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Tras varios fracasos, México busca brillar en el Clásico Mundial de Béisbol

El mánager Benjamín Gil conversa con el jardinero Randy Arozarena en uno de los partidos de preparación para el Clásico Mundial. Chris Coduto/Getty Images

Han pasado 14 años desde la última vez que México avanzó más allá de una primera ronda en el Clásico Mundial de Béisbol. Todos los jugadores que representaron al país en aquella edición de 2009 - salvo el sinaloense Oliver Pérez - están retirados de la pelota activa. Uno de ellos, el ex lanzador Elmer Dessens, fungirá en 2023 como entrenador de bullpen.

En su corta historia, el Clásico Mundial de Béisbol ha reflejado el dominio de las naciones tradicionalmente asociadas con el poderío de este deporte: Japón arrancó como bicampeón, mientras que la República Dominicana y Estados Unidos se llevaron los últimos dos torneos. Cuba, Corea del Sur, Puerto Rico y Venezuela han alcanzado el podio en algún momento. Mientras tanto, México jamás ha alcanzado siquiera la ronda semifinal.

Si bien ningún pelotero mexicano ha logrado ser electo al Salón de la Fama en Cooperstown, se destaca por ser el séptimo país con más jugadores presentes en la historia de Major League Baseball. Para el 2023, el roster actual de México presenta en su mayoría a elementos de Grandes Ligas, incluyendo a estrellas como Julio Urías, Randy Arozarena y José Urquidy - por lo que buscarán una participación histórica en este torneo internacional.

"La expectativa es llegar a la final", dijo Rodrigo López, gerente general de la selección mexicana, en entrevista con ESPN. "Primero tenemos que pasar la primera ronda, pero el formato que se ha generado en este 2023 es que de ahí en adelante son juegos de eliminación; entonces, en un juego todo puede pasar", continuó.

México se enfrentará a Estados Unidos, Colombia, Canadá y Gran Bretaña en el Grupo C de la competencia. Junto a los estadounidenses, los mexicanos se perfilan a ser de los equipos más fuertes del sector. Además, contarán con el apoyo de su fanaticada, ya que disputarán sus duelos en Phoenix, Arizona, a unos escasos 245 kilómetros de la frontera mexicana.

Pese a las aparentes ventajas, el equipo mexicano ha quedado a deber en situaciones similares de los Clásicos anteriores. En 2013, también jugando todos sus partidos en Phoenix, los aztecas se quedaron fuera en la fase de grupos, al caer ante Italia y Canadá. Irónicamente, su única victoria aquel año fue ante Estados Unidos. Cuatro años después, jugando en Guadalajara, otra vez perdieron en primera fase contra los italianos, resultado que prácticamente sentenció su eliminación.

"Si quieres ganar ese torneo, o llegar a las últimas rondas al menos, todos (los jugadores) tienen que llegar preparados y enfocados", dijo Chris Roberson, quien jugó para México en aquel torneo del 2017, en entrevista con ESPN. "La unión entre los jugadores tiene que ser muy fuerte para que las cosas funcionen desde el arranque", continuó.

Otras naciones con dificultades en las primeras ediciones del Clásico se han repuesto con el paso del tiempo, situación que México espera replicar en esta ocasión. Previo a ganar en 2017, el mejor resultado de Estados Unidos en el Clásico había sido terminar en cuarto lugar en la edición del 2009. Puerto Rico suma dos finales consecutivas luego de ni siquiera llegar a las semifinales en las anteriores dos instancias.

Según López, quien lanzó para México en 2006, 2009 y 2013 previo a su rol como directivo, muchos de los errores que aquejaban a la selección mexicana en esas épocas han sido corregidos. Para esta edición, el análisis estadístico y la acumulación de información jugaron un rol especial en la selección de jugadores y en el estudio de los rivales.

"Cuando empezó el torneo, el deporte no era tan global como ahora", dijo López. "En 2006, no teníamos tanta información sobre los rivales asiáticos. Me tocó (jugar) contra Corea, y ahí sí nos pegaron una sorpresa", recordó.

El tema de reclutar jugadores también ha llegado a ser problema en el pasado, según recuerda López. En el 2013, por ejemplo, varios jugadores mexicanos declinaron a la convocatoria. En esa ocasión, los mexicanos fueron últimos de su grupo.

"Hicieron uso de jugadores que algunos ya estaban casi por el retiro y otros muchachitos muy jóvenes", dijo López. "En ese torneo, habían jugadores que hasta jugaron fuera de posición", continuó.

Para el torneo actual, a pesar de la baja de Alejandro Kirk, el cátcher de los Toronto Blue Jays, México llega prácticamente con una plantilla completa. Como ex lanzador, López parece haber puesto énfasis especial en reclutar a los mejores brazos que tiene el país. La rotación de abridores puede ser considerada entre las mejores del torneo, con Urías, Urquidy, Patrick Sandoval y Taijuan Walker los que probablemente tomarán la pelota en los partidos de grupo.

Del lado ofensivo, los bates de Arozarena, Alex Verdugo, Rowdy Téllez, Joey Meneses y Luis Urías inspiran esperanza en que la ofensiva pueda respaldar a los lanzadores. El tijuanense Benjamín Gil, quien ganó una medalla de bronce como jugador en los Juegos Panamericanos del 2007, será el encargado de tomar las riendas del equipo como mánager. Con los Tomateros de Culiacán en la Liga Mexicana del Pacífico, Gil ha ganado cuatro campeonatos.

"Si México hace lo que tiene que hacer, van a estar ahí (en las últimas rondas)", dijo Roberson. "No sólo van a pasear, van a ser parte de todo. Quizás hasta ganar el campeonato," continuó.

Esta construcción del roster y el momento que viven muchos de los elegidos de la selección tricolor no ha pasado desapercibido entre los expertos que analizan el torneo. México está clasificado como séptimo (entre 20 selecciones) en los power rankings de ESPN previos al Clásico. Terminar en esa posición supondría llegar a cuartos de final, una mejoría sobre los últimos resultados - pero no lo que desea su afición.

"Me siento afortunado y bendecido porque me toca vivir una época del béisbol mexicano donde tenemos muchos jugadores establecidos en Grandes Ligas", dijo López. "Imagínate ganar (el Clásico), si se llega a ese logro, pues para mí sería uno de los mejores momentos de mi vida y un orgullo para México, poder elevar el béisbol del país al cielo", concluyó.