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El "Cielito" que no alcanza a ser "lindo" para México...

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¿Cuántas y cuántas jornadas mundialistas recuerdo con los aficionados arrastrando sus banderas, buscando lentamente la salida del estadio, con los ojos húmedos y el corazón partido? Fijar metas, expectativas o estándares muy altos para México en el Mundial no parece la mejor práctica, aunque el entrenador nacional, Miguel Herrera, insista en que con cuatro puntos "se puede acceder a la siguiente ronda". México debe salir a jugar su mejor futbol y punto. Si lo logra, la consecuencia será la siguiente ronda.

LOS ANGELES, CA. -- "Ay, ay, ay, ay, canta y no llores por que cantando se alegran cielito lindo los corazones...".

Cuando cierro los ojos y escucho esa bella canción (huapango) que identifica plenamente al mexicano en el extranjero y sobre todo en eventos deportivos, me vienen, enseguida, a la memoria amargas tardes y noches de futbol, jornadas donde parecía que la Selección Mexicana tenía todo para dar más, para lograr el paso definitivo, el triunfo soñado, esperado y que al final se quedó en un intento vago y vacío. Los veo arrasando sus banderas, buscando la salida del estadio en Francia, en Corea, en Alemania o en Sudáfrica. Siempre es igual de amarga y dolorosa. "EL Cielito Lindo" jamás parece demasiado lindo para el futbol mexicano.

Si México decide salir a jugar "con la calculadora en la mano", lo más seguro es que afronte un verano muy explosivo, peligroso y breve en su aventura mundialista.

Como suele ser normal ante la aproximación de una cita mundialista, las expectativas de los aficionados crecen y los medios suelen -o solemos- engancharnos con esa posición: ¿Hasta dónde puede o debe llegar la Selección Mexicana en Brasil 2014? ¿Podrá acceder a la siguiente ronda? ¿Podrá jugar un quinto partido? ¿Son exageradas y falsas las perspectivas de una ronda mayor en el Mundial? Todas esas preguntas tienen o pudieran tener muchas interpretaciones y respuestas, pero son parte del Mundial. Vienen incluidas en una selección que históricamente ha abrazado sueños e ilusiones y que al final, jamás ha trascendido en una Copa del Mundo.

Miguel Herrera sacó su propia calculadora y afirmó que con cuatro puntos se puede clasificar a los octavos de un Mundial. Y en efecto, las matemáticas dicen que sí, que una combinación de resultados y el hecho -un tanto raro- que uno de los cuatro habitantes del grupo no logre sumar puntos en ninguno de sus tres partidos puede generar que, con esa cantidad de puntos -un triunfo y un empate-, se logre el pase a la siguiente ronda. Pero no creo que ese sea el camino o mejor dicho la actitud que México deba mostrar en un escenario mundialista.

México debe salir a jugar su mejor futbol y punto. Si lo logra, la consecuencia será la siguiente ronda. No soy de la idea de que la Selección Mexicana sea un equipo que deba ir con objetivos claros para alcanzar o avanzar en el Mundial. La selección debe esforzarse en mostrar avances técnicos, despliegue físico, un sistema de juego atrevido, un equipo que combine orden y personalidad, que muestre a sus jugadores jóvenes, que trate de darle preferencia siempre al juego abierto, ofensivo, ordenado, sin espacio para la especulación ni el miedo, que se comporte estrictamente bajo la esencia del "juego limpio" y listo, con eso tenemos. Y estoy seguro de que tratando de respetar y seguir esos lineamientos, México, con 4, 5, 6 y o más puntos, puede aspirar a seguir avanzando.

La Selección Mexicana no tiene la misma obligación ni tampoco la misma presión que Brasil, España, Italia, Alemania o Argentina. México va a un Mundial a tratar de superar su propia historia y su historia en cuanto a resultados ha sido tan pobre, que no tiene demasiado que defender. Tiene que concentrarse en mostrar los avances de un futbol que siempre parece tener más para competir y para trascender y que casi siempre deja hambriento e insatisfecho a sus aficionados.

México no puede ni debe hacer cuentas. Ni tampoco ponerse limites o metas muy complicadas. Debe salir a jugar lo mejor que pueda, a dar su máximo esfuerzo y los resultados -que podrían o no podrían llegar- serán una consecuencia directa de su esfuerzo. Para lo único que sirven o han servido "las cuentas" o las altas expectativas son para hacer más triste "el cielito lindo" de los finales de las jornadas mundialistas.

@Faitelson_ESPN