GNIEWINO -- Problemas de ansiedad retrasaron el concurso del extremo andaluz con La Roja hasta hace un par de años. Navas debutó frente a Argentina.
Con el juego del Chelsea como referencia, Giovanni Trapattoni, seleccionador irlandés, prepara el duelo contra España. Para Trapattoni el resultado justifica los medios y a falta de futbolistas de primerísimo nivel, el veterano entrenador de Irlanda (73 años) se pantea recurrir el jueves al Catenaccio sin complejos.
En busca de amplitud, desequilibrio y profundidad para superar la muralla irlandesa, su colega español, Vicente del Bosque, medita dar entrada a Jesús Navas en el once de La Roja. Velocidad, chispa, profundidad y juego exterior para un combinado que ante Italia se centró únicamente en el juego interior (con Iniesta y Silva siempre hacia dentro) hasta que, en la segunda parte, entró al campo, precisamente, el menudo extremo del Sevilla.
Jesús Navas (Los Palacios, Sevilla, 1985) es un futbolista distinto, dentro y fuera del campo. El delantero andaluz, de aspecto delicado por su baja estatura y peso, vio marcado el inicio de su carrera por graves problemas de ansiedad. Un handicap considerable para una estrella en ciernes.
Convocado con el primer equipo del Sevilla con sólo 15 años, Jesús Navas tuvo que abandonar un par de concentraciones veraniegas porque no soportaba estar solo, lejos de su familia, ni siquiera en Huelva, a sólo 94 kilómetros de casa.
A pesar del trabajo desarrollado con Navas por parte del equipo de psicólogos del club andaluz (el más afianzado entre los clubes españoles por su implicación en los entrenamientos de las inferiores), el jugador renunció en varias ocasiones a la llamada de Luis Aragonés para incorporarse al combinado español. Reticente a alejarse de su pueblo y de los suyos.
No fue hasta los 24 años que Navas dio el sí a la selección, ya con Vicente del Bosque al frente. El chaval debutó en un amistoso ante Argentina, en el Vicente Calderón, y pasó las horas previas al duelo acompañado por su hermano Marcos en la concentración de La Roja en Madrid.
Para Navas, la presencia de Sergio Ramos y ahora Álvaro Negredo en la selección resulta fundamental, aunque cada vez, sin perder la timidez, se le ve más cómodo en el vestuario. Aún así, sus compañeros evitan que Jesús sea el blanco de las bromas, conscientes de su fragilidad psicológica.
En el campo, en cambio, Navas es descarado. "Que más quisiera yo que haber tenido todas las cualidades que tiene Jesús", comenta su entrenador, Míchel, reconocido extremo del Madrid de la Quinta del Buitre.
En la comparación con Silva, probablemente sale perdedor el sevillista, pero si Del Bosque busca amplitud, desmarque y profundidad, Jesús Navas es su hombre. "Siento la confianza del seleccionador, no creo que me considere sólo un revulsivo", convino el delantero en Gniewino.