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Los 10 mejores equipos de la historia

En el receso del Juego de Estrellas en 1998, los Yankees de Nueva York tenían ventaja de 11 juegos en la División Este de la Liga Americana, y para el 18 de agosto, habían ampliado esa ventaja al doble. Su record era de 92-30 y no habían dudas de que entrarían a la postemporada -- lo único que se cuestionaba sobre ellos era si establecerían record de victorias en una temporada.

De hecho, nadie se dio cuenta cuando aseguraron un puesto en los playoffs.

Yo estaba cubriendo los Yankees esa temporada para el diario New York Times, y el 29 de agosto, aplastaron a los Marineros 11-6, en un partido de sábado en la tarde en casa. La sesión post juego era pura rutina -- los escritores se reunían primero con el manager Joe Torre, y luego hablaban con los jugadores involucrados.

Yo estaba trabajando en mi historia del juego en una silenciosa sala de prensa cuando Ben Walker de The Associated Press habló alto para que todos los escucháramos que él pensaba que los Yankees habían asegurado un puesto en los playoffs con su victoria de ese día. Inicialmente, su argumento no parecía correcto. Pero Ben caminó hacia la fila trasera, y me mostró sus notas: debido a los juegos que quedaban entre los equipos que perseguían a los Yankees, según aseguraba Ben, ellos ya habían asegurado.

El estadio estaba vacío. Los jugadores se habían ido. Nadie sabía.

Yo escribí sobre eso en mi historia para el diario al día siguiente. En la mañana del domingo, era divertido ver a los jugadores enterarse de que habían entrado a los playoffs gracias a que los reporteros se lo decían, en vez de pasar tensiones en un partido a finales de septiembre.

Pero en ese año, a los Yankees no les importaba demasiado el solo llegar a los playoffs, o solo llegar a la Serie Mundial. Los jugadores sentían que habían dejado pasar una gran oportunidad en los playoffs del 97 ante los Indios, y los Yankees entraron al 1998 con la misión de ganarlo todo. O morir en el intento.

Esto los empujó a tener la mejor temporada en la historia del béisbol. Aplastaron a los equipos con su rotación, con la profundidad de su alineación, con su bullpen, con su banca. Superaron en carreraje a los contrarios por 309 anotaciones, o casi dos carreras por juego. Cada miembro de su alineación regular tuvo un porcentaje de embase de al menos .350. Lideraron la Liga Americana en efectividad por poco menos de media carrera por juego. Permitirieron apenas 37 carreras sucias en toda la temporada, uno de los totales más bajos de la historia en ese momento. Sus bateadores acumularon casi 200 boletos gratis más de los concedidoss por su cuerpo de lanzadores.

Ellos perdieron sus primeros tres partidos de la temporada regular, y luego de eso, no volvieron a ser vulnerables hasta un period de 48 horas en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, hasta que Orlando Hernández ponchara a Jim Thome en conteo de 3-2 con un cambio con las bases llenas -- un pitcheo que El Duque había aprendido apenas algunas semanas atrás -- para terminar una rebelión de la Tribu en el Juego 4.

Hicieron en la postemporada lo que habían hecho durante todo el verano. Ganaron 11 de 13 partidos y superaron a los contrarios 62-34 en las tres rondas de la postemporada. Literalmente acribillaron a los contrarios.

Los Rojos del 1975 fueron un equipo increíble, lleno de jugadores con calibre del Salón de la Fama, y su diferencial de carreras fue de 55 carreras menos que el de los Yankees de 1998. Los Yankees de 1927 y 1939 fueron dos de los equipos más grandes en la historia, pero tuvieron menos obstáculos: solo habian 16 equipos en las mayores, no 30, y solo se celebraba una ronda en la postemporada. Los dueños se reservaban el derecho de mantener a sus jugadores estelares y pagarles lo que quisieran pagarles, en vez de verlos irse a la agencia libre.

La plantilla de los Azulejos de 1993 era extraordinariamente y ridículamente bien redondeada, y ellos ganaron 19 juegos menos en la temporada regular. Los Marineros de Seattle del 2001 ganaron más juegos en la temporada regular que los Yankees del 1998, pero perdieron en la segunda ronda de la postemporada -- ante los Yankees, quienes entendían el legado que estaban tratando de proteger mientras vencían a los Marineros en esa Serie de Campeonato de la Liga Americana.

Es solo una conversación, y algunas mentes razonables pueden disentir. Pero pienso que es demasiado fuerte el argumento de que los Yankees del 1998 debe ser considerado el mejor equipo de la historia.

Una regla fundamental mientras leen mi ranking de los 10 mejores equipos de todos los tiempos: No creo que un equipo pueda estar en esta lista si no ganó la Serie Mundial. Decir lo contrario es como afirmar que Mitt Romney o Newt Gingrich o Stephen Douglas son los mejores candidatos presidenciales de la historia. Lo tienes que haber ganado todo.

1. Yankees de Nueva York de 1998

El único equipo en las últimas siete décadas en acercarse al diferencial de carreras de los Yankees de 19998 fueron los Marineros del 2001. De parte de Elias, el mayor diferencial de carreras desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Y recuerden, el béisbol está hecho para esparcir más el talento en la era moderna, lo que hace más difícil que un equipo pueda ser dominante.

2. Yankees de 1939

Ellos ganaron la Liga Americana por 17 partidos ese año, y aunque tuvieron una alineación prolífica -- tuvieron un equipo con porcentaje de embase de .374 -- fue su pitcheo lo que realmente los separó del resto. Como escribí el otro día al evaluar las mejores rotaciones de todos los tiempos, la diferencia entre la efectividad combinada de sus lanzadores y el promedio de la liga, de 1.31 carreras por juego, es la más grande en la historia del béisbol.

3. Orioles de Baltimore de 1970

Tuvieron marca de 108-54 en la temporada regular, y no tuvieron problemas en las dos rondas de la postemporada, al barrer a los Mellizos de Minnesota para luego vencer a los Rojos de Cincinnati en cinco juegos.

Ellos tenían la mejor ofensiva, el mejor pitcheo y ellos jugaban la mejor defensiva, particularmente por el hecho de que su manager Earl Weaver tenía un entendimiento de la eficiencia del out más de tres décadas atrás antes del Moneyball. Enfatizaba en sus bateadores el valor de buscar los boletos gratis, en una era donde a algunos bateadores del medio de la alineación se les decía que tenían que expandir sus zonas de strike en un esfuerzo por generar carreras remolcadas. No le gustaba tomar riesgos en las bases y no le gustaba regalar outs con toques, y Weaver puso un énfasis demasiado alto en la defensiva del medio del cuadro interior. Así es como llegó a pasarle eso a Cal Ripken, quien no parecía un torpededor, pero que fue movido de la antesala al campocorto.

Fue el manager perfecto para un equipo casi perfecto.

4. Yankees de 1927

Tuvieron marca de 110-44, un porcentaje de victorias de .714. Babe Ruth conectó 60 jonrones, y ningún otro equipo en la Liga Americana conectó más de 56; los Yankees totalizaron 158 vuelacercas. En un periodo de 11 juegos en julio, la Fila de Asesinos anotó en doble dígito en siete ocasiones. Sí, los Browns de San Luis estuvieron involucrados.

5. Rojos de Cincinnati de 1975

Ellos aseguraron un puesto en los playoffs a principios de septiembre y ganaron la Liga Nacional por 20 juegos, terminando el año con marca de 108-54. Seis de los ocho tipos en su alineación regular tuvieron un OPS+ de 119 o mejor. Cada jugador de los Rojos en el medio del diamante -- el receptor Johnny Bench, el intermedista Joe Morgan, el campocorto Davey Concepción y el jardincero central Cesar Geronimo -- ganaron Guantes de Oro. Y a pesar que los Rojos no tuvieron el mejor pitcheo de la liga, el suyo fue bastante bueno. El manager Sparky Anderson -- conocido como el Captain Hook (Capitán Gancho) -- dependió mucho de su bullpen. Los Rojos tuvieron la menor cantidad de juegos completos (22) en la Liga Nacional, y cuatro relevistas de Cincinnati lanzaron muchísimas entradas: Rawly Eastwick (90), Pedro Borbón (125), Clay Carroll (87 1/3) y Will McEnaney (91).

De los muchos grandes nombres generados por este grupo, quizás este sea el favorite mío: Bench se fue de 11-11 en intentos de robo.

6. Atléticos de Filadelfia de 1929

La plantilla de este equipo estaba repleta de peloteros que eventualmente terminarían en Cooperstown: El receptor Mickey Cochrane, el primera base Jimmy Foxx, el jardinero Al Simmons, Eddie Collins (quien jugó un puñado de partidos ese año), el lanzador Lefty Grove y el manager Connie Mack. Ellos ganaron 104 juegos y perdieron 46, tuvieron un diferencial de carreras de 286, y enterraron a los Cachorros en cinco partidos en la Serie Mundial.

7. Tigres de Detroit de 1984

El 24 de mayo, ellos ya tenían ventaja de 8 ½ juegos en el Este de la Americana, luego de abrir la temporada con marca de 35-5. Barrieron a los Reales en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, para luego apalear sin piedad a los Padres en la Serie Mundial.

Jack Morris encabezó una rotación sólida, pero el bullpen fue dominante. El puertorriqueño Willie Hernández tuvo una de las mejores temporadas en la historia para un relevista -- mientras lanzaba 140 1/3 entradas, tuvo efectividad de 1.91, y por ellos ganó el Cy Young de la Liga Americana y fue también el Jugador Más Valioso. Aurelio López (también conocido como Señor Smoke) trabajó como preparador y tuvo marca de 10-1 con efectividad de 2.94.

El año extraordinario de Detroit quedó encapsulado en la Serie Mundial cuando el manager de los Padres Dick Williams fue a la lomita a preguntarle a Goose Gossage si quería lanzarle alrededor a Kirk Gibson. El manager de los Tigres le gritó a Gibson, mientras esperaban la decisión, y esos cortos momentos -- que pueden ver en este video -- capturaron todo lo era grande acerca de Anderson, con su felicidad, confianza, inteligencia y sentimientos positivos y su respeto hacia sus jugadores.

8. Cachorros de Chicago de 1907

A medida que corría la temporada de los Yankees de 1998, el equipo de relaciones públicas de Nueva York se la pasaba informando sobre el record del equipo y sus estadísticas en comparación con otros grandes equipos en la historia de la era moderna, y cada día, parecía que el estándar de victorias y derrotas había sido establecido por los Cachorros del 1906. Tuvieron marca de 116-36, con una efectividad colectiva de 1.75, ayudados por la inmortal combinación de dobles matanzas de Joe Tinker, Johnny Evers y Frank Chance. Pero ellos perdieron la Serie Mundial de ese año. Los Cachorros se recuperaron, en gran forma, al lograr record de 107-45 en 1907, mientras su cuerpo de lanzadores compilaba efectividad de 1.73; ellos ganaron la Liga Nacional por 17 juegos, con un diferencial de carreras de 181, un número asombroso en la Era de la Bola Muerta. Al tener otra oportunidad de luchar en la Serie Mundial, barrieron a los Tigres en cuatro juegos.

9. Mets de Nueva York de 1986

Si los Medias Rojas hubiesen conseguido ese ultimo out en la Serie Mundial, ese equipo de los Mets habría sido recordado más por lo que no hubiesen podido conseguir, gracias a las oportunidades perdidas en el 1987 y 1988. Pero la roleta de Mookie Wilson pasó por entre las piernas de Bill Buckner, los Mets vivieron para disputar un Juego 7, y el contexto en que se recuerda a Dwight Gooden, Darryl Strawberry, Lenny Dykstra y el resto de este increíblemente profundo y talentoso roster quedó alterado para siempre. Los Mets tuvieron marca de 108-54 en la temporada regular, con un diferencial de carreras de 205. Ellos anotaron la mayor cantidad de carreras en la Liga Nacional, permitieron la segunda menor cantidad de carreras, y ganaron con una arrogancia que le encantaba a su manager Davey Johnson.

10. Azulejos de Toronto de 1993

Ellos fueron el primer equipo en casi dos décadas en ganar cetros consecutivos, gracias a su plantilla profunda y bien construída. Ellos desarrollaron jugadores como John Olerud (con un OPS+ de 186), Pat Hentgen y Juan Guzman, cambiado por Roberto Alomar y Joe Carter en un mega cambio que solo tomó algunas horas para ser completado, y se convirtieron en maestros de los cambios a mitad de temporada -- y en 1993, eso significó añadir a Rickey Henderson.

Ellos llenaron su equipo con estrellas viejas y establecidas, como Paul Molitor, quien bateó .332 esa temporada; Olerud, Molitor y Alomar terminaron 1-2-3 en la contienda por el cetro de bateo. Era un tiempo diferente en Toronto: Este equipo, que venía de ganar el campeonato en el 1992 y de jugar en el SkyDome, atrajo a más de 4 millones de fanáticos. Era todo un espectáculo.

Otros considerados: Cardenales de San Luis de 1967. Ellos tenían a Bob Gibson y Steve Carlton como anclas de la rotación, y a Lou Brock y Orlando Cepeda en su alineación -- lograron marca de 101-60, ganaron la Liga Nacional por 10 ½ juegos. Bravos de Atlanta de 1995; Medias Blancas de Chicago de 2005; Atléticos de Oakland de 1973; Atléticos de Filadelfia de 1911; Indios de Cleveland de 1948; Atléticos de Oakland de 1989.