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Dundee, un gran embajador del boxeo

Angelo Dundee fue uno de los hombres buenos en el boxeo... y un gran entrenador AP

Me entristeció mucho escuchar el miércoles por la noche la noticia de la muerte del entrenador del Salón de la Fama Angelo Dundee a los 90 años.

No sólo era uno de hombres más amables que haya conocido en el boxeo, sino que fue una de las personas más amables que he conocido en la vida.

Tenía mucho entusiasmo por todo, y sobre todo por el boxeo. Seguro, era más conocido por su trabajo en la esquina de Muhammad Ali, Sugar Ray Leonard, George Foreman (en el segundo acto de su carrera) y Carmen Basilio, pero trabajó con más de una docena de campeones en total y convirtió su gimnasio de Miami en uno de los gimnasios más famosos en la historia del boxeo.

Yo no lo conocí tanto como entrenador activo, sino como una persona maravillosa a quien le encantaba hablar de boxeo todo el tiempo y con más historias de las que podía contar -- aunque sin duda lo intentaba.

Nunca había conocido a Angelo antes cuando empecé a cubrir boxeo en el 2000. Yo estaba haciendo la cobertura para USA Today y más o menos un mes después de haber comenzado, con un par de artículos publicados, recibí una carta de él escrita a mano en la oficina.

Se presentó (¡como si yo no supiera quién era!) y dijo que había disfrutado mucho de la cobertura del periódico, que le gustaban las historias que yo había escrito y sobre todo la primera edición del ranking divisional mensual que habíamos dado a conocer un par de semanas antes.

No estaba haciendo lobby por uno de sus peleadores o sus proyectos, y no estaba buscando una historia. No, simplemente le dedicó tres páginas a lo mucho que amaba el boxeo, lo feliz que estaba de ver esta cobertura en un periódico importante, y mencionó que si alguna vez necesitaba algo que por favor lo llamara, e incluyó su número de teléfono.

A lo largo de los años, lo llamé varias veces para conocer sus puntos de vista sobre ciertas peleas y pugilistas para las historias en las que estaba trabajando. Siempre fue muy generoso con su tiempo, siempre tenía algo interesante para decir y una historia para contar.

Tuve la oportunidad de verlo de vez en cuando en las peleas a las que él asistía. Era un placer tenerlo cerca. Aún cuando se acercaba a los 90 años, seguía viajando para ver peleas, y seguía trabajando en un proyecto u otro de boxeo.

Una de las peleas más divertidas que cubrí fue cuando Manny Pacquiao se enfrentó a Oscar De La Hoya en diciembre del 2008. Esto se debe a que Golden Boy Promotions había traído a Angelo a la promoción como "asesor especial" para De la Hoya.

Se suponía que debía visitar a De la Hoya en su campo de entrenamiento de Big Bear, California, y ofrecerle consejos tanto a él como a su entrenador para la pelea, Nacho Beristain (Salón de la Fama). Se suponía que Angelo debía ver videos y asistir en la estrategia del combate.

En realidad, el propósito principal de Angelo en la promoción era generar publicidad, y lo hizo. Con la forma en que hablaba y las historias que contaba -- y el respeto que la gente de la industria tenía por él -- era una estrategia genial. Todos sabíamos que era un truco publicitario, pero... ¿y qué? Fue fantástico tenerlo cerca durante la promoción, sobre todo porque se daba cita a diario en el MGM Grand Media Center.

Hace varios años, Angelo fue honrado por su servicio al boxeo en una cartelera de ESPN2 en Miami. Mi amigo Jay Seidman produjo un programa especial para el evento. Mi trabajo consistía en escribir en nombre de Foreman lo que Dundee había significado para él. Conocí a Foreman en una sala de conferencias en el Caesars de Atlantic City, New Jersey, una noche después de que hubiera asistido a la reunión de producción para la pelea de HBO que iba a presentar la noche siguiente.

Estuve sentado con Foreman cerca de media hora mientras me contaba lo mucho que Angelo había significado para él cuando lo contrató para trabajar en su rincón y para ayudarlo a trazar las estrategias de sus peleas -- incluyendo su inesperada victoria sobre Michael Moorer para recuperar el campeonato de peso pesado en 1994. Dijo que sin Angelo en su rincón nunca habría recuperado el título.

Foreman se emocionó en un momento mientras hablaba de Angelo por lo mucho que había significado para él.

Ahora que Angelo se ha ido, estoy seguro de que Foreman volverá a tener un nudo en la garganta -- como tantos otros que lo conocieron y lo amaron.