La clasificación de los Reales de Kansas City al Clásico de Otoño el año pasado fue una historia fantástica, disfrutada al máximo por una sufrida afición que esperó 29 años para ver a su equipo finalmente jugando béisbol en octubre.

Ningún equipo tuvo una mejor postemporada sin ganar un anillo de campeonato que los Reales, y es por eso que su pase a esta Serie Mundial 2015 tiene un gran sabor a cuenta pendiente.

Desde un ingenioso torpedero que ha hecho su trabajo sin fanfarria, un cátcher golpeado de pies a cabeza, un veterano jardinero que jamás había visto un octubre y un inédito conjunto de talentosas figuras, correcaminos, toleteros y enigmáticos lanzadores, no cabe duda que lo logrado por este elenco de personajes fue sinigual.

Los Reales dejaron al mundo del béisbol con las ganas al caer ante los Gigantes de San Francisco en el séptimo partido de la Serie Mundial el año pasado, pero en conjunto se trazaron de nuevo la meta de regresar al escenario donde terminó todo, el Kauffman Stadium.

Sigilosamente, los Reales arrollaron la División Central para finalizar el año con 95 victorias, la mayor cantidad en la Liga Americana, siendo el primer equipo del circuito joven en ponchar su boleto a la postemporada 2015.

Lo lograron después de un pésimo mes de septiembre, donde registraron marca de 11 victorias y 17 derrotas, el primer equipo desde 2010 en terminar con una marca de menos de .500 en septiembre y clasificar a la Serie Mundial.

Así rompieron también con la norma no escrita de que jugar bien en el último mes de la temporada regular te lleva a tener un mejor desempeño en los playoffs, siguiendo a la perfección la especialidad de Kansas City, ir en contra de lo convencional.

Como dijo el MVP Alcides Escobar desde el principio de los playoffs: ir en contra de todos los pronósticos es su especialidad.

En ruta a su segunda participación en la Serie Mundial, los Reales dejaron atrás al equipo más caliente en Grandes Ligas, los Astros de Houston y a los favoritos de muchos para coronarse campeones por su indomable ofensiva, los Azulejos de Toronto.

Y Kansas City obtuvo la carrera de la victoria de la manera más adecuada, anotando desde primera base en la octava entrada después de una base por bola precedida por un retraso de 45 minutos por lluvia. Una jugada que define el estilo de béisbol que juegan los Reales: implacable y poco convencional.

Es así como esta Serie Mundial será la primera vez en la historia que verá frente a frente a dos franquicias establecidas después de la era de expansión de las Grandes Ligas (de 1961 en adelante), con los Mets de Nueva York siendo fundados en 1962 y los Reales en 1969.

También tendrá el atractivo adicional de que pondrá fin a una extensa sequía de campeonato de casi tres décadas ya sea en Kansas City o en Queens, con los Reales habiendo ganado su primer y único anillo en 1985, y los Mets un año más tarde, en 1986.

Los equipos se han enfrentado nueve veces desde la instauración de los partidos interliga en 1997, con los Reales teniendo una ligera ventaja de 5-4 en la serie. Los Mets no han visitado Kauffman Stadium desde 2004.

Los Mets están edificados en torno a su pitcheo abridor y los Reales definidos por ser el mejor equipo de contacto con la pelota, además de contar con un espectacular relevo. La búsqueda de un nuevo campeón arrancará el 27 de octubre, coincidentemente el aniversario de los anillos de ambos equipos.

La Serie Mundial promete ser el duelo perfecto, donde la fortaleza de un equipo pondrá a prueba la debilidad de otro, y no cabe duda que no hay nadie como estos Reales para poner a prueba de qué están hechos los Mets.

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Los Mets de Nueva York casi podían saborear el pase a su primera serie de campeonato desde 2006 la noche del martes.

Tras haberse robado una victoria en Los Ángeles ante nada menos que el tres veces Cy Young, Clayton Kershaw, un impresionante despertar ofensivo, jamás visto en la historia de los playoffs metropolitanos, puso a soñar con más béisbol en octubre a los fans en Queens después de tomar una ventaja dos partidos a uno sobre los Dodgers.

Pero fue precisamente Kershaw, el proverbial miembro de la letal dupla con Zack Greinke que los hace el uno y dos más temido en Grandes Ligas, quien se encargó de acallar las gradas en Queens pitcheo por pitcheo a través de siete entradas para enviar la serie a un quinto y decisivo partido.

Después de su soberbia presentación en la lomita, donde el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional no mostró ni vestigios de estar lanzando con un día menos de descanso, los fans neoyorquinos se tuvieron que despedir de sus queridos Mets sin saber si los volverán a ver el próximo sábado contra los Cachorros de Chicago en la serie de campeonato, o la primera semana de abril de 2016.

Y la realidad es que fue una gran oportunidad desperdiciada por los Mets.

Propinarle al mejor lanzador en Grandes Ligas lo que había sido entonces su quinta derrota consecutiva en la postemporada les había dado la oportunidad de recuperar la ventaja como dueños de casa que desperdiciaron tras perder cinco de sus últimos seis partidos para concluir la temporada regular.

Pero el mismo Kershaw se encargó de arruinarles la fiesta.

Muchos podrán argumentar que los Mets ni siquiera deberían estar en esta posición por lo sucedido con la controversial barrida ilegal de Chase Utley, pero el equipo neoyorquino tuvo que pasar la página, y su enfoque tiene que estar por completo en algún tipo de despertar ofensivo contra el lanzador que permitió el menor número de carreras en todo Grandes Ligas.

Greinke es el candidato principal para ganar el Cy Young 2015 en la Liga Nacional después de haber registrado una efectividad de 1.66, la más baja registrada en Grandes Ligas desde el 1.63 del inmortal Greg Maddux en 1995.

Pero si los Dodgers están confiados con Greinke en la lomita para el quinto juego, los Mets no tienen nada que envidiarles entregándole la pelota a Jacob deGrom, lo cual nos promete lo que podría ser un clásico duelo de pitcheo postemporada.

Ambos ganaron sus respectivas aperturas, deGrom siendo el más dominante de los dos, pero Greinke subirá a la lomita del Dodger Stadium con una de las mejores marcas en casa en todo Grandes Ligas (10-1) y habiendo acumulado una ínfima efectividad de 1.46 en los confines del Dodger Stadium.

Mientras los Mets estarán dependiendo por completo del brazo de deGrom, y quizás de los bates de Wilmer Flores (.375) y Daniel Murphy (.313), los únicos bateadores metropolitanos con buenos números en su limitada experiencia con Greinke, los Dodgers confían en el despertar ofensivo del primera base Adrian Gonzalez.

El "Titán", quien ha tenido una excelente postemporada con cuatro partidos consecutivos con al menos una carrera impulsada, cuenta con tres hits, dos de ellos cuadrangulares, en ocho turnos contra el as de los Mets.

Además, podríamos ver la reaparición de Utley. El veterano segunda base, quien no ha jugado en los dos partidos desde que su deslizamiento en segunda base terminó en una fractura de pierna para Rubén Tejada, cuenta con tres hits en 10 turnos al bate contra deGrom.

Un solo error podría ser la diferencia en este anticipado duelo de pitcheo Greinke-deGrom, un solo swing podría decidir quién recibirá a los Cachorros en la serie de campeonato. Y si hablamos de cuadrangulares, Greinke permitió dos en su primer partido, y cuatro en sus últimas cinco aperturas de la temporada regular. El último vuelacercas permitido por deGrom fue hace más de un mes, el 9 de septiembre.

Al fin y al cabo, suceda lo que suceda, los Cachorros serán los más beneficiados, ya que no verían ni a Kershaw, ni a Greinke, ni a deGrom para arrancar la serie de campeonato el sábado. Aunque secretamente Chicago, que les ganó todos y cada uno de sus siete partidos en contra esta temporada, estará izando un banderín de "Let's go Mets!".

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Los Yankees de Nueva York y los Azulejos de Toronto finalmente arrancarán su anticipada penúltima serie de temporada regular este viernes en el Bronx. Serán los primeros cuatro de siete partidos restantes entre los rivales divisionales este 2015, los cuales están siendo augurados como decisivos para las aspiraciones de postemporada de ambos equipos.

Los Azulejos cuentan con el mejor récord en todo Grandes Ligas desde el 29 de julio, habiendo acumulado una impresionante marca de 29 victorias y sólo 9 derrotas.

Los decaídos Yankees, a pesar de múltiples lesiones, milagrosamente han sabido mantener el paso con los líderes del Este de la Americana y se ubican a un juego y medio del tope divisional.

Pero mientras no cabe duda que todas y cada una de las series disputadas por equipos aspirantes a playoffs cobran mayor importancia llegado septiembre, nada quedará decidido una vez los Azulejos se despidan del Yankee Stadium al concluir el partido del domingo.

Y esa es precisamente la perspectiva de los peloteros en Toronto, incluido el estelar toletero dominicano Edwin Encarnación: que aún queda mucho béisbol por jugar.

"Va a ser [una serie] muy importante, pero no la que va a decidir nada, faltan muchos juegos", dijo el estelar primera base y bateador designado. "Todavía faltan muchos juegos después que juguemos con los Yankees. Los momentos decisivos se verán al final".

El jardinero Jose Bautista coincidió con su compatriota y compañero de equipo, reiterando que con más de tres semanas y 23 partidos restantes de temporada, es muy temprano para otorgarle demasiada importancia a un solo resultado.

"Cuando el posicionamiento está cerrado, como es el caso con nosotros ahora mismo, los juegos cogen más importancia pero uno no puede cambiar la forma de pensar, y pensar que cada juego es el último de la temporada", sentenció Bautista. "Uno tiene que concentrarse en lo que lo ha mantenido teniendo éxito hasta este momento en la temporada y seguir haciendo eso".

Pero mientras ganar la serie contra los Yankees este fin de semana será un gran impulso para sus aspiraciones, al equipo canadiense le esperan múltiples desafíos a la vuelta de la esquina.

Al concluir la serie en Nueva York, los Azulejos viajarán a Turner Field a medirse a los deplorables Bravos de Atlanta, una serie que deberían barrer con muchísima facilidad con su poderosa ofensiva y el pésimo pitcheo de sus últimos rivales interligas.

No obstante, después los Azulejos disputarán el resto de sus partidos contra rivales divisionales, incluidos tres juegos más contra los Medias Rojas de Boston, ante quienes han perdido sus últimas dos series y cinco de sus últimos siete enfrentamientos.

Tras tres juegos más contra los Yankees en casa del 21 al 23 de septiembre, los Azulejos tendrán tres partidos contra Tampa Bay, otro rival divisional que se les ha hecho sumamente difícil esta temporada, habiendo ganado sólo cinco de sus 13 choques este año (aunque cabe destacar que sus peores rachas fueron a principios de temporada, mucho antes del gran momento que están viviendo en la actualidad).

Las últimas dos series de temporada regular de los Jays serán contra Baltimore, contra quienes cuentan con un dominante récord de 9-6, pero luego se toparán de nuevo con Tampa Bay para concluir la campaña regular.

Los Yankees fallaron en aprovechar las dos derrotas de los Azulejos en Fenway Park, sufriendo a la vez dos reveses ante los Orioles, un equipo que habían dominado a través de todo el año.

De los 24 partidos restantes para el equipo neoyorquino, 17 serán contra rivales divisionales, siete de ellos contra los Azulejos, ante quienes han ganado sólo cuatro de sus 12 enfrentamientos. Los Yankees también tendrán que enfrentar a los candentes Mets de Nueva York para su última serie de interliga del 18 al 20 de septiembre.

La única esperanza para Nueva York no será sólo tener una buena presentación ante los Jays y los Mets, sino también barrer series contra equipos como los decaídos Medias Blancas de Chicago, y seguir dominando a sus rivales divisionales como han hecho a través de la temporada. Fuera de Toronto, los Yankees han ganado la serie de temporada contra Tampa Bay (10-6), Boston (10-5) y Baltimore (9-7).

Pero al fin y al cabo, podría ser demasiado poco y demasiado tarde para los Yankees, con los Azulejos perfectamente posicionados para ganar su primer banderín del Este de la Americana y clasificar a su primera postemporada desde 1993, y poner fin a la sequía de béisbol en octubre más larga activa en Grandes Ligas.

Una sola serie a mediados de septiembre puede que no determine nada, pero no cabe duda que de ser barridos, los Yankees podrían verse relegados a ser meros observadores de resultados en el marcador y tener que conformarse con una cita en un partido de comodín para decidir su temporada.

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Alex RodriguezAP Photo/Elise Amendola
Él ha pasado más de dos décadas en el ojo público y ha sido centro de debates, y a los 40 años, Alex Rodríguez está teniendo una gran temporada para los Yankees de Nueva York. Ha jugado para tres equipos, ha ganado tres premios de JMV, ha sido el jugador mejor pagado en todo el béisbol -- y ha recibido una de las suspensiones más extensas en la historia del deporte.

He aquí tres cosas que quizás no conocías de él, incluyendo su interesante selección para el mejor jugador de béisbol de todos los tiempos.


1- ¿Cuál es tu cantante o grupo favorito?
Me gusta Jay-Z, Journey y Kings of Leon.


2- ¿Cuál es tu canción favorita?v Forever Young (Bob Dylan)


3- ¿Cuál es tu película y actor favorito?
Mi película favorita es Wall Street, y el actor Michael Douglas. Creo que es un talento increíble.


4- ¿MJ o LeBron?
Michael Jordan


5- ¿Qué talento te gustaría tener?
Mis hijas piensan que soy un cocinero terrible, se burlan mucho de mí. Realmente me gustaría ser un mejor cocinero.


John McClane Die Hard20th Century-Fox/Getty Images
6- ¿Quién es tu superhéroe favorito y por qué?
John McClane en las películas Die Hard, él es mi superhéroe, estuvo increíble


7- ¿Eres fan de alguna serie de televisión?
House of Cards; ya terminé de verla y quiero ver más.


8- ¿Cuál fue la última foto que tomaste con tu teléfono? Les tomé una foto a mis hijas burlándose de mí, imitando la forma en que corro alrededor del campo como un viejo.


9-Si pudieras volver a cualquier edad, ¿cuál sería y por qué?
Nunca me gusta pensar en volver atrás, yo sólo miro hacia adelante.


10- ¿A qué lugar más deseas viajar, y nunca has estado?
Sedona, Arizona


11-¿Cuál es la cicatriz más extraña que tienes y cómo la conseguiste?
Tengo una gran cicatriz en el muslo por una mordedura de mi perro, un pastor alemán. Su nombre era Ripper (Destripador). Él estaba tratando de meterse en una pelea con otro perro y traté de separarlos y ahí me mordió bastante fuerte.


12- ¿Quién es el mejor jugador de béisbol de todos los tiempos?
Barry Bonds


13- ¿Cuál es el momento más inolvidable de tu vida?
Los nacimientos de mis dos hijas son los dos mejores momentos de mi vida. En lo profesional, el momento en que salté encima de Mariano Rivera en el montículo cuando ganamos el campeonato en el 2009.

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El tema tabú entre los fans de los Mets de Nueva York a estas alturas de la temporada, donde están ensimismados en una candente batalla por el banderín del Este de la Liga Nacional, es cómo un equipo con tan poca experiencia mantendrá la entereza necesaria para conseguir el boleto que les permitirá jugar béisbol en la postemporada.

La falta de experiencia de lo que significa jugar béisbol en octubre se ve en su mayoría reflejada entre el cuerpo de lanzadores, ya que, sorpresivamente, un buen número de los jugadores de posición metropolitanos han disputado partidos de postemporada.

El jardinero Curtis Granderson ha jugado 36 partidos en ocho series de playoffs, incluida la Serie Mundial 2006 con los Tigres de Detroit, y el cubano Yoenis Céspedes también disputó 10 juegos de postemporada con los Atléticos de Oakland entre 2012 y 2013.

El veterano tercera base Juan Uribe ha jugado 44 partidos en 10 series de postemporada, y tiene un anillo de campeón de Serie Mundial con los Medias Blancas de Chicago en el 2005. Michael Cuddyer cuenta con 22 partidos de experiencia en playoffs en siete series con Minnesota, y aunque sólo ha acumulado siete turnos al plato, Kelly Johnson ha jugado cuatro series de postemporada entre Atlanta, Tampa Bay y Baltimore.

David Wright es el único jugador activo que estuvo en el plantel de 2006, la última vez que los Mets jugaron béisbol en playoffs, y el capitán continúa su proceso de rehabilitación en ligas menores por sufrir de estenosis espinal, aunque se anticipa que se reúna con el equipo la próxima semana en Filadelfia.

Cuando miramos hacia el cuerpo de lanzadores, lo cual es la clave para cualquier buena batalla en playoffs, sólo Bartolo Colón (10 partidos en siete series de postemporada) y Tyler Clippard, quien jugó con Washington el año pasado y en el 2012, han lanzado en octubre.

Los abridores Jacob deGrom, Matt Harvey, Noah Syndergaard y Jonathon Niese nunca han tenido la oportunidad de lanzar en un partido de vida o muerte para su equipo, al igual que tampoco lo han hecho los relevistas Carlos Torres, Sean Gilmartin, Hansel Robles o Logan Verrett, ni el taponero Jeurys Familia.

El dirigente Terry Collins admitió que su cuerpo de lanzadores se pondrá verdaderamente a prueba estas próximas semanas, donde cada partido cuenta, y que sería importante ver la manera en que manejan una situación en la que nunca habían estado en su carrera.

Quizás sea precisamente la experiencia de lo que lograron los Reales de Kansas City la temporada pasada, que llegaron a los playoffs por primera vez desde 1985, lo que les sirva de motivo de inspiración a los Mets, un equipo con falta de experiencia pero que logró llegar lejos.

No obstante, fue precisamente el temple de los ahora tres veces campeones de Serie Mundial en los últimos cinco años, los Gigantes de San Francisco, uno de los factores determinantes para alzarse de nuevo con el añorado anillo del Clásico de Otoño sobre Kansas City.

Los Cardenales de San Luis, que han sido el mejor equipo de la Liga Nacional y de todo el béisbol durante la temporada, se mantienen como favoritos de los expertos, y tienen la experiencia a su favor, al haber clasificado a playoffs siete veces en los últimos diez años. En la última década, los Cardenales han llegado a tres Series Mundiales, ganando dos, y se han coronado campeones divisionales en seis ocasiones, siendo una de ellas en el 2006 sobre los Mets.

Sin embargo, la ignorancia es atrevida, y nadie les puede decir a uno de los cuerpos de lanzadores más sólidos en Grandes Ligas que su falta de experiencia podría costarles un puesto en playoffs.

Cada pelotero de los Mets afirma que no está enfocado en qué sucederá más allá del próximo partido. Y esa es su mejor opción, porque un horizonte donde podrían toparse con los Cardenales no parece ser muy prometedor.

Apenas la noche anterior, Familia evitó por completo un colapso en la novena entrada en un partido que tenían ganado desde el principio ante los Orioles. Al final, el dominicano cumplió, pero no sin antes recordarles a los pesimistas fans de los Mets lo difícil que es ganar partidos de importancia en las últimas semanas de la temporada... y todavía estamos a mediados de agosto.

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La serie entre los Yankees de Nueva York y los Azulejos de Toronto este fin de semana hizo muy poco para definir la tabla del Este de la Liga Americana con casi 50 partidos restantes de la temporada regular, pero mucho para revelarnos la identidad de ambos equipos.

Aunque les habían augurado que serían sepultados por los candentes Azulejos, ubicados hasta el viernes en el primer lugar tras una racha de 11 victorias al hilo, los Yankees sorprendieron ganando los primeros dos partidos y recuperando el primer lugar que custodiaron por 41 días consecutivos desde principios de julio.

Los Yankees demostraron que aún no hay nada perdido, y que, como afirmó el propietario mayoritario Hal Steinbrenner, la división quizás sea suya para perderla o ganarla.

Pero los Bombarderos del Bronx también volvieron a revelar su talón de Aquiles, los años que pesan en una ofensiva que ha fallado en ser consistente a través de la temporada.

Lo sucedido ante Toronto este fin de semana nos recordó cuando los Yankees perdieron 10 de 11 juegos a fines del pasado mes de mayo, lo cual no había sucedido desde 1995.

Después de aquella pésima racha, el equipo neoyorquino retomó el sendero del triunfo barriendo a quienes han sido sin duda el mejor equipo en la Liga Americana, los Reales de Kansas City, y siguieron subiendo sistemáticamente hasta el tope divisional, donde llegaron a tener una ventaja de siete partidos.

Así hicieron los Yankees este fin de semana, que después de haber sido casi barridos por los Indios de Cleveland, uno de los peores equipos en la División Central, le ganaron la serie a Toronto para retomar una ventaja de medio juego al tope del Este.

Los Azulejos por su parte nos mostraron tener una debilidad similar a la de los Yankees, viviendo o muriendo de la mano del corazón de su ofensiva, pero a la vez exhibieron una entereza y profundidad que hace mucho tiempo no se había visto en Toronto.

La ofensiva canadiense no pareció el mejor 1 al 5 en Grandes Ligas, como muchos expertos lo han laureado, ante el pitcheo de los Yankees, pero no cabe duda que su victoria el domingo sirvió para recordarnos que en la candente batalla por el Este será determinante contar con la amenaza de bates como Josh Donaldson, José Bautista y Edwin Encarnación en el corazón de la alineación.

El trío Donaldson-Bautista-Encarnación se ha combinado para 80 cuadrangulares y 234 carreras impulsadas, pero lo más importante para el equipo es que 15 de esos jonrones y 37 de esas remolcadas han sido estas primeras dos semanas del mes de agosto.

Los Yankees por supuesto cuentan con Alex Rodríguez, Mark Teixeira y Brian McCann, que han sumado 75 cuadrangulares (11 en agosto) y 211 RBI, pero la mayor diferencia es que han registrado sólo 17 carreras impulsadas en los últimos 13 partidos.

Mientras la ofensiva de los Azulejos ha ido calentando con seis semanas restantes del calendario regular, la de los Yankees ha ido en retroceso, y entre dos equipos cuyo pitcheo abridor ha estado colmado de altas y bajas eso será lo que finalmente podría voltear la balanza a su favor.

Una gran beneficio para los Yankees para mantenerse al tope de la tabla será que tendrán la ventaja como dueños de casa el resto de la temporada, ya que disputarán casi dos terceras partes de sus 46 partidos restantes dentro de los lujosos confines de la catedral del béisbol en el Bronx.

En sus 53 partidos en Yankee Stadium, la menor cantidad de juegos en casa en toda la Liga Americana (en comparación los Blue Jays han jugado 63), Nueva York tiene una marca de 32 ganados y 21 perdidos, 10 victorias más que las que han registrado como visitantes.

Fuera de casa, los Yankees han ganado 32 y perdido 31, que aunque es uno de los pocos récords sobre la marca de .500 en la Americana, debería ser mucho mejor al liderar la mayoría de las categorías ofensivas como visitantes en el nuevo circuito, como hits (538), carreras anotadas (282), impulsadas (271) y son segundos en cuadrangulares (75).

Para los Yankees no hay nada como jugar en su estadio y así lo podrán hacer en 28 ocasiones hasta el 1 de octubre.

No sólo eso, 14 de esos 28 partidos en casa serán contra rivales divisionales. Fuera de Toronto (4-8), los Yankees cuentan con un récord ganador ante todos sus oponentes del Este de la Americana, con marca idéntica de 8-5 ante los Rays de Tampa Bay y Orioles de Baltimore, y 8-4 sobre los Medias Rojas de Boston.

Además, a pesar de tener que medirse en series de tres partidos a sólidos equipos como los Astros y los Mellizos, ambos cuentan con pésimos récords como visitantes, Houston (24-35) y Minnesota (21-34).

Ahora quedará de los Azulejos demostrar que su marca de 12 ganados y sólo tres perdidos en agosto no fue un espejismo, porque aunque dominen a los Yankees en los siete partidos que les quedan por disputar, lo que cada equipo sepa hacer con los oponentes más débiles el resto del año será lo que marcará la diferencia, y les garantizo que el resto del béisbol buscará vestirse de aguafiestas.

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Los Yankees de Nueva York han visto desaparecer sistemáticamente lo que en un momento fue una ventaja de siete juegos al tope del Este de la Liga Americana tras una espléndida racha de ocho victorias consecutivas de los Azulejos de Toronto, la que incluyó una barrida en tres partidos en el Bronx el pasado fin de semana.

Los reforzados Azulejos, en particular con el impacto inmediato del bate de Troy Tulowitzki para acompañar a los ya espléndidos toleteros Josh Donaldson, José Bautista y Edwin Encarnación, además del brazo del David Price, se han convertido en aguafiestas en una división que hace dos semanas practicamente todos los expertos en el béisbol se la habían entregado a los Bombarderos del Bronx.

Los Yankees habían anotado 90 carreras en 10 partidos, haciéndose en un momento del mejor récord desde el receso del Juego de Estrellas, donde además contaban con el mejor promedio global de bateo en Grandes Ligas con .290.

No obstante, 11 victorias en 12 partidos han permitido que los Azulejos acorten un déficit de ocho juegos en el Este de la Americana a sólo uno y medio. Los Azulejos son el único rival divisional contra quienes los Yankees no cuentan con un récord ganador esta temporada, habiendo ganado sólo dos de sus nueve enfrentamientos.

Y fue así como la narrativa cambió en dos semanas.

La potente ofensiva de los Azulejos lidera a los 30 equipos de Grandes Ligas en porcentaje de slugging con .445 y total de carreras anotadas con 597, para un impresionante promedio de carreras por partido de 5.28. Además, sus 153 cuadrangulares son superados sólo por los Astros de Houston (156).

Su diferencial de carreras es además un descomunal 129, más del doble del obtenido por los Yankees (61), y 51 más que el segundo mejor en la Liga Americana, Houston con 78.

Entonces, ¿por qué los Yankees afirman no estar preocupados, aunque deberían estarlo?

Lo primero es que el equipo neoyorquino confía en que su ofensiva volverá a ser una de las más potentes en Grandes Ligas, y no la que anotó sólo cuatro carreras en los últimos cinco partidos.

Los bates de los Bombarderos se desaparecieron durante una importante serie que colocó frente a frente a los dos equipos más anotadores en la gran carpa. En comparación con las 10 carreras anotadas por los Azulejos en tres partidos, los Yankees anotaron sólo una y tuvieron una racha de 26 entradas en cero, una de las peores en la historia de la franquicia.

Pero así mismo sucedió a finales de mayo, cuando los Yankees perdieron 10 de 11 juegos por primera vez desde 1995. Esos Yankees registraron 10 errores y 10 derrotas en 11 partidos, con un promedio de apenas 3.1 carreras por partido, y sus abridores registraron una abultada efectividad de 6.42.

En aquel entonces, fueron muchos los que sepultaron a los Yankees, quienes respondieron a las críticas con un récord de 32 ganados y 19 perdidos en junio y julio para colocarse al tope divisional.

"La forma en que explicas lo que ha sucedido es que todo es parte del béisbol", dijo el dirigente Joe Girardi sobre la montaña rusa que se ha vivido esta temporada. "El béisbol es probablemente tan impredecible como cualquier deporte profesional, sólo porque, en cierto sentido, realmente dependes de un hombre, del lanzador abridor ese día".

Los abridores de ambos, Yankees y Azulejos, han quedado a deber en múltiples ocasiones a través de la temporada. Con Toronto reforzándose con el estelar zurdo Price, la respuesta de los Yankees fue promover a su máximo prospecto, el juvenil lanzador de 21 años, Luis Severino, quien tendrá una verdadera prueba de fuego en el Rogers Centre el próximo fin de semana.

Severino abrirá la serie en Cleveland en lo que será su segunda apertura en las Grandes Ligas después de haber permitido dos hits y una sola carrera limpia en cinco entradas contra Boston el miércoles.

Y esa es la otra buena noticia para los Yankees, el hecho que disputarán una serie de tres partidos en Cleveland antes de medirse de nuevo a los Jays el fin de semana (y no tendrán que enfrentar al Cy Young 2014 Corey Kluber). Nueva York ha ganado 14 de los últimos 20 encuentros entre ambas novenas desde el inicio de la temporada 2012, además de tener una marca de 38-18 contra Cleveland desde 2007.

Otro detalle que favorece a los Yankees es su récord en partidos decididos por una carrera, donde cuentan con una marca de 17-16, además teniendo uno de los mejores cuerpos de relevistas en Grandes Ligas. En comparación, los Azulejos tienen una pésima marca de 12 ganados y 23 perdidos, pero todo ello antes de reforzarse en el bullpen.

Los Yankees hilvanaron una racha de nueve series ganadas de forma consecutiva antes de ser barridos por Toronto, pero la clave sin duda será cómo ambos equipos se mantienen saludables de cara a la recta final.

A principios de junio del año pasado, los Azulejos comenzaron a soñar con béisbol en octubre cuando el equipo contaba con una marca de 14 juegos por encima de .500 y una ventaja de seis juegos en la cima del Este de la Americana, pero terminaron como ha sucedido cada año desde que ganaron campeonatos consecutivos en 1992 y 1993, fuera de los playoffs.

Los Azulejos no han logrado clasificar a la postemporada en más de dos décadas, la sequía más larga entre los 30 equipos de Grandes Ligas.

"Lo único que importa es la ejecución", nos dijo Bautista tras terminar perdiéndose su octava postemporada consecutiva con los Azulejos el año pasado.

Y utilizando las acertadas palabras de Bautista, llegó el tiempo de dejar atrás los elogios sobre el gran talento con el que cuenta Toronto, y lo único relevante será el desempeño del equipo. Y los Yankees no se quedarán recostados esperando que les pasen por encima.

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David Price regresará de nuevo a la División Este de la Liga Americana, pero no con el uniforme de los Yankees de Nueva York, sino con el de los Azulejos de Toronto.

El volátil mercado de canjes en Grandes Ligas se puso mucho más interesante la tarde del miércoles con la admisión de gerente general Dave Dombrowski de que estaría escuchando ofertas por los próximos agentes libres de los Tigres de Detroit, con Price siendo el más cotizado.

Los Azulejos resultaron tener la mejor combinación de prospectos para adquirir al nuevo pez gordo en el mercado en un alquiler de dos meses, superando con el talento en su finca las presuntas ofertas de los Dodgers de Los Ángeles, Gigantes de San Francisco y Yankees de Nueva York.

Desde un principio, los Yankees habían dicho que no estaban dispuestos a mover a algunos de sus máximos prospectos, como el lanzador Luis Severino y el toletero Aaron Judge, por adquirir un brazo de envergadura, como lo era el de Cole Hamels, trasladado a los Vigilantes, y como lo fue en el caso de Price.

El gerente general Brian Cashman había dicho que sería "más fácil predecir" que el equipo no haría nada "sobre que podríamos hacer algo significativo", aunque Price era un objetivo para los Yankees, especialmente con el pésimo desempeño que ha tenido CC Sabathia esta temporada, el único zurdo en la rotación neoyorquina.

Ahora la realidad es que los Yankees tienen que hacer algo de impacto en su rotación si quieren permanecer relevantes, en particular con el corazón de la alineación de los Azulejos reforzándose ofensivamente de la manera que lo han los últimos días.

De los 62 partidos que les restan a los Yankees esta temporada, 35 serán disputados contra rivales divisionales, y la mayor cantidad restante, 13, será contra los Azulejos. A pesar de lo que es considerada una muy pobre rotación (incluso con la adición de Price), Toronto es el único rival del Este de la Liga Americana con un récord ganador contra los Yankees, con marca de 4-2.

La rotación neoyorquina, actualmente conformada por Masahiro Tanaka, Michael Pineda, Nathan Eovaldi, CC Sabathia e Iván Nova, cuenta con una efectividad de 3.93, actualmente novena entre los 15 equipos de la Liga Americana. En comparación, los líderes absolutos en Grandes Ligas, Cardenales de San Luis, cuentan con un ERA global de 2.63 entre sus abridores.

Y aunque sus números este año contra los Yankees no han sido los mejores, el veterano zurdo ha tenido muy buenos resultados de por vida contra los Bombarderos, que ahora tendrán que buscar la manera de competir de nuevo con otra rotación que cuenta con David Price.

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La experiencia de cubrir a los Yankees de Nueva York implica la singularidad de atestiguar la evolución de Alex Rodríguez, proceso que tiene como elemento diferenciador el antes y después de su suspensión y admisión de culpa (y disculpa) ante el uso de sustancias para mejorar el rendimiento.

Este Alex Rodríguez versión 2015 es uno muy diferente al de años pasados - más accesible, mucho más balanceado e incluso más maduro.

Sus hijas siguen siendo el epicentro de su vida, al punto de que parecen haberlo hecho una mejor persona. Al lado de Ella y Natasha, A-Rod está muy lejos de ser una súper estrella; da gusto verlo porque es irreconocible, simplemente un papá.

Pero lo más interesante es cuando los demás peloteros me preguntan de este A-Rod renovado, en particular los de raíces dominicanas.

"Después de tantos años en Grandes Ligas, esta temporada es que me vino a saludar", me dijo uno de los compatriotas de A-Rod recientemente. "A la verdad que parece otra persona".

Esa es la realidad.

Y si quieres hablar de béisbol, prepárate porque es hora de dar cátedra. A-Rod te puede hablar por horas de un swing, de un lanzamiento, de una jugada, de un turno o de un juego en particular, con una exactitud asombrosa, sin importar si sucedió ayer o hace dos décadas.

No cabe duda de que cuando se retire del béisbol tendrá que ser entrenador o dueño de un equipo para canalizar todo ese conocimiento.

Es también muy bromista. De hecho, creo que ese es uno de los lados de A-Rod menos conocido.

Entre él y Carlos Beltrán se dedican muchas veces a bromear antes o después de los partidos fuera de casa, en particular cuando llega el momento de contestar preguntas en el récord, lo cual no es su actividad favorita. Sin otra, el reportero asume sus posturas a regañadientes.

Recientemente le pregunté a A-Rod cuál había sido su mayor lección después de "estar en el piso" durante su suspensión, por citar sus propias palabras, y me dijo que la humildad, y que el mayor ejemplo era que hemos tenido más conversaciones este año que en todos los años anteriores combinados.

Cuando hablas con A-Rod es muy difícil saber si lo que está diciendo es mentira o verdad. Y es que por años nos mintió sin impunidad. Ahora parece ser honesto, pero sólo A-Rod sabe cuál es la realidad.

El tema de los esteroides sigue siendo el mayor tabú.

Fuera de los pocos comentarios que hizo previo a los entrenamientos primaverales, donde admitió que "cometió el peor error de su vida", cualquier pregunta sobre el uso de sustancias para mejorar el rendimiento es recibida con evasivas y respuestas estándar, tales como "estoy enfocado en el béisbol y aquí para ayudar a mi equipo a ganar".

En el terreno de juego, A-Rod se está disfrutando el béisbol como nunca y con una ética de trabajo irreprochable; de paso, los resultados han venido por añadidura.

"Algunos días me siento como de 50 años y otros días como de 30", dijo A-Rod de cara a celebrar sus 40 primaveras. "En general, me siento feliz, saludable y en un buen lugar en mi vida".

Esa felicidad se ha visto reflejada en el terreno de juego, donde está teniendo una de las mejores temporadas históricas para un pelotero de su edad.

Con 23 cuadrangulares este año, Rodríguez está precisamente a 23 de convertirse en el cuarto miembro del súper exclusivo club de los 700 jonrones. A este paso, con dos temporadas más bajo contrato hasta el 2017, podría sin duda desafiar los 714 de Babe Ruth o incluso los 755 de Hank Aaron.

Al fin y al cabo, no importa en qué lado de la historia termine la carrera de Alex Rodríguez, no cabe duda de que la temporada durante la cual cumplió 40 años será muy difícil de olvidar.

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Los Yankees de Nueva York poseen dos de las armas más poderosas en Grandes Ligas en los brazos de los relevistas Dellin Betances y Andrew Miller.

Betances lanzó la octava entrada sin permitir carreras el pasado domingo en la victoria 2-1 sobre los Marineros de Seattle para sumar su sexto triunfo de la temporada, y Miller lanzó una novena entrada perfecta para su vigésimo salvamento en 20 oportunidades.

Dellin Betances, Andrew Miller
USA TODAY SportsBetances y Miller se ubican en tercer y cuarto lugar entre los relevistas calificados en MLB con promedio de 14.48 y 14.20 ponches por cada 9 entradas respectivamente, los dos mejores en la Americana.
La historia se repitió la noche del martes en la victoria 3-2 sobre los Orioles de Baltimore, con la cual los Yankees aumentaron a cinco juegos su ventaja como líderes del Este de la Liga Americana y se colocaron por primera vez esta temporada a 10 juegos sobre la marca de .500.

Betances entró en la parte baja del séptimo inning para ponchar al estelar tercera base Manny Machado y obtener el tercer out con la carrera del empate en tercera base, y luego permitió un solo hit sin carreras tras completar el octavo.

El zurdo Miller entonces hizo lo propio para sumar su salvamento número 21 de la temporada en igual número de oportunidades.

Betances y Miller se ubican en tercer y cuarto lugar entre los relevistas calificados en Grandes Ligas con un promedio de 14.48 y 14.20 ponches por cada nueve entradas respectivamente, los dos mejores en la Americana. Betances lidera a todos los relevistas en MLB con 81 ponches en 50 innings y un tercio.

Los espigados lanzadores también cuentan con dos de las mejores porcentajes de carreras limpias entre todos los relevistas en Grandes Ligas con 30 entradas lanzadas o más esta temporada, con ERA de 1.43 para Betances y de 1.39 para Miller.

El cuerpo de abridores de los Yankees tiene una inflada efectividad de 4.21, que ha sido contrarrestada por una espléndida ofensiva. No obstante, los relevistas se han combinado para una efectividad de 3.32, y si nos trasladamos a la octava entrada en adelante, cuando generalmente veríamos lanzar a Betances o a Miller, la efectividad baja a 2.65.

Si evaluamos las estadísticas combinadas de los relevistas de los Yankees de la octava entrada en adelante, han registrado 233 ponches, el mayor número en todo MLB, y limitado a sus oponentes a un promedio de bateo de .201, empatados con los Astros de Houston para el menor en contra.

Es por ello que con esa dupla Betances-Miller, los Yankees han logrado de nuevo tener una fórmula ganadora que los ha mantenido relevantes esta temporada, en un momento en particular en el cual sus abridores no han sabido dar regularmente más de seis entradas.

Los abridores de los Yankees se han combinado para lanzar 534 entradas y dos tercios, número 23 entre los 30 equipos de Grandes Ligas. En comparación, los cuerpos de abridores líderes en la categoría, los Mets de Nueva York, Atléticos de Oakland y Angelinos de Los Angeles, han lanzado más de 575 episodios.

Otro dato que refleja la carga que ha tenido el cuerpo de relevistas es que los abridores neoyorquinos también han fallado en tener un gran número de "aperturas de calidad" esta temporada, una estadística que define un partido donde el abridor completa al menos seis entradas y permite tres carreras limpias o menos.

Los Yankees en total cuentan con 39 aperturas de calidad, la tercera menor cantidad en la Liga Americana, y limitadas a 34 en su rotación actual. Trece de los 30 equipos de Grandes Ligas cuentan con 50 aperturas de calidad o más entre sus abridores.

Así es como gracias a esa fórmula Betances-Miller que los Yankees han registrado un espléndido récord de 43 victorias y sólo dos derrotas al tener la ventaja después de siete entradas, y no han perdido un solo partido de los 49 donde han dominado el marcador tras ocho.

Y es ese monstruo de dos cabezas que hace a los fans de los Yankees recordar los años de apaga y vámonos de Mariano Rivera y John Wetteland, y más recientemente del mismo Mo junto a David Robertson, y el cual podría ser la clave de la clasificación a la postemporada.

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Aunque el viernes pareció ser una victoria para la complicada relación entre los New York Yankees de Nueva York y Alex Rodriguez, la realidad es que el acuerdo por $3.5 millones de dólares en donativos al que llegaron con el bateador designado terminó principalmente beneficiando al equipo neoyorquino.

Y esto sin mencionar el arreglo adicional al que llegaron con Zack Hample, el fanático que atrapó la pelota del hit 3,000 de A-Rod que cayó en las gradas del jardín derecho del Yankee Stadium, y por la cual el equipo donaría otros $150,000 a la fundación Pitch In for Baseball.

Según fuentes de ESPNDeportes.com, los Yankees estaban confiados en que ganarían la batalla legal contra A-Rod porque, como fue confirmado por el gerente general Brian Cashman, el lenguaje del acuerdo de comercialización anexo al contrato lee en blanco y negro que el equipo "tiene el derecho pero no la obligación" de pagar dichos bonos.

Entonces, ¿por qué aparentemente dar el brazo a torcer?

La respuesta es simple: porque muchas veces es mejor perder la batalla para ganar la guerra.

Y la solución encontrada terminó siendo realmente magistral.

El acuerdo de comercialización entre A-Rod y los Yankees, separado de su contrato ya que no se permite ese tipo de acuerdo en un contrato básico, dictaba un pago de $6 millones por apariciones promocionales y el uso de su imagen para relaciones públicas, todo atado al logro de ciertos "hitos".

Los Yankees estaban preparados para un argumento legal sobre cómo estaban en su derecho de no reconocer dichos hitos porque el toletero manchó su imagen a través del uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Hubiese sido un proceso largo y agotador, sin ningún beneficio para ninguna de las partes, y encima de eso los Yankees seguirían teniendo a Rodríguez en sus filas por dos años más.

A-Rod también estaba completamente dispuesto a someter su querella a través de un proceso de arbitraje que podría haberse extendido hasta más allá de la temporada muerta.

En dicho procedimiento, se le habría pedido a Rodríguez servir como testigo, lo cual hubiera sido muy difícil para él por sus múltiples declaraciones contradictorias sobre su uso de sustancias para mejorar el rendimiento. El arbitraje hubiera terminado en el mismo circo que vivimos el año pasado en Park Avenue a las puertas de las oficinas de Major League Baseball.

Los Yankees tenían un buen caso, aunque no garantizado, y los abogados del sindicato de peloteros así se lo hicieron saber a Rodríguez.

Esos mismos abogados que están contractualmente obligados a defender a Rodríguez y que se vieron forzados a contestar preguntas a diario el año pasado sobre su uso de esteroides mientras apelaba su suspensión por violaciones al acuerdo antidopaje. Los mismos que A-Rod terminó demandando al concluir los procedimientos.

Las dos partes estaban destinadas a una batalla campal, con enormes repercusiones no sólo específicamente para el bono en cuestión, sino también para todos los hitos futuros de Rodríguez, ya que el acuerdo contempla otros $6 millones por igualar a Babe Ruth con 714 cuadrangulares, $6 millones si empata con Hank Aaron (755) y otros $6 millones más de superar a Barry Bonds (762).

La solución: Los Yankees no tuvieron que reconocer en ningún momento el igualar a Willie Mays con 660 cuadrangulares como un "hito", asegurándose en la misiva divulgada con el acuerdo de usar el término "logro estadístico", y Rodríguez no cobrará $6 millones. A cambio, los Yankees donarán $3.5 millones a obras caritativas (ahorrándose de inmediato $2.5), las cuales fueron en su mayoría seleccionadas por el mismo equipo y Major League Baseball.

A su vez, los Yankees se ahorrarán $3 millones adicionales correspondientes a impuestos de lujo.

Los Yankees ya sobrepasaron el límite para el impuesto de lujo, lo que significa que cualquier suma por encima de dicha cantidad sería elegible para ser gravada al 50 por ciento.

Si le pagaban los $6 millones a A-Rod, dicho bono hubiera sido considerado como parte de la nómina del equipo y hubiesen tenido que pagar otros $3 millones como parte del impuesto de equilibrio competitivo de Grandes Ligas.

Así que no sólo los Yankees hicieron un donativo a obras de caridad (que ya estaban siendo apoyadas por el equipo), y se ahorraron $2.5 millones al no tener que pagarle el dinero directamente a Rodríguez, y $3 millones más para un total de $5.5 millones de ahorros.

Al fin y al cabo, todo es un negocio.

Pero la realidad es que todas las partes ganaron. Los Yankees y Rodríguez pusieron fin (por ahora) a lo que pudo haber sido un feísimo conflicto, donde todos hubieran sido perdedores, y terminaron haciendo algo positivo para personas, y particularmente, niños necesitados.

Un final casi feliz... hasta que tengamos que ver qué se harán si es que llega el 714...

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