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Vergara, ¿brinda con el Diablo a su salud?

Mexsport

MÉXICO, D.F.-- A Jorge Vergara le agoniza en los brazos el equipo más popular, populachero y populista de México. Chivas no respira, tiene, apenas, estertores de vida.

Parece, que al Pastor del Rebaño descarriado, le ha llegado ese momento crítico de metamorfosis.

Para Chivas y Vergara ya no es renovarse o morir. Hoy es transfigurarse o morir. Pero, ojo, no todas las orugas evolucionan en mariposas, aunque todas las mariposas evolucionan a partir de ser orugas.

Para Chivas y Vergara ha llegado ese punto crítico descrito por Joaquín Sabina sobre su propia vida: "Vendí (en Portobello) los clavos de mi cruz. Brinde con el Diablo a su salud".

Lo segundo ya lo hizo. Fue cuando engalanó con su tepiteño y procaz suicidio verbal de "me toca comérmela todita", y presentar al entrenador y a la base del América, como los redentores de los propios pecados del propietario de Chivas, quien había respaldado a muerte al Chepo de la Torre.

A Vergara le había tocado brindar, en la víspera, a la salud de su propio Mefistófeles, Azcárraga Jean.

Ahora, es el momento de que el dueño de Chivas venda los Clavos de su Cruz.

Jorge Vergara abrió las puertas a ESPNDeportes. Era un encuentro informal para hablar de futbol, sólo de futbol y nada más que de futbol. Claro, con el Chivas casi putrefacto y sotanero de este torneo sobre la mesa de autopsias.

Sí: esa es la escuela médica de la vida: nada mejor para los vivos que aprender de los muertos.

Leo Vega, Hernán Pereyra y Elmer Polanco fueron sus interlocutores, en -cantaría Óscar Chávez-, "una casita que tengo con jardines, alberquita, y un salón para bailar", ubicada en Miami.

Vergara hizo revelaciones importantes en la charla y obviamente pretensiones importantes que pidió se reservaran en confidencia, hasta que fueran ejecutándose al paso de los días.

Asegura que duró cuatro horas negociando con Marcelo Bielsa, quien demostró su interés en Chivas armando un castillo fascinante con palabras, gestos y proyectos por escrito sobre el Guadalajara. Había una afinidad total entre directivo y técnico sobre el proyecto común.

Pero el matrimonio murió en el juzgado del divorcio sin llegar al altar siquiera. Bielsa quería salario europeo.

Medios informativos como Perú21 aseguran que el Loco cobraba 3 millones de dólares con Chile. Tras salir del Athletic de Bilbao, Bielsa fue cortejado por Santos, que se escandalizó al saber sus condiciones: 4 mdd por año parecían irreales. Y el cheque que pedía a Chivas era aún mayor.

Por otra parte, Vergara afirma que quien incumplió contrato escrito, verbal y moral, no fue él con el Clan Cruyff, sino precisamente el Patriarca Johan.

Cruyff debía permanecer tres meses en Guadalajara para el arranque, y regresar después a evaluarlo otros tres meses, pero, explica el dueño de Chivas, nunca se responsabilizó de su acuerdo y de su palabra.

"Quería un director deportivo que se hiciera cargo de Chivas, y no tener que involucrarme directamente, sino saber que estaba en muy buenas manos. Pero Cruyff no cumplió".

¿El futuro de Chivas? Según confió a nuestros compañeros la reestructuración no se viene en días, sino de horas.

Ha comenzado con el retorno de José Luis Real a su hábitat: las fuerzas básicas, para enderezar el proyecto elaborado por Hans Westerhoff, y truncado, lo acepta, por el mismo Jorge Vergara con cambios, relevos, despidos y arribos de oportunistas.

Hasta la charla del fin de semana, Jorge Vergara no tenía nombres ni especificadas las áreas de recambio. Su agenda está llena de posibilidades.

Podría decirse que no sabe si construir sobre las ruinas que hoy contempla atribulado, o comenzar desde los cimientos.

Lo cierto es que no vende a Chivas. No ahora por lo menos. Ofertas hay. Van y vienen. Como lo confesó hace años en Raza Deportiva de ESPNDeportes Radio, y como lo ratificó su mismo ex directivo Juan José Frangie: "Ofertas por el Guadalajara siempre ha habido, y de todas partes del mundo, pero sé que Jorge no va a vender".

Decisiones importantes le aguardan. De todo tipo. Desde una eventual continuidad de Juan Carlos Ortega hasta la consideración del retorno de Chepo de la Torre, si se presenta la coyuntura saludable, higienizante, perfecta, de que México gane la repesca ante Nueva Zelanda.

A estas alturas, Usted, lector, pensará lo mismo que yo: el pasado reciente de Jorge Vergara permite más las dudas que la confianza en sus palabras.

No ha sido la congruencia una ley de vida en las acciones y actitudes del dueño de Chivas, pese a su epístola de contrición cuando dijo que había confundido los deseos y la pasión, con la arrogancia y la soberbia.

Pero la sabiduría popular dice que de los arrepentidos y de las buenas intenciones está empedrado el camino del y al Infierno.

Lo cierto es que en esa charla de dos horas y media con Leo, Elmer y Hernán, aparte de acciones inmediatas guardadas bajo secreto, Vergara ha entendido que llegó a su punto de quiebra. Se ha equivocado tanto que llegó el momento de acertar.

Ya brindó con el Diablo. Y lo hizo a su salud.

Ahora, llegó el momento de vender los Clavos de su Cruz.

O conservarlos. Para ser crucificado con ellos, como víctima de sus propios actos.