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Manu Ginóbili sigue siendo inspiración en la elite de la NBA

Thompson elogió a Ginóbili, exrival en duelos entre Golden State y San Antonio. -

Dos figuras de la NBA, inmersos en una historia especial, de inspiración. Klay Thompson, pieza valiosa de los exitosos Golden State Warriors, fue suplente por primera vez tras 12 años y, lejos de tomar a mal la decisión de su entrenador, pensó en lo que hizo Emanuel Ginóbili, exrival en San Antonio Spurs, donde brilló y logró cuatro títulos en la máxima liga del básquetbol, en Estados Unidos.

Thompson, el primer jugador en la historia de la NBA en lograr 500 triples en tan solo tres años de carrera, brilló en la jornada del jueves en el triunfo de Golden State Warriors sobre Utah Jazz por 140-137. El máximo anotador del conjunto de San Francisco en dicho duelo mencionó que pensó en el zurdo bahiense, medalla de oro olímpica con Argentina.

La importancia del trabajo en equipo en el básquetbol más relevante del mundo también pesa. Thompson, cuatro veces campeón de la NBA, arrancó ese duelo desde la banca por primera vez en 12 temporadas, desde que jugó el primer año como novato.

Le tocó salir desde el banco por primera vez desde su temporada como rookie y respondió con 35 puntos ante Utah ¿Su motivación? El propio estadounidense lo explicó en conferencia de prensa.

"Me enteré a la mañana que iba a salir desde la banca. Tuvimos una buena charla con Steve (Curry). Puedes hacer dos cosas: puedes poner mala cara o salir a jugar y responder. Creo que hice lo segundo esta noche. Lástima las pérdidas... Pero lo más importante es que jugué muchos minutos", expresó.

"Tienes que dejar el ego de lado cuando te toca salir desde la banca. Pensé en Manu Ginóbili. Tiene cuatro anillos y una medalla de oro olímpica y vino desde la banca toda su carrera. Y no creo que nadie diga que no se merece un Hall of Fame. Él es uno de los grandes de la historia", afirmó.

"Me abracé a esa idea antes del partido", contó. Y vaya que no le fue nada mal. Fue el jugador más valioso del cruce, mostrando su humildad y grandeza, con Manu Ginóbili como espejo. Allí quedó otra evidencia del legado que dejó el talentoso argentino.