimos años he ido mejorando mi juego en condiciones indoor".
Cabe destacar que Rafa clasificó en 17 oportunidades al certamen que reúne a los 8 mejores tenistas de la temporada. De ese número, solo pudo competir en 10, de las que llegó a la final en 2010 y 2013, pero cayó ante Roger Federer y Novak Djokovic, respectivamente.
Aún así, se mostró confiado en poder adaptarse rápidamente al ritmo de juego pese a que no viene en su mejor forma física. "Ganar un partido puede hacer que todo cambie de forma radical, por muy poco ritmo con el que llegue. Creo que estoy bien preparado. Por supuesto sería mejor llegar con triunfos y mayor confianza porque me voy a enfrentar a los mejores", explicó.
También se hizo un momento para hablar sobre su futuro. Claro, un tema que cada vez se toca con mayor frecuencia es el de su retiro, aunque él por el momento no le atribuye demasiada importancia. Respecto a si podría jugar hasta los 40 años, dijo: "Lo veo difícil, pero nunca se sabe porque con 28 años me parecía imposible seguir al más alto nivel con 36. En todo caso, cada año que sigo compitiendo es un regalo para mí".
Por último contó cómo llega físicamente y cuáles fueron las molestias que sintió en el Masters 1000 de París, en donde se despidió en su debut en segunda ronda ante Tommy Paul: "Hasta que empecé con las molestias estomacales estaba jugando bien, como demuestra el hecho de que iba set y break arriba ante Paul. Pero no voy a engañarlos. Si pensara que no tengo opciones de hacer algo importante aquí, no habría venido al torneo".
De esta manera, el balear dejó en claro que por más poco que haya jugado los últimos meses, considera que por historia y por la evolución de su juego en esta superficie tiene sus serias chances de hacer un buen papel. Si Stefanos Tsitsipas no sale campeón invicto y él logra avanzar de ronda con los tres partidos del grupo ganados, será el nuevo N°1 del mundo.