Aunque el viernes pareció ser una victoria para la complicada relación entre los New York Yankees de Nueva York y Alex Rodriguez, la realidad es que el acuerdo por $3.5 millones de dólares en donativos al que llegaron con el bateador designado terminó principalmente beneficiando al equipo neoyorquino.

Y esto sin mencionar el arreglo adicional al que llegaron con Zack Hample, el fanático que atrapó la pelota del hit 3,000 de A-Rod que cayó en las gradas del jardín derecho del Yankee Stadium, y por la cual el equipo donaría otros $150,000 a la fundación Pitch In for Baseball.

Según fuentes de ESPNDeportes.com, los Yankees estaban confiados en que ganarían la batalla legal contra A-Rod porque, como fue confirmado por el gerente general Brian Cashman, el lenguaje del acuerdo de comercialización anexo al contrato lee en blanco y negro que el equipo "tiene el derecho pero no la obligación" de pagar dichos bonos.

Entonces, ¿por qué aparentemente dar el brazo a torcer?

La respuesta es simple: porque muchas veces es mejor perder la batalla para ganar la guerra.

Y la solución encontrada terminó siendo realmente magistral.

El acuerdo de comercialización entre A-Rod y los Yankees, separado de su contrato ya que no se permite ese tipo de acuerdo en un contrato básico, dictaba un pago de $6 millones por apariciones promocionales y el uso de su imagen para relaciones públicas, todo atado al logro de ciertos "hitos".

Los Yankees estaban preparados para un argumento legal sobre cómo estaban en su derecho de no reconocer dichos hitos porque el toletero manchó su imagen a través del uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Hubiese sido un proceso largo y agotador, sin ningún beneficio para ninguna de las partes, y encima de eso los Yankees seguirían teniendo a Rodríguez en sus filas por dos años más.

A-Rod también estaba completamente dispuesto a someter su querella a través de un proceso de arbitraje que podría haberse extendido hasta más allá de la temporada muerta.

En dicho procedimiento, se le habría pedido a Rodríguez servir como testigo, lo cual hubiera sido muy difícil para él por sus múltiples declaraciones contradictorias sobre su uso de sustancias para mejorar el rendimiento. El arbitraje hubiera terminado en el mismo circo que vivimos el año pasado en Park Avenue a las puertas de las oficinas de Major League Baseball.

Los Yankees tenían un buen caso, aunque no garantizado, y los abogados del sindicato de peloteros así se lo hicieron saber a Rodríguez.

Esos mismos abogados que están contractualmente obligados a defender a Rodríguez y que se vieron forzados a contestar preguntas a diario el año pasado sobre su uso de esteroides mientras apelaba su suspensión por violaciones al acuerdo antidopaje. Los mismos que A-Rod terminó demandando al concluir los procedimientos.

Las dos partes estaban destinadas a una batalla campal, con enormes repercusiones no sólo específicamente para el bono en cuestión, sino también para todos los hitos futuros de Rodríguez, ya que el acuerdo contempla otros $6 millones por igualar a Babe Ruth con 714 cuadrangulares, $6 millones si empata con Hank Aaron (755) y otros $6 millones más de superar a Barry Bonds (762).

La solución: Los Yankees no tuvieron que reconocer en ningún momento el igualar a Willie Mays con 660 cuadrangulares como un "hito", asegurándose en la misiva divulgada con el acuerdo de usar el término "logro estadístico", y Rodríguez no cobrará $6 millones. A cambio, los Yankees donarán $3.5 millones a obras caritativas (ahorrándose de inmediato $2.5), las cuales fueron en su mayoría seleccionadas por el mismo equipo y Major League Baseball.

A su vez, los Yankees se ahorrarán $3 millones adicionales correspondientes a impuestos de lujo.

Los Yankees ya sobrepasaron el límite para el impuesto de lujo, lo que significa que cualquier suma por encima de dicha cantidad sería elegible para ser gravada al 50 por ciento.

Si le pagaban los $6 millones a A-Rod, dicho bono hubiera sido considerado como parte de la nómina del equipo y hubiesen tenido que pagar otros $3 millones como parte del impuesto de equilibrio competitivo de Grandes Ligas.

Así que no sólo los Yankees hicieron un donativo a obras de caridad (que ya estaban siendo apoyadas por el equipo), y se ahorraron $2.5 millones al no tener que pagarle el dinero directamente a Rodríguez, y $3 millones más para un total de $5.5 millones de ahorros.

Al fin y al cabo, todo es un negocio.

Pero la realidad es que todas las partes ganaron. Los Yankees y Rodríguez pusieron fin (por ahora) a lo que pudo haber sido un feísimo conflicto, donde todos hubieran sido perdedores, y terminaron haciendo algo positivo para personas, y particularmente, niños necesitados.

Un final casi feliz... hasta que tengamos que ver qué se harán si es que llega el 714...

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Los Yankees de Nueva York anunciaron que el abridor del tercer partido de la serie contra los Angelinos de Los Ángeles el miércoles sería Nathan Eovaldi y no Adam Warren. Warren, quien ha tenido el desempeño más sólido de todos los abridores neoyorquinos y con 3.59 la mejor efectividad en toda la rotación, fue trasladado al bullpen.

Nova
Nova
Y aunque no es una movida popular, es la correcta para los Yankees, que tuvieron que hacer espacio para el también derecho Iván Nova en la rotación de cinco abridores. Warren ya ha acumulado casi 83 entradas, la mayor suma en toda su carrera, y aún quedan más de tres meses de temporada regular.

El año pasado, Warren hizo una excepcional labor en el cuerpo de relevistas. En sus primeras 25 presentaciones desde el bullpen, Warren mantuvo una espléndida efectividad de 1.71 a través de cerca de 32 innings.

Y a pesar del cansancio que conllevó lanzar para el accidentado grupo de lanzadores de los Yankees el año pasado, el lanzador de 27 años concluyó la temporada con una efectividad de 2.97, ponchando a 76 bateadores en 78 entradas y dos tercios.

Masahiro Tanaka y Michael Pineda han tenido una temporada de altibajos, con partidos donde han estado intocables y otros donde nos han dejado perplejos por su falta de efectividad.

Lo mismo ha sucedido con Eovaldi, que a pesar de una efectividad de 4.81 y un promedio de bateo en contra de .317 se las ha arreglado para sumar un récord de 7-2 gracias a un espléndido apoyo ofensivo. Eovaldi ha recibido un apoyo promedio de 7.45 carreras por cada nueve entradas, el segundo mayor en todo Grandes Ligas.

CC Sabatahia es otra historia.

Sabathia
Sabathia
El veterano zurdo ha sumado apenas tres victorias esta campaña, con una efectividad de 5.59. De las 36 derrotas que los Yankees han sufrido esta temporada, Sabathia ha estado en la lomita en 10 de ellas.

El dirigente Brian Cashman reiteró después de la última derrota de Sabathia en Anaheim que enviarlo al bullpen no es algo que el equipo esté considerando. Y es que con un salario de $23 millones esta temporada, y dos años restantes de contrato, Sabathia no va para ningún lado.

Sólo una lesión comprometería su puesto en la rotación, pero a pesar de sus pobres resultados, Sabathia ha demostrado haber dejado atrás sus problemas de rodilla, donde se sometió a cirugía de reconstrucción cartílago por la cual se perdió la mayoría de la temporada pasada, y ha dado destellos (aunque muy tenues) de ser un lanzador que podría cumplir en la parte posterior de la rotación.

A principios de mayo, la rotación neoyorquina había sido una inesperada fuente de solidez para el equipo, con una efectividad global de 3.24, en aquel entonces la mejor en toda la Liga Americana. Desde entonces, todo ha ido cuesta abajo.

A través de 67 partidos, los abridores de los Yankees se han combinado para una efectividad de 4.43, la tercera peor en toda la Liga Americana. Sólo los Indios de Cleveland (4.46) y los Medias Rojas de Boston (4.71) han tenido un peor desempeño en el nuevo circuito.

¿Cuál es la solución?

Cueto
Cueto
La respuesta es siempre compleja, y no siempre tan simple como decir que los Yankees deben ir por Cole Hammels o Johnny Cueto o Jeff Samardzija. Los mejores abridores disponibles como secreto a voces en el mercado sólo irán al mejor postor, en particular a equipos con un mayor poder adquisitivo en cuestión de prospectos que el equipo neoyorquino.

En el mercado caliente de abridores, los Yankees son el equipo con menos que ofrecer en términos de prospectos, pero no cabe duda que la gerencia no se quedará cruzada de brazos. En el Bronx los estándares son tan altos, que no habrá lugar para perderse los playoffs por tercer año consecutivo.

Por ahora los Yankees pondrán la mira en lanzadores menos cotizados, como por ejemplo el colombiano Jose Quintana, que sólo ha acumulado tres victorias esta temporada pero ha tenido uno de los peores apoyos ofensivos en toda la liga, quien podría ser un buen objetivo.

Con el mercado de abridores probablemente extendiéndose más allá de la fecha de cambio, si los Yankees se mantienen entre los primeros lugares divisionales, no habrá pánico entre la gerencia ya que cuentan con varios prospectos de pitcheo, en particular el talentoso dominicano Luis Severino, que todavía no está listo para el "Big Show" pero quien se convertirá en una sólida opción en septiembre.

Si los Yankees se empiezan a alejar del tope de la tabla en los largos y calientes días del mes de julio, ese brazo en la rotación vendrá a cualquier precio, valga la pena o no. Si no, pregúntenles a los Medias Blancas de Chicago y a los Atléticos de Oakland.

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Después de haber jugado 73 partidos esta temporada 2015, los Yankees de Nueva York aún siguen en búsqueda de su identidad.

Algunas veces se ven correctamente identificados con su mote histórico de los "Bombarderos del Bronx", siendo el segundo equipo más jonronero en Grandes Ligas.

Ese es el equipo que ha anotado ocho carreras o más en cerca de una decena de partidos, en su mayoría mediante uno de los casi 100 cuadrangulares para los cuales se han combinado los peloteros con el uniforme rayado.

Esas son las veces que la ofensiva neoyorquina parece invencible, habiendo anotado un total de 350 carreras, también la segunda mayor cantidad, y de esas carreras anotadas, 67 han sido en la primera entrada, el mayor número entre los 30 equipos en Grandes Ligas.

La contraparte es que ese ejemplar apoyo ofensivo suele desaparecer cuando el equipo rival también está teniendo una sólida noche en el plato, con los Yankees ganando apenas cuatro de los 28 partidos donde sus oponentes han anotado cinco carreras o más.

Y es que la rotación de los Yankees es otra indescifrable parte de la falta de identidad del equipo.

La efectividad global de los abridores neoyorquinos es de 4.11, una de las más altas en Grandes Ligas, y muy lejos de las registradas por los tres actuales líderes divisionales en la Liga Americana, los Rays de Tampa Bay (3.27 ERA), Reales de Kansas City (3.54) y Astros de Houston (3.57).

La pérdida de Andrew Miller también ha sido un fuerte golpe para el bullpen, que en los primeros meses de la temporada compitió para ser uno de los mejores con Kansas City y los Cardenales de San Luis, pero desde la lesión del zurdo, además de la inestabilidad de un relevista derecho, su efectividad de 3.59 simplemente se ubica entre el promedio.

Los Yankees también tienen una identidad completamente distinta dentro y fuera de los lujosos confines de la catedral del béisbol en el Bronx.

En 35 partidos en Yankee Stadium, que de hecho es la menor cantidad de partidos como local para cualquier equipo en el Este de la Liga Americana, los Yankees han conectado 62 cuadrangulares y han bateado para .282, la mayor cantidad de cuadrangulares y uno de los mejores promedios de bateo para un dueño de casa en todo Grandes Ligas.

Evocando las palabras del dirigente Joe Girardi, son un equipo diseñado para jugar en su estadio.

Como visitantes, los Yankees han ganado 18 de sus 38 partidos, y su promedio de bateo colectivo baja a apenas .237, similar al de uno de los peores equipos en la Liga Americana, los Medias Rojas de Boston.

No obstante, ese mismo equipo que ha dominado en casa, perdió dos de tres partidos ante el peor equipo en Grandes Ligas, los Filis de Filadelfia. Los Filis han ganado nueve partidos fuera de casa en toda la temporada, dos de ellos fueron en Yankee Stadium.

Por el contrario, los Yankees barrieron a los Reales y les ganaron dos de tres partidos a los Rays, y ambos equipos cuentan con el mejor récord como visitantes en todo Grandes Ligas con apenas 12 y 15 derrotas fuera de casa cada uno.

Los Yankees han vencido al Rey Felix Hernandez, a Jacob deGrom, David Price, Max Scherzer y Cole Hamels, y han caído ante Erasmo Ramírez, David Phelps, Joe Kelly, Evan Scribner y Chaz Roe.

Pero no hay mejor evidencia de la errática temporada de los Yankees que el hecho que una racha de 10 derrotas en 11 partidos precedió una de 11 victorias en 15.

No obstante, los Yankees se han mantenido en la parte superior de su división gran parte de la campaña, ubicándose en segundo lugar por los últimos 12 días consecutivos y llegaron a ser líderes del Este de la Liga Americana durante 48 de los pasados 62 días de la temporada.

Y la última vez que los Yankees disfrutaron de semejantes números fue en el 2012, la última vez que clasificaron a los playoffs.

La fórmula está muy, muy lejos de ser perfecta, pero hasta el momento ha funcionado.

En una división tan imperfecta como el Este, los Yankees continúan asombrando al mantenerse relevantes, y si no sufren lesiones de envergadura y si invierten en un brazo más en la rotación, podrían incluso terminar siendo la más errática de las sorpresas.

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Hay que hacer cambios urgentes en la alineación de los Yankees de Nueva York y tendrán que comenzar con el segunda base Stephen Drew.

La gerencia neoyorquina necesita buscar opciones para el agujero negro en que se han convertido los bates en la parte baja de la alineación, especialmente Drew (.158), Chris Young (.223) y Didi Gregorius (.210).

Jose Pirela
AP Photo/Kathy WillensEl bate de José Pirela puede ser la solución para la baja productividad de Sthepen Drew.
Drew en particular ha estado en un abismo en sus últimos nueve partidos, incluido el de la noche del viernes, con los Yankees cayendo nuevamente ante los Atléticos de Oakland, el equipo con el peor récord en la Liga Americana, de la mano de una espléndida actuación del as Sonny Gray.

El segunda base, quien está devengando un salario de $5 millones de dólares, se fue de 4-0 con dos ponches, incluido un débil elevado dentro del cuadro para sellar la derrota 6-2 de los Yankees.

Cabe destacar que el resto de los bates de los Yankees no lograron mucho contra el talentoso Gray, con sólo dos carreras en cuatro hits a través de ocho entradas, pero el nivel de ineptitud de Drew en el plato ha llegado a niveles que ya no pueden ser tolerados por un equipo que milagrosamente se mantiene al tope divisional.

Drew ha conectado apenas 2 hits en sus últimos 35 turnos, además de irse en blanco en sus últimos 19, equivalente a un promedio de bateo de .057 en dicho lapso. Su promedio de bateo actual es de .158, el peor entre todos los bateadores calificados en Grandes Ligas.

El otro segunda base regular que está bateando para menos de .200 es Chase Utley (.183) de los Filis de Filadelfia, quienes custodian el sótano del Este de la Liga Nacional y son uno de los peores equipos en Grandes Ligas.

Los Yankees en este momento cuentan con muy pocas opciones en la banca, y han considerado comenzar a utilizar de forma mucho más regular al venezolano José Pirela en la segunda base y relegar a Drew al puesto de suplente.

En sus 14 partidos con el equipo neoyorquino durante la primavera, antes de sufrir una severa conmoción cerebral, Pirela bateó para .370 con tres dobles y dos triples, lo cual le mereció un gran elogio, el ser llamado por el "Señor Octubre" Reggie Jackson "el mejor bateador" de la organización.

El versátil pelotero, quien lleva ocho años en la finca de los Yankees, debutó en Grandes Ligas a finales de septiembre del año pasado, donde bateó para un promedio de .333 con 8 hits en 24 turnos, con un doble y dos triples y tres carreras remolcadas en siete partidos.

No obstante, Pirela no ha logrado traducir en éxito su largo camino de regreso a la gran carpa.

El venezolano fue subido a Grandes Ligas después de batear para .400 (de 15-10) con 3 dobles, un cuadrangular y 3 remolcadas en sus últimos tres partidos en Triple A, pero en sus 12 partidos desde su regreso a la gran carpa ha logrado conectar apenas 6 hits en 30 turnos para un promedio de .200.

Pero la realidad es que el "Águila Negra", como apodan cariñosamente a Pirela al jugar en su nativa Venezuela con las Águilas de Zulia, ha demostrado anteriormente que puede tener éxito de obtener la titularidad, como lo hizo en sus siete partidos a finales de septiembre del año pasado, cuando bateó para .333, con un doble y dos triples y tres carreras remolcadas.

"El swing mío no está en el punto, pero es cuestión de tiempo", admitió Pirela a ESPNDeportes.com.

Drew ha tenido bastante tiempo y los resultados no se han dado, así que llegó el momento de darle la oportunidad al venezolano, o en realidad a quien sea, si es que los Yankees tienen alguna intención de mantenerse a flote de cara a la fecha de cambio a finales de julio.

Sólo hay espacio para mejorar cuando el puesto ha rendido para .168.

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A Alex Rodríguez no le puede importar menos que los Yankees de Nueva York no le quieran pagar sus bonos por cuadrangulares o que no haya ninguna fanfarria en torno a estar a punto de convertirse en sólo el jugador número 29 en la historia en conectar 3,000 hits.

Y es que, por mucho que les duela a los Yankees y al resto del béisbol, los fans neoyorquinos están nuevamente en la esquina del número 13.

Alex Rodriguez
Al Bello/Getty ImagesRodríguez le está pisando los talones a Hank Aaron, el único jugador en la historia de las Grandes Ligas en impulsar y anotar 2,000 carreras y conectar 3,000 hits.
A-Rod se ha vuelto a ganar el cariño de los aficionados de los Yankees con su bate, siendo una de las pocas cosas interesantes en un equipo que parece destinado a una temporada de jugar pelota de .500, con un roster repleto de caras desconocidas.

Con mucho respeto a peloteros que trabajan duro para hacer realidad su sueño de Grandes Ligas, y quizás es desafortunado, pero los fans neoyorquinos no van al estadio a ver a Didi Gregorius, Chase Headley, Stephen Drew, Chris Young, Jose Pirela o Slade Heathcott, van a ver a Alex Rodríguez.

Ya sea a aplaudirlo o a abuchearlo (y créanme que hace mucho que no escuchamos un abucheo en Yankee Stadium para A-Rod), la mayoría va al parque esperando ser parte de uno de los múltiples momentos históricos que ha protagonizado Rodríguez esta temporada.

Los Yankees cayeron el jueves ante uno de los peores equipos en Grandes Ligas, los Atléticos de Oakland Athletics, y el centro de atención en el camerino no fue Brian McCann, que conectó su tercer cuadrangular en igual número de partidos y remolcó dos carreras, o en Brett Gardner, que con su doblete en el noveno inning puso el marcador a una sola carrera, el centro de atención (y de risas) fue el casillero del número 13.

Fue un partido más para A-Rod donde decenas de reporteros esperaron su reacción a su más reciente récord, registrar su carrera impulsada número 1,996 de por vida, igualando a quien ha llamado su "maestro y amigo" Barry Bonds en el segundo lugar en la lista histórica de Grandes Ligas.

Responder a ese tipo de preguntas ya es algo usual para A-Rod esta temporada, cuando diversos hitos lo han llevado a estar en oraciones que contienen muchos de los nombres más venerados en la historia del béisbol, Babe Ruth, Lou Gehrig, Willie Mays, Stan Musial, Ted Williams y Hank Aaron.

Y muchos de ellos, los más grandes peloteros de todos los tiempos, se quedaron cortos de alcanzar las 2,000 carreras impulsadas, club en el cual Rodríguez ya tiene su puesto asegurado. A-Rod también conectó su imparable número 2,982 de por vida, a sólo 18 de los 3,000, y anotó su carrera número 1,947.

Rodríguez le está pisando los talones al inmortal Aaron, el único jugador en la historia de las Grandes Ligas en impulsar y anotar 2,000 carreras y conectar 3,000 hits. Aaron es también el líder de todos los tiempos en carreras impulsadas con 2,297.

"Lo que me siento es viejo", dijo entre risas Rodríguez al preguntársele qué significaba para él estar tan cerca de registrar 3,000 hits y 2,000 carreras remolcadas.

"Decimos lo mismo que sobre Gehrig y Ruth, Barry es uno de los grandes y es especial porque es también mi amigo y lo conozco muy bien", sentenció sin reserva A-Rod sobre igualar a Bonds, el "Rey de los Cuadrangulares" (con asterisco) y con quien estuvo trabajando en su swing en la temporada baja.

"Barry es un gran hombre y un verdadero maestro del béisbol", agregó. "Es una de las grandes mentes del deporte y una de las personas más inteligentes con quien jamás he hablado. Le encanta el béisbol, tiene gran pasión por el juego y fue muy divertido para mí de trabajar con un maestro como Barry, quien ama tanto el béisbol".

A Alex Rodríguez no le puede importar menos lo que piense la prensa, ni que se le citara elogiando a un pelotero tan controversial como él mismo por estar atado al uso de sustancias para mejorar el rendimiento.

La verdad tácita sobre los esteroides es que, afortunada o desafortunadamente, a los aficionados no les importa si uno de los suyos los usó, aunque es muy distinto si visten el uniforme de otro equipo.

Y la falsa indignación de los Yankees seguirá disminuyendo con cada boleto que se venda y cada aumento en los ratings cada vez que el número 13 vaya al plato.

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Los Yankees de Nueva York iniciaron su serie de tres partidos contra los Reales de Kansas City habiendo perdido 10 de sus últimos 11 juegos por primera vez desde 1995. Sí, los Yankees no habían pasado por una racha tan nefasta en dos décadas, o durante las 19 de temporadas completas con el uniforme rayado del capitán Derek Jeter.

La victoria 14-1 la tarde del lunes sobre quienes han sido uno de los mejores equipos en Grandes Ligas en los Reales quizás sirva para aplacar, o quizás sólo aplazar, las amplias críticas que ha habido en contra del equipo neoyorquino.

"La forma en que explicas lo que ha sucedido es que todo es parte del béisbol", dijo el dirigente Joe Girardi sobre la montaña rusa que se ha vivido en los últimos partidos. "El béisbol es probablemente tan impredecible como cualquier deporte profesional, sólo porque, en cierto sentido, realmente dependes de un hombre, del lanzador abridor ese día".

Y en definitiva fue el abridor del día el que definió el partido.

Stephen Drew
Adam Hunger/USA TODAY SportsStephen Drew disparó jonrón de tres carreras en la paliza de los Yankees sobre los Reales
Jeremy Guthrie se convirtió en apenas el segundo abridor en la historia en permitir 11 carreras limpias en una entrada o menos. El abridor de los Reales, cuya efectividad aumentó de 4.75 a 6.70, enfrentó a 16 Yankees y 13 de ellos llegaron a base y 11 de ellos anotaron carreras.

Después de haber sido barridos por los Vigilantes de Texas en tres humillantes encuentros donde les anotaron 30 carreras en contra, lo menos que se esperaba de estos Yankees era que arrancaran con bombos y platillos con cuatro cuadrangulares y 11 carreras en las primeras dos entradas.

"Si un abridor no tiene sus mejores pitcheos en un día en particular, le caerán a batazos", agregó Girardi. "El béisbol es muy impredecible. Hemos estado a ambos lados de la moneda. Hemos jugado muy bien, y hemos luchado, probablemente como la mayoría de los equipos de Grandes Ligas en estos momentos".

El abridor Nathan Eovaldi estuvo sólido en la lomita, permitiendo ocho hits y una sola carrera limpia, dando por finalizada una racha de seis derrotas consecutivas para los Yankees.

Pero la realidad es que el éxito de Eovaldi estuvo atado a un excepcional apoyo ofensivo desde el inicio, con los Yankees conectando tres de sus cinco cuadrangulares en la primera entrada, cortesía de Chase Headley, Brian McCann y Brett Gardner.

Con además jonrones de Stephen Drew y Slade Heathcott, su primero en Grandes Ligas, los cinco vuelacercas de los Yankees empataron su mayor número en un solo partido esta temporada y su mayor cantidad en el Bronx desde mayo del año pasado.

Entonces, ¿cuál es la verdadera identidad del equipo neoyorquino?

Esos Yankees que registraron 10 errores y 10 derrotas en 11 partidos, anotando un promedio de apenas 3.1 carreras, y cuyos abridores registraron una abultada efectividad de 6.42 en dicho lapso, o los que conectaron 12 hits, cinco de ellos cuadrangulares, humillando a uno de los mejores equipos en MLB.

"Estábamos irritados con la manera que estábamos jugando, pero nunca entramos en pánico", afirmó Headley. "Somos un equipo que tiene muchos veteranos y esperamos que éste sea sólo el primer paso en la dirección correcta. Hoy le anotamos un montón de carreras al equipo con el mejor récord en Grandes Ligas y es un alivio, pero lo importante es montarnos en una racha, jugar bien mañana y ganar la serie".

Los Yankees disputarán dos partidos más contra los Reales buscando ganar su primera serie entre las últimas cinco después de haber perdido tres de cuatro partidos ante los Rays de Tampa Bay y dos de tres en Kansas City, además de ser barridos por los Nacionales de Washington y los Vigilantes.

Y la realidad es que aún queda mucho béisbol, en particular en la imperfecta División Este de la Liga Americana, donde a pesar de sus pésimos resultados las últimas dos semanas, los Bombarderos se ubican a puertas del liderato que ocupa Tampa Bay Rays.

"Nuevamente estamos sobre la marca de .500", destacó Girardi. "Le ganamos a un muy buen equipo, y ahora es cuestión de seguir adelante y tratar de montarnos en una buena racha de nuevo".

Jeter estuvo precisamente de visita en el camerino neoyorquino la noche anterior en lo que fue la décima derrota para los Yankees para el retiro del número 51 de su ex compañero Bernie Williams. Quizás el regreso del capitán sirvió para recordarles a los Yankees cuál es su verdadera identidad, o quizás este partido del lunes fue sólo un espejismo.

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NUEVA YORK - La rotación de los Yankees de Nueva York ha sido a través de la temporada una inesperada fuente de solidez para el equipo.

La efectividad global de los lanzadores neoyorquinos es de un excelente 3.24, la mejor en toda la Liga Americana, superando a los Reales de Kansas City (3.34), y la quinta mejor entre los 30 equipos de Grandes Ligas.

No obstante, ese promedio de efectividad es ayudado por la consistencia de uno de los mejores cuerpos de relevistas en la gran carpa. Es gracias a ese espléndido bullpen que los Yankees cuentan con una marca de 12-1 en partidos en los que han tenido la ventaja después de la sexta entrada.

Cuando nos referimos exclusivamente a la efectividad promedio de la rotación de abridores, el ERA de los Yankees sube a 3.94, con 71 carreras permitidas en 166 entradas y un tercio; 24 de esas carreras han sido concedidas por Sabathia.

El hoyo negro en el cual se ha convertido la presencia del único zurdo en la rotación no puede ser ignorado. De las 11 derrotas sufridas por los Yankees esta temporada, Sabathia ha estado en la lomita en cinco de ellas; ningún otro abridor neoyorquino ha sumado más de una derrota.

Las 24 carreras permitidas por Sabathia a través de 38 entradas esta temporada, para una efectividad de 5.45, son 11 más que las concedidas por el derecho Michael Pineda en 39 entradas y un tercio.

Entre los abridores zurdos calificados en Grandes Ligas, sólo Drew Hutchison (27) de los Azulejos de Toronto ha permitido un mayor número de carreras que Sabathia esta temporada.

Pero en defensa de Sabathia, lo cierto es que no ha recibido prácticamente ningún apoyo ofensivo en sus seis salidas esta campaña 2015, con los Yankees anotando tres carreras o menos en cada partido.

Si nos vamos a las estadísticas, al redactar estas líneas, ningún abridor calificado de la Liga Americana, ninguno, ha recibido menos carreras de apoyo que Sabathia, con un promedio de 2.17 por cada nueve entradas.

En todo el béisbol, sólo Cole Hamels de los Filis de Filadelfia Philadelphia Phillies (1.67) y A.J. Burnett de los Piratas de Pittsburgh Pirates (1.40) han contado con peor apoyo ofensivo que Sabathia.

Es así como el zurdo no ha tenido ningún margen de error.

Lo positivo para CC es que ha comenzado a dar destellos de una transición positiva de ser lo que se conoce como un "power pitcher", un abridor que depende mucho de los lanzamientos de velocidad para sacar outs, a un lanzador con un arsenal más amplio y que sabe pintar las esquinas.

Sabathia también ha demostrado, hasta el momento, haber dejado atrás sus problemas de rodilla, en la cual se sometió a cirugía de reconstrucción del cartílago por la que se perdió la mayoría de la temporada pasada, y la velocidad y efectividad de sus lanzamientos han parecido ir de la mano.

Pero la realidad es que Pineda es el único que ha dado la cara por el equipo desde la lesión del as japonés Masahiro Tanaka. El dominicano ha registrado cuatro de las 17 victorias de los Yankees, y el bullpen se ha combinado para otras seis, tres de ellas del relevista Dellin Betances.

El segundo mejor lanzador en la rotación había sido Tanaka, con récord de 2-1 y efectividad de 3.22, antes de tener que irse por lo que se anticipa sea un mes de ausencia por tendinitis en la muñeca, seguido por el también derecho Nathan Eovaldi, quien ha lanzado un poco peor que lo que indican su récord de 2-0 y efectividad de 3.81.

Eovaldi, quien abrirá el primero de cuatro partidos contra los Orioles de Baltimore este jueves, por momentos ha vislumbrado como un lanzador que podría hacer una sólida transición del viejo al nuevo circuito después de haber permitido la mayor cantidad de hits en la Nacional el año pasado.

Adam Warren ha estado bien como un cinco en la rotación, beneficiado de un espléndido apoyo ofensivo en la mayoría de sus aperturas. Chase Whitley no ha sido más que un pitcher que pertenece al cuerpo de relevistas, pero ha cumplido como abridor, con sus días de minúscula efectividad probablemente estando contados.

Una de las buenas noticias para la rotación de los Yankees es que el zurdo Chris Capuano, cuyo puesto Warren cubre en la rotación, ha ido a buen ritmo en su recuperación de un tirón del cuádriceps derecho durante los entrenamientos primaverales.

Capuano participó de su primer partido de rehabilitación el sábado pasado en la sucursal de clase A de los Yankees en Tampa, permitiendo dos hits y ponchando a cuatro a través de cuatro entradas completas, permitiendo una sola carrera limpia.

Sería posible que Capuano, quien se asumía iniciaría el 2015 como el segundo zurdo en la rotación, pueda regresar al equipo grande ya dentro de las próximas semanas.

A la vez, el regreso del dominicano Iván Nova, quien ha estado tomando parte de un estricto esquema de rehabilitación tras someterse a cirugía Tommy John el 29 de abril del año pasado, también parece ir en buen camino después de efectuar 18 pitcheos en un partido de ligas menores el domingo.

El derecho de 28 años está actualmente en la lista de inhabilitados de 60 días, por lo cual no podría ser activado sino hasta después del 11 de junio, cuando el gerente general de los Yankees Brian Cashman confía en que estará disponible para reincorporarse a la rotación.

A pesar de sus amplias fallas, los Yankees se ubican al tope del Este de la Americana con una ventaja de dos partidos sobre los Rays de Tampa Bay. Nueva York está en el medio de un lapso de 17 partidos consecutivos contra rivales divisionales, con marca hasta el momento de 6 victorias y 3 derrotas.

En el medio de la incertidumbre, si aguantan un ritmo de .500, los posibles retornos de Capuano, Tanaka y Nova podrían mantener a los Yankees mucho más relevantes de lo que se esperaba. Incluso, en una defectuosa división, los Bombarderos podrían llegar a la fecha límite de canje en una sólida posición para hacer los ajustes necesarios para meterse en playoffs. Ya veremos.

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Alex RodriguezAP Photo/Kathy WillensLa relación entre Alex Rodríguez y los Yankees podría volverse a deteriorar.
El controversial toletero de los Yankees de Nueva York decidió comportarse como un ciudadano modelo al no decir ni palabra en torno a las incendiarias declaraciones del gerente general Brian Cashman.

Cashman fue el portavoz designado del equipo para revelar oficialmente el secreto a voces: que los Yankees no tienen ninguna intención de pagar la serie de bonificaciones estipuladas en el contrato de Alex Rodríguez, atadas a la comercialización de ciertos hitos.

Los Yankees tienen un lapso de 14 días para extenderle un cheque a A-Rod por igualar al inmortal Willie Mays en el cuarto lugar histórico en la lista de cuadrangulares Grandes Ligas el viernes pasado, un cheque con muchos ceros, precisamente de $ 6 millones de dólares.

A-Rod se ha limitado a decir todo lo correcto, que "es un asunto familiar" y "estoy enfocado sólo en el béisbol", mientras el ejecutivo neoyorquino dedicó cerca de 10 minutos previo al partido del sábado en Boston a afirmar que los Yankees tienen "el derecho pero no la obligación" de pagar el reportado bono.

Cashman repitió una y otra vez que el equipo estaría en cumplimiento de todas las cláusulas del contrato si decidiesen hacerlo o no, alegando que así es como está pautado a puño y letra.

Rodríguez por su parte sólo dijo que sus energías no están centradas en ese tema y se ha negado abiertamente a abordar si disputaría la decisión del equipo. Tabula rasa. Sólo sé que no sé nada.

Que "no hay ninguna polémica" dice Cashman, pero tras bastidores la historia es muy distinta.

Con bastiones de abogados ya desempolvando uno de los contratos más lucrativos en la historia de las Grandes Ligas, ambas partes han comenzado a afilar los dientes.

Desde su regreso de una suspensión de 162 juegos por violaciones al acuerdo antidopaje, A-Rod ha tenido muy claro que los Yankees no tienen ningún plan de pagar los bonos, así se lo hicieron saber en una reunión para limar asperezas celebrada previo al inicio de los entrenamientos primaverales.

En dicha reunión a puerta cerrada, el 10 de febrero en las oficinas principales de la directiva neoyorquina en Yankee Stadium, Rodríguez, acompañado por su asesor legal, Jim Sharp, pidió disculpas a los Yankees por sus acciones los últimos años, incluido entablar demandas no sólo en contra de las Grandes Ligas, sino también contra el sindicato y el médico principal del equipo.

Fuentes familiarizadas con la reunión indicaron que Rodríguez se mostró sumamente arrepentido, pero que a la vez la directiva le reiteró que no estaban dispuestos a olvidar por completo todo lo sucedido, que adelante debería probar que sus disculpas eran sinceras.

Fue en dicha reunión que se le hizo saber a Rodríguez que el equipo planeaba disputar las bonificaciones que le correspondían por alcanzar ciertos hitos en número de jonrones, ya que se estimaba que las marcas no tienen ningún valor debido a su fama de uso de sustancias para mejorar el rendimiento.

A-Rod contaría con el apoyo de la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas (MLBPA, por sus siglas en inglés) si decidiese atravesar por un proceso de apelación si los Yankees se niegan a abrir la chequera.

"El sindicato está preparado para intervenir en nombre de Alex", afirmó el portavoz de la MLBPA, Greg Bouris.

El punto de contienda principal del sindicato sería que si los Yankees deciden retener los bonos, podría alegarse que es una sanción adicional por el comportamiento pasado de A-Rod, y según se comprenden las normas del acuerdo antidopaje, sólo la Oficina del Comisionado puede imponer sanciones por violaciones.

Lo curioso también sería destacar que los Yankees no tuvieron ningún problema con el uso de sustancias para mejorar el rendimiento de A-Rod cuando su bate los ayudó a ganar su anillo número 27 de Serie Mundial en el 2009 y mucho menos con la gran cantidad de partidos que ganaron en vía a conquistar seis banderines divisionales entre 2004 y 2012.

El próximo paso sería que A-Rod presente una querella formal después del lapso de las dos semanas de no celebrarse el pago, y entonces el caso se ventilaría ante un árbitro independiente, probablemente después de concluir la temporada.

Esta disputa sería la primera vez en que ambas partes mostrarían los dientes a través de lo que ha sido, entre comillas, una relación cordial entre los Yankees y Rodríguez este 2015.

Pero la realidad es que desde su conocimiento de sus vínculos con la clínica Biogénesis, lo cual les ahorró su salario de cerca de $25 millones durante el 2014, el equipo no tiene ninguna intención de pagarle un centavo más de los $61 millones adeudados hasta el 2017 a Rodríguez.

Y ante la potencial batalla, A-Rod, probablemente por primera vez en su carrera, se ha visto magnánimo, quizás con la confianza del que acepta lo inevitable: $6 millones de dólares.

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Una cuarta parte de los jugadores en los rosters activos de los equipos de Grandes Ligas nació fuera de Estados Unidos.

De los 230 jugadores que representan a 17 países y territorios fuera de la nación estadounidense, la República Dominicana lidera a todo Grandes Ligas con 83 peloteros, Venezuela ocupa el segundo lugar con 65 y Cuba se coloca tercera con 18.

Yoenis Cespedes
Mark Cunningham/Getty ImagesEl propio Céspees reconoce que su inglés no es tan bueno, pero tiene mucho interés por mejorarlo.
Y por el hecho que gran parte de los peloteros provienen de un país donde la lengua materna es el español, uno de los desafíos más grandes para los jugadores de raíces latinoamericanas es aprender a comunicarse en inglés una vez ven hecho realidad su sueño de llegar a Grandes Ligas.

Entre los 18 peloteros cubanos se encuentra el jardinero de los Tigres de Detroit, Yoenis Céspedes, quien halló una curiosa forma de mejorar el inglés: aprendiendo a jugar golf.

"Con el equipo de Oakland principalmente, todos los peloteros, todos los coaches, todo el mundo jugaba el golf; el único que no jugaba era yo", dijo Céspedes en una entrevista con One Nación.

El estelar toletero cubano encontró en el golf una manera de conocer a muchas más personas fuera del ámbito de un parque de béisbol y al mismo tiempo practicar su inglés, el cual reconoce todavía deja mucho que desear.

"Tengo unos amigos con los que juego golf en la temporada baja que sólo hablan inglés, y creo que por eso mi inglés ha mejorado un poco", puntualizó. "Muchos me dicen que me ponga a estudiar, pero aprendo más hablando solamente con personas que hablan en inglés."

La estrella del béisbol desertó de Cuba como lo han hecho muchos jugadores, buscando una mejor vida en suelo estadounidense y triunfar en el escenario más grande de la pelota profesional, pero la transición no ha sido fácil para Céspedes, quien ha jugado en tres equipos de Grandes Ligas desde su deserción en el 2011.

No obstante, el golf le ha servido como un gran bálsamo, una forma de relacionarse con sus compañeros y con la gerencia de los equipos, e incluso como una posible carrera una vez culmine su tiempo en el béisbol profesional.

"He tenido la suerte de que todavía no llevo un año jugando golf y las personas que juegan conmigo dicen que no pueden creerlo, por la manera que juego", señaló. "A lo mejor muchos lo cogen sólo como un juego, pero lo que quiero hacer después que me retire es jugar al golf profesional".

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Miguel Cabrera se está divirtiendo de nuevo.

Miguel Cabrera
Mark Cunningham/MLB Photos/Getty ImagesMiguel Cabrera tiene de nuevo su sonrisa al dejar atrás las lesiones que lo mantuvieron fuera buen tiempo
Ya regresó a su faz su característica sonrisa y esa actitud de niño grande que lo ha hecho uno de los peloteros más queridos dentro del camerino de los Tigres de Detroit.

La razón principal para la renovada actitud de Cabrera es que las dolencias de los últimos años han quedado atrás, en particular porque una exitosa cirugía de pie ayudó a remover espolones óseos y reparar una fractura de estrés y permitir que el "Tigre de Maracay" regresara este año con nuevo bríos.

"Me siento bien y estoy mejorando cada día", dijo Cabrera a ESPNDeportes.com desde el campamento de entrenamiento de los Tigres en Lakeland.

"En comparación con el año pasado, me siento mucho mejor. Si tuviera que jugar ahorita te diría que estoy en mejores condiciones que el año pasado, con menos dolor y más rango de movimiento en el tobillo y esperemos ya al final del Spring Training estar al cien por ciento y empezar la temporada con el equipo o estar cerca para jugar en abril".

El año anterior, Cabrera también tuvo que someterse a una operación en la temporada baja, en dicha ocasión para reparar lesiones de la ingle y los abdominales las cuales le impidieron seguir siendo el dominante toletero que había cargado a los Tigres a cuestas.

Pero a pesar de sus lesiones, desde la llegada del astro venezolano a Detroit, los Tigres se han convertido en una de las potencias del béisbol de Grandes Ligas. No obstante, se han quedado a las puertas de ganar un anillo de Serie Mundial todas y cada una de las últimas cuatro temporadas.

El año pasado fue particularmente frustrante para Cabrera, con su cuerpo defraudándolo nuevamente y teniendo que despedirse de la postemporada con una humillante barrida a manos de los Orioles de Baltimore.

"Claro que no queríamos terminar de la manera como perdimos esos últimos juegos. Ahí se nos derrumbó todo lo que habíamos construido", admitió el venezolano. "Las lesiones me afectaron no sólo a mí sino también al equipo. Mientras no estemos saludables las cosas no van a marchar bien y pienso que eso ha sido la tranca los últimos años".

Cabrera dedicó los primeros dos meses después de su cirugía a finales de octubre del año pasado para pensar en su carrera y analizar lo acontecido los últimos años. Muchos de sus pensamientos se centraron en su salud y cómo hacer todo lo posible para mantenerse en óptimas condiciones físicas.

Aunque esos primeros meses fueron muy difíciles, Cabrera se permitió el tiempo para descansar y luego poco a poco comenzó a mantenerse activo en la bicicleta, antes de avanzar a entrenamiento de pesas y más adelante ejercicios de agilidad y abdominales.

Su cuerpo se sintió cada vez más fuerte, su forma física fue mejorando a la par con su alimentación, y todo su arduo trabajo siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de rehabilitación ha dado fruto: su ritmo de recuperación ha sido excelente y podríamos verlo arrancar la campaña regular con los Tigres.

Cabrera se presentó al campamento primaveral una semana antes y comenzó a correr en una innovadora máquina estacionaria que absorbe parte de su peso y pone menos presión en su tobillo. El primera base se ha mantenido activo en las jaulas e incluso ya ha tomado turnos en la práctica de bateo regular junto a sus compañeros.

Los médicos dicen que están optimistas que Cabrera esté allí en Comerica Park para el Día Inaugural. El primera base, con mucha cautela, se siente igual, pero también sabe que lo más importante es trabajar para estar en las mejores condiciones que pueda estar.

Un lesionado Miguel Cabrera ha registrado números que la mayoría de los peloteros envidiarían en sus mejores temporadas.

Un saludable Miguel Cabrera podría regresar a conectar cerca de 40 cuadrangulares y ser de nuevo ese bateador de poder que añoran los Tigres.

Pero esos logros personales ya no importan. Para "Miggy" ya no es cuestión de retos individuales, nada menos que un campeonato para Detroit sería aceptable. El Triple Coronado asegura que el mejor momento de su carrera aún está por venir, y será el día que se ponga un anillo de Serie Mundial con la faz de un Tigre.

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Ya sabemos a qué se dedicó Alex Rodríguez durante su año de suspensión de Grandes Ligas.

En un extenso artículo del escritor JR Moehringer para ESPN The Magazine, Rodríguez describe su año fuera del béisbol al cumplir con su sanción de 162 partidos y cómo lidió con la suspensión, incluyendo sesiones con un psicoterapeuta, y la forma en que espera regresar al campo de juego.

Rodríguez habla de asistir a clases y a tertulias universitarias, de enfocarse en su familia y, principalmente, de atravesar un proceso de análisis personal sobre los errores cometidos.

En una de las pocas citas utilizadas en el artículo, A-Rod deja en suspenso su motivo para haber utilizado sustancias para mejorar el rendimiento, pero dicho uso quedó confirmado al mencionar su reunión con agentes federales el año pasado, donde finalmente admitió haberlas tomado desde finales de 2010 hasta octubre de 2012.

"Tenías ases en la mano. Ases. En la mano. Y de alguna manera, perdiste la mano", cita Moehringer a Rodríguez refiriéndose a sí mismo. "Podrías haberte retirado hace años. Podrías haberte dejado crecer la barba, engordado, y habrías concluido una carrera de la cual te sentirías orgulloso, con puesto garantizado en el Salón de la Fama. Pero no. Había que... tenías que..."

A-Rod no dio detalles. No discutió sus motivos.

Incluso llegó a cuestionar la potencia de las sustancias provistas por el ahora encarcelado Anthony Bosch, ya que durante su consumo tuvo los peores números de toda su carrera.

En el artículo se mencionan sus largas noches de insomnio, repletas de autoacusaciones, y su sueño de regresar a un campo de béisbol. Habló de un año muy doloroso y muy humillante, y dijo que lo peor de todo es que gran parte fue su propia responsabilidad.

Sobre su reunión con Rob Manfred, Rodríguez afirmó que se dedicó a hacer todo lo que el nuevo comisionado de Grandes Ligas le solicitó. En cuánto a qué fueron esas cosas, sólo podemos especular, pero sabemos que Manfred dijo que ya todo es asunto cerrado y que Rodríguez tiene el derecho a resumir su carrera.

Además de mencionar docenas de llamadas telefónicas para pedir disculpas, Rodríguez dice que ahora está en un buen lugar en su vida y que llegó el momento, en particular por honrar a sus hijas, de "dejar de hacer trampa".

Lo que comenzó el día anterior con una carta de disculpas dirigida principalmente a los aficionados del béisbol, trasciende un poco más en el artículo de la revista, pero la realidad es que aún permanecemos a oscuras.

Nunca fue un gran secreto que Rodríguez efectivamente utilizó esteroides, pero el dónde, el cuándo, el cuánto, y quizás lo más importante, el porqué, quizás es algo que jamás sabremos.

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