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El misterio de proteger a los lanzadores

El cerrador de los Mets, Bobby Parnell perderá un tiempo considerable tras romperse un ligamento del codo Elsa/Getty Images

El lanzador de los Piratas Jameson Taillon, uno de los lanzadores más prometedores del béisbol, es el caso más reciente de peloteros que tuvieron que atravesar el proceso de examinarse el codo. Los Mets, quienes han sido modelos de precaución sobre como manejan a sus jóvenes lanzadores, anunciaron que su cerrador Bobby Parnell tiene un ligamento parcialmente roto en el codo.

Esta es una porción de la nota de Tim Rohan al respecto:

Los Mets siempre escuchan preguntas sobre cuáles son sus razones para ser optimistas. Ultimamente, la respuesta inequívoca de su parte ha sido que su principal razón es su rotación de abridores. Esa es su fortaleza más obvia, tanto en el presente como a futuro. Ellos consideran a Matt Harvey, Zack Wheeler, Noah Syndergaard y Rafael Montero comodidades invaluables. Los Mets tienen pensado ser cautelosos con ellos, desarrollarlos al ritmo adecuado y eventualmente respaldarse en ellos para ser un equipo relevante.

Gran parte de ese plan depende de cómo los Mets tienen pensado llevar a cabo el desarrollo de estos lanzadores tan prometedores.

Es por eso que el anuncio de los Mets sobre el ligamento parcialmente roto de Bobby Parnell, su cerrador, pareció algo particularmente preocupante. Parnell va a intentar pasar por la rehabilitación primero para evitar tener la cirugía Tommy John, pero sí él termina teniendo que pasar por el quirófano para someterse a dicha operación, él sería el tercer miembro de los Mets en hacerlo en los últimos nueve meses, siguiendo los pasos de Jeremy Hefner y Harvey. Jenrry Mejia la tuvo en el 2011.

Cada caso es distinto, pero el gerente general Sandy Alderson ya ha dado indicios de que los Mets repasaran la manera en que ellos han manejado a sus lanzadores y a sus respectivas rehabilitaciones. Ellos denominaron a las lesiones de los lanzadores como "un problema general de la industria". Varios lanzadores de primer nivel tuvieron que operarse durante el entrenamiento primaveral este año, incluyendo a dos lanzadores de los Bravos de Atlanta como Kris Medlen y Brandon Beachy, quienes la tuvieron por segunda vez.

"Es algo a lo que le prestamos atención constantemente", Alderson dijo este miércoles. "Pero yo no creo que nosotros -- o la industria -- tengamos respuestas sólidas. Eso es lo seguro".

Alderson esencialmente está diciendo la verdad: La industria del béisbol está intentando encontrar respuestas contundentes y no cuenta con demasiadas de ellas. Ellos han construido la filosofía del número de lanzamientos y de los límites de entradas, adhiriéndose a ellas con fervor, haciendo todo lo posible para desarrollar y proteger a sus lanzadores al mismo tiempo, y aun así ellos se siguen rompiendo.

Contando con el beneficio de la retrospectiva, es posible que la restricción de la cantidad de lanzamientos haya ayudado poco y nada. Con el beneficio de la retrospectiva, es posible que los límites de entradas lanzadas hayan ayudado poco y nada.

La única conclusión a la que han llegado varios gerentes generales es que no existe ninguna regla que se pueda aplicar a todo el mundo, ninguna fórmula mágica. Ciento setenta entradas para Matt Harvey no son lo mismo que 170 entradas para Kris Medlen o Chris Sale.

Un gerente general en particular denotó que su equipo prefirió no seleccionar a Sale en el draft del 2010 -- al igual que varios otros equipos -- debido a que su inusual y caótica manera de lanzar era un indicador claro de que él podría llegar a estar encaminado a lesionarse el brazo. Cuando los White Sox seleccionaron a Sale, ellos lo utilizaron inicialmente como relevista.

Sin embargo, Sale se ganó el derecho de hacer la transición a ser abridor y ahora él es uno de los mejores de las Grandes Ligas. "Hay tantas cosas que no sabemos", reconoció ese mismo gerente general.

Durante una reunión con otro equipo el verano pasado, un dirigente dijo que la conversación cambió de tema hacia la prescripción de límites de entradas lanzadas. "Sí alguien dice que sabe cuál es el número correcto", aquel dirigente le dijo a su staff, "Él está mintiendo".

El número que se ha vuelto la nueva obsesión de los equipos es el seis. Esa es la cantidad de años que un equipo puede controlar a un lanzador, y considerando todo lo que no se sabe sobre cómo prevenir lesiones y proteger a los lanzadores calculando el riesgo que corren, cada vez más equipos están llegando a la conclusión de que ellos simplemente deben utilizar a sus lanzadores cuando cuentan con ellos, sin abusar de ellos. Eso se debe a que cada lanzador es distinto física, psicológica, estructural y mecánicamente.

Puede ser que el Santo Grial para proteger a los lanzadores simplemente no existe.

• Mientras tanto: El entrenador de lanzadores de los Dodgers, Rick Honeycutt, se pregunta si el viaje a Australia contribuyó a las lesiones de Clayton Kershaw y Brian Wilson, como nos cuenta Dylan Hernández.

Una parte de su nota:

El entrenador de lanzadores de los Dodgers, Rick Honeycutt, no estaba tan seguro sobre la teoría de que un entrenamiento condensado fue el responsable, pero tampoco descartó la posibilidad de ello.

"No hay manera de que nadie lo sepa", dijo Honeycutt.

Honeycutt criticó la poca cantidad de tiempo que sus lanzadores tuvieron para prepararse adecuadamente para la temporada. Después de todo, los Dodgers descansaron menos de lo normal ya que disputaron la postemporada en octubre. Cuando se trata del calendario de los Dodgers en la primavera y en el principio de la temporada, él dijo que "no creo que se haya pensado lo suficiente en ese proceso".

Honeycutt, quien habló en privado con un relacionista público de los Dodgers antes de hablar con la prensa, le puso énfasis a lo siguiente al hablar sobre el viaje a Australia y la lesión de Kershaw: "Espero que no estén relacionados. No estoy diciendo que esa sea la razón".

Sin embargo, él también dijo que cree que "uno siempre debe priorizar a la salud por sobre la situación".

Honeycutt dijo que a él le hubiese gustado que sus abridores disputen como mínimo cinco juegos en el entrenamiento primaveral. Kershaw jugó en cuatro de ellos.

Kershaw se negó a especular sobre la causa de su lesión.

"Uno se puede tratar de acordar de muchas cosas y adivinar, pero al final esto fue lo que sucedió, así que estoy intentando no pensar en que pude haber hecho mejor, ya que me sentía tan preparado como lo pudiera haber estado para afrontar la temporada", dijo Kershaw. "Yo me sentí spectacular durante todo el entrenamiento primaveral. Es una de esas cosas que pasan".

Esto es algo sobre lo que los Dodgers, las Grandes Ligas y, particularmente, la asociación de jugadores deberán reflexionar, ya que el viaje al exterior no puede suceder sin el visto bueno de la unión.