<
>

Stephen Curry llega a alturas Jordanescas con Golden State

Stephen Curry desafía los límites de lo posible, te deja boquiabierto cuando pensabas que tu capacidad de asombro estaba agotada, y por sobre todas las cosas demuestra noche tras noche que no hay nadie que siquiera se le acerque en la disputa por ser el Jugador Más Valioso por segunda temporada consecutiva. Y en esta segunda vuelta se convirtió en el primer MVP unánime.

Permítanme también decirles, señoras y señores, que es hora de comparar al mejor jugador de los Golden State Warriors con el mejor basquetbolista de la historia.

Así es, me refiero a Michael Jordan, alguien que curiosamente nunca convenció a absolutamente todos de que él era el mejor jugador del planeta hasta que se retiró. Curry ha llegado a alcanzar las alturas estratosféricas de aquel número 23 que alguna vez nos hizo creer que podíamos volar, y no necesita ser la estrella de “Space Jam 2” para convencernos de ello.

Piénsenlo bien: Curry anotó 17 de sus 40 puntos en la prórroga del cuarto juego de la serie contra los Portland Trail Blazers de visitante, acallando a un público hostil de una manera tal que consiguió el récord de puntos anotados en un tiempo suplementario de los playoffs o la temporada regular sin siquiera proponérselo.

Si tendrías que adivinar quién era el anterior dueño de aquella marca, probablemente no lo harías correctamente. Fue Gilbert Arenas con 16 en diciembre del 2006 contra los Los Angeles Lakers.

Arenas lo hizo en el juego número 23 de la temporada regular. Curry lo superó en el momento crítico de una serie a todo o nada.

Michael Jordan nunca llegó a lograr ese hito. Cuando él tuvo aquel partido épico con 69 puntos contra los Cleveland Cavaliers en 1990, sus Chicago Bulls anotaron solo 12 en conjunto durante la prórroga.

Es más, los Trail Blazers anotaron 14 unidades como equipo en aquel tiempo extra, y el partido anterior entre los Toronto Raptors y el Miami Heat vio a ambos equipos anotar 15 puntos entre ambos en los cinco minutos adicionales de su encuentro.

La gran mayoría de los jugadores terrenales se librarían del balón con un susto tremendo si se errarían todos y cada uno de sus primeros nueve triples en casa ajena. Curry no. Él está armado de tal confianza que metió cinco de sus próximos siete tiros desde larga distancia.

Además, acuérdense que el base de los Warriors se había esguinzado la rodilla y no jugaba desde hace dos semanas pero de todas maneras se despachó con 40 puntos en 37 minutos de acción. 27 de ellos llegaron en el último cuarto y el tiempo suplementario.

Tengamos en cuenta que Steph recién volvió de un esguince de rodilla que lo marginó de las canchas por dos semanas, y él volvió como si nada.

¿Acaso esto no les alcanza? ¿Dicen que Curry solo viene haciendo todo esto por dos años y que Jordan lo hizo por casi dos décadas? Bueno, sigamos entonces.

Jordan no obtuvo su primer anillo hasta 1991, su séptima temporada en la NBA. Curry ya sacó a eso del camino en su sexto intento el año pasado y va por un segundo actualmente. Jordan lideró a la liga en puntos y robos tres veces en su distinguida carrera, y Curry también se unió a ese distinguido club durante su actual obra maestra. El único otro miembro es Allen Iverson.

En su séptima temporada, Jordan promedió 31,5 puntos, 5,5 asistencias y seis rebotes por partido. Curry, por su parte, contó con una media de 30,1 puntos, 6,7 asistencias y 5,4 rebotes jugando tres minutos menos por encuentro y tres partidos menos en total mientras era mero espectador de varios de aquellos 73 compromisos que su equipo ganaba cómodamente durante el último cuarto.

¿Y qué me dicen del hecho de que él es uno de apenas tres bases en la historia que fue nombrado como JMV en múltiples ocasiones? Steve Nash lo consiguió dos veces al igual que Curry y Magic Johnson podría verse superado en un futuro cercano con tres.

Otro datito: Michael Jordan nunca encestó el 50 por ciento de sus tiros de campo, el 45 por cuento de sus triples y el 90 por ciento de sus tiros libres. Curry sí, y eso es algo que solo Nash y Steve Kerr, su mentor y su actual entrenador, también pueden decir.

En términos de popularidad, las zapatillas de Curry generaron 160 millones de dólares en ventas esta temporada. Según Morgan Stanley, esos son 10 millones más en ganancias que el modelo de LeBron James y casi redobla a las de Kevin Durant con 82.

Popular, campeón, histórico. Wardell Stephen Curry lo tiene todo. Y todavía va por más…el legado de Michael Jordan, en algún momento, podría llegar a verse superado.