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La "fiebre Lonzo" dificulta adquirir boletos de los Lakers

La última noticia relativa a Lonzo Ball ocurrió rápidamente. Algo que es novedoso incluso para un deportista que genera titulares hasta con respecto a su decisión de cuál calzado vestir.

La organización de Los Angeles Lakers ha agotado el 5 por ciento que quedaba de su inventario de abonos esta semana. Ya no quedan más. Los Lakers tuvieron 95 por ciento de renovación de sus abonados antiguos previos al draft. Ahora, que Lonzo Ball es un Laker (y que acaba de tener una destacadísima actuación en la Liga de Verano) ya se quedaron sin capacidad. Luego de un "open house" en el Staples Center a fin que los interesados pudiesen escoger asientos, los aficionados compraron los 600 puestos que quedaban disponibles. (El año pasado, se vendieron cerca de 175).

Ya las grandes multitudes se han convertido en una marca de fábrica de los Lakers bajo el nuevo régimen de Lonzo. Van de la mano con las altas expectativas. Y estas altas expectativas se convierten en la norma en la tierra de los Lakers. Hablamos de una afición que está acostumbrada a ver las cosas esperando el mejor escenario posible.

Sin embargo, esa no fue la realidad vivida durante la mayor parte de la presente década. El cambio hacia los Lakers de Chris Paul fue vetado por David Stern, y las negociaciones que involucraron a Steve Nash y Dwight Howard no produjeron una sola victoria en los playoffs. Los Lakers no han logrado atraer agentes libres de alto nivel. Su lista poco familiar de altas escogencias de lotería no ha desembocado en un miembro del primer equipo de All-Rookies (sin embargo Jordan Clarkson, selección en segunda ronda proveniente de los Washington Wizards sí consiguió un puesto en 2015).

No hay garantías que Lonzo Ball sea miembro del All-Rookies, siendo parte de una cosecha amplia de bases en el presente draft. Su estilo de juego no se presta necesariamente para grandes números cada noche. Sin embargo, Ball cuenta con un factor de carisma y atractivo muy peculiar. En este caso, el estilo puede ser más importante que la sustancia. La forma en la cual conduce el balón (y cómo lidera a sus compañeros para que también hagan pases) hará un impacto importante en los Lakers, a pesar que no sea el gran beneficiado en lo que a estadísticas se refiere.

Y la gente seguramente estará pendiente de él. Las cinco mayores audiencias televisivas de la liga de verano de la NBA fueron de partidos en los cuales participaron los Lakers, principalmente 1.1 millones de personas que vieron a Ball enfrentarse al seleccionado número 1, Markelle Fultz de los Philadelphia 76ers. Con esos números de sintonía, esperen ver a los Lakers más seguido en la rotación de televisión nacional la próxima temporada.

Además, hay mucho más que ver, además de Ball. Durante la temporada pasada, Brandon Ingram anotó dobles dígitos en 16 de sus últimos 17 cotejos, luego de tener actuación de dobles dígitos en apenas 19 ocasiones antes del receso del Juego de Estrellas. Clarkson sigue ahí, bien sea para ampliar la profundidad de los Lakers o como ficha de cambios. El novato Kyle Kuzma tuvo una buena actuación en la Liga de Verano, y además, los Lakers firmaron a Kentavious Caldwell-Pope sin tener que conceder mucho en lo que respecta a su espacio de tope salarial para 2018, lo cual tendrá a los Lakers como punto de debate con cada agente libre que se aparezca. Ya los aficionados de los Lakers han comenzado a jugar con Photoshop, poniéndole su camiseta dorada a una variedad de jugadores estrella.

En el pasado, los esfuerzos de traer agentes libres a California fueron en vano. En algunos casos, los Lakers quizás ganaron perdiendo. ¿Acaso habría ayudado el mantener a Dwight Howard o agregar a Carmelo Anthony, un centro y un anotador con gran posesión del balón, cuando la NBA se ha alejado de los hombres gigantes y el énfasis en movimiento de balón? ¿O los Lakers hubiesen estado mejor con un Phil Jackson manejando la gerencia en vez de Jim Buss, considerando la manera en que fue el destino de Jackson con los New York Knicks?

Esta franquicia venera su legado, y ahora el hombre con la camiseta retirada más adorada en los Lakers y dueño de cinco banderines está de vuelta. Magic Johnson es presidente, vendiéndose a sí mismo y su familiar sonrisa tanto o más que al miso equipo.

"Los aficionados de los Lakers deberían sentirse emocionados", dijo Johnson, luego de la rueda de prensa de presentación de Ball. "Estamos de vuelta".

Y los fanáticos se lo compraron. Literalmente. Buena suerte tratando de conseguir una entrada la temporada que viene.