Lo de Filadelfia va en serio

Tres grandes contrataciones en Kevin Milwood, Jim Thome y David Bell, aparte de mantener el núcleo del equipo intacto, hacen pensar en los Filis como serio contendor en el este de la Nacional

El poder de Jim Thome transformará la alineación del mánager Larry Bowa. (AP)
Pasa todos los años sin falta. Un equipo acapara la atención con contrataciones de lujo que hacen considerar como inexorable que su destino es la Serie Mundial.

El equipo que se ajusta a ese molde en el 2003 son los Filis de Filadelfia.

Falta por ver si los fichajes de Jim Thome, Kevin Millwood y David Bell darán el impulso necesario para catapultar a los Filis por encima de los Bravos de Atlanta, que buscarán conseguir un duodécimo título de división.

La experiencia dice que el invertir en agentes libres de alta cotitazación no garantiza éxito inmediato. Mets, Dodgers y Rangers son casos recientes de esa máxima del béisbol.

Thome, Millwood y Bell vienen a reforzar a la que ya era un sólida base de jugadores en Bobby Abreu, Pat Burrell, Mike Lieberthal y Vicente Padilla.

Las expectativas son grandes en Filadelfia y eso lo sabe el mánager Larry Bowa, quien a toda costa ha procurado poner paños tibios.

La gran prueba de fuego de los Filis será demostrar que tienen el carácter para abrirse paso en la que promete ser una de las divisiones más reñidas de las mayores. Todo sus integrantes, Bravos, Mets, Expos y Marlins, se asoman a la ventana con aspiraciones de banderín en el Este del viejo circuito.

La principal excusa de los Filis en años anteriores ha sido su cuerpo de lanzadores, pero para el 2003 el panorama pinta con otra tonalidad.

Con el ex Bravo Millwoood (18-8 y 3.24 de efectividad), la rotación de abridores adquiere una dimensión diferente, para bien.

Millwood aportaría la cuota de experiencia en un elenco de brazos jóvenes, con el nicaragüense Padilla, Randy Wolf, Bradon Duckworth y Brett Myers.

Tanto Padilla (14-11, 3.28) como el zurdo Wolf (11-9, 3.20) poseen el repertorio para superar la barrera de las 20 victorias.

Padilla fue la gran revelación de la campaña pasada, su primera completa en Grandes Ligas, en la que fue seleccionado al Juego de las Estrellas.

Sin embargo, el nicaragüense mermó notablemente su efectividad en la recta final, siendo bombardeado con facilidad, algo que se atribuyó a la excesiva carga de innings.

Este año, con más descanso y más sapiencia de las mayores, Padilla podría redondear una temporada rutilante de principio a fin.

Duckworth (8-9, 5.41) y Myers (4-5, 4.25) son pitchers que pasaron por altibajos en el 2002, pero su potencial es inmenso.

El bullpén, talón de Aquiles en años previos, ha mejorado.

El dominicano José Mesa viene de completar su segunda temporada con 40 rescate o más y su efectivad de 3.12 fue la cuarta mejor cifra en la liga. Sus rescates, no obstante, nunca fueron tarea fácil, ya que con frecuencia se metió en apuros en la novena.

El venezolano Carlos Silva, Terry Adams y Dan Plesac, serán los encargados de trabajar los episodios intermedios.

Thome (304, 52, 118) será la bujía en el ataque, pero los Filis tendrán que tener paciencia con el ex Indio. Thome tiende venir de menos a más y además tendrá el reto de asimilar una nueva liga.

La llegada de Bell (261, 20, 73) a la antesala significó el traslado del dominicano Plácido Polanco de tercera a segunda.

Bell no estará al mismo nivel de un Scott Rolen y mucho menos Mike Schmidt, pero los Filis contarán ahora con un bateador derecho de promedio y fildeo de primera.

El cambio de posición es una suerte de bendición para Polanco (288, 9, 49, ya que la intermedia es su almohadilla predilecta. El habilidoso Jimmy Rollins (245, 11, 60) es garantía de defensa en las paradas cortas y es una amenaza constante en las bases, como lo indican sus 31 robos.

El venezolano Tomás Pérez (250, 5, 20) es uno de los favoritos de Bowa por su talento para cubrir todos las posiciones en el infield.

Lieberthal (279, 15, 52) no fue el mismo en el 2002, en el que de a poco fue recuperando su nivel de antaño tras perderse la temporada del 2001 por una serie lesión en la rodilla.

Aún cuando no produzca ofensivamente como antes, Lieberthal es de lejos uno de los mejores receptores de la liga.

Qué no se puede decir del guardabosque derecho Abreu, otro venezolano en la novena.

Abreu brilla con luz propia en el firmamento de las mayores. Es uno de los bateadores más peligroso, como lo muestra su promedio de 308, 20 jonrones y 85 impulsadas. Sus 50 dobles fueron la cifra más alta en la Nacional.

El jardinero izquierdo Burrell (282, 37, 116) acumuló la mayor cantidad de bambinazos y remolcados para un Fili desde que Schmidt tuvo 37 y 119 hace casi dos décadas.

El prospecto Marlon Byrd (229 en diez juegos con el equipo grande) tendrá la oportunidad de jugar regularmente desde el primer día.

-AP

 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Filadelfia
martes, 11 de marzo
Portada