Los Yankees de Nueva York resolvieron un serio problema por los próximos cinco o seis años, con la adición de Brian McCann en la receptoría, tras un pacto base de $85 millones de dólares que podría llegar hasta $100 millones.
Es la primera gran movida de los Yankees en el invierno, luego de semanas de estancamiento por las novelas de Alex Rodríguez y Robinson Canó.
Por cierto que la firma de McCann envía una señal al mercado: el dinero comprometido por el equipo en su nuevo cátcher podría significar que Canó está cada vez más lejos de quedarse en los Yankees hasta el final de su carrera.
El segunda base dominicano está buscando un pacto que le garantice diez temporadas y alrededor de $300 millones, algo que, a juzgar por las reacciones expuestas públicamente por varias franquicias ante semejante solicitud, no va a conseguir de ninguna manera.
Los Yankees, según reportes, le habrían ofrecido unos $180 millones por siete campañas, un precio más que justo para un jugador que ya cumplió 31 años.
Y por ahí estará si acaso lo que consiga al final Canó: entre siete y diez temporadas, entre $180 y $200 millones. Incluso es probable que tenga que pactar por menos que eso. Más que eso ni soñarlo.
Sin definir aún si podrán contar con el dinero que no tendrían que pagarle a A-Rod en caso de ser suspendido, los Yankees ya empezaron a gastar plata en grande para la necesaria reconstrucción del equipo.
Esos $85-$100 millones para McCann van inevitablemente en contra del presupuesto que incluiría la recontratación del intermedista dominicano.
No sería extraño entonces que el día inaugural del 2014 veamos a Brandon Phillips o incluso el venezolano Omar Infante defendiendo la segunda base de Nueva York.
El problema de Phillips es que aún está bajo contrato de los Rojos de Cincinnati y los Yankees no tienen mucho que ofrecer a cambio, pues su sistema de ligas menores está bastante pobre de prospectos atractivos.
¿Y Canó? Posiblemente termine alimentando la de por sí ya reforzada alineación de los Rangers de Texas, que hace menos de una semana sumaron al poderoso bate de Prince Fielder.
El gerente general Jon Daniels, ahora con más poder tras el retiro de Nolan Ryan como presidente del equipo, parece dispuesto a desembolsar $200 millones por el quisqueyano, quien seguiría quedándose por debajo de sus pretensiones de $300 millones.
Pero una eventual llegada de Canó obligaría a: 1) deshacerse del super prospecto Jurickson Profar, quien apunta a convertirse en la segunda base titular en el 2014, o 2) tratar de canjear al venezolano Elvis Andrus, quien tiene contrato por 139 millones hasta el 2023, en tanto Profar se encargaría del campocorto.
La lógica indica esto último, pues Profar está atado con el equipo hasta el 2020 y a muy bajo costo, pero a los Rangers el dinero no parece preocuparle, aunque lo gasten a tontas y locas, porque, como dice un viejo chiste, en Texas todo es en grande.