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Justicias e injusticias en el Salón de la Fama

El dominicano Pedro Martínez, Randy Johnson, John Smoltz y Craig Biggio recibieron el mejor regalo del Día de los Reyes Magos, al convertirse en los nuevos miembros del Salón de la Fama de Cooperstown.

Por primera vez en 60 años, los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA) eligieron cuatro jugadores para integrar el Templo de los Inmortales, algo que no pasaba desde que en 1955 fueron exaltados Joe DiMaggio, Gabby Hartnett, Ted Lyons y Dazzy Vance.

Johnson, con 303 triunfos y 4,875 ponches, segundo de todos los tiempos detrás de Nolan Ryan (5,714), recibió 534 votos, para un 97.3 por ciento.

Por Pedro votaron 500 electores (91.1 por ciento). El ídolo dominicano cerró 18 años de carrera con 219 éxitos y apenas 100 derrotas y ganó tres premios Cy Young. En los años de su pico, cuando jugó siete campañas para los Boston Red Sox, fue quizás el pitcher más dominante de su generación, al archivar 117 éxitos y 37 fracasos.

Smoltz fue un sobreviviente del béisbol. Tras pasar años como uno de los mejores abridores de las Grandes Ligas, se convirtió en uno de los cerradores más respetados del béisbol.

Es el único pitcher con más de 200 victorias y más de 150 salvamentos y recibió 455 votos (82.9 por ciento).

Estos tres serpentineros entran en su primer año de elegibilidad, mientras que para el multifacético Biggio, a la tercera fue la vencida, al conseguir 454 votos (82.7 por ciento).

Mike Piazza, el cátcher más ofensivo de la historia, se quedó corto, con 384 de los 412 votos requeridos para entrar.

Piazza despierta dudas porque, si bien fue un coloso con el madero, fue defensivamente de los peores receptores de su generación, a pesar de lo cual se resistió a cambiar de posición.

Otro que vuelve a quedarse con las ganas es el puertorriqueño Edgar Martínez, con 148 votos (27 por ciento).

Dígase su nombre e inmediatamente se le asocia con la posición de bateador designado, labor que cumplió con excelencia sin par.

Pero con Edgar se comete una injusticia similar a la que ocurre con muchos lanzadores relevistas, salvo contadas excepciones.

El boricua NO inventó la posición de BD. Simplemente la elevó a un nivel superior. Achacarle como aspecto negativo el hecho de no jugar a la defensiva es injusto, sobre todo después que en el 2014 fuera exaltado Frank Thomas.

Números aparte, Thomas actuó como bateador designado en 1,310 de los 2,322 juegos de su carrera.

La buena noticia para quienes defienden el derecho a la inmortalidad de algunos peloteros relacionados con los esteroides es que muchos de ellos seguirán en la boleta el próximo año.

Roger Clemens, Barry Bonds, Mark McGwire, Sammy Sosa y Gary Sheffield consiguieron más del cinco por ciento de votos necesario para mantener vivas sus esperanzas, a la espera de que el alto mando del béisbol -- entiéndase oficina del comisionado, la BBWAA y el propio Salón de la Fama -- establezcan una política definitiva sobre qué hacer con una etapa importante de la historia de este deporte.

Quizás la gran sorpresa fue el poco apoyo recibido para Carlos Delgado, quien no llegó al cinco por ciento y quedará fuera para próximas elecciones.

Líder en jonrones y carreras impulsadas entre todos los peloteros puertorriqueños que han pasado por Grandes Ligas, Delgado parece haber sido castigado por su activismo político, sus protestas silenciosas y sus críticas abiertas a las guerras de Afganistán e Irak, mal vistas en momentos demasiado sensibles para la nación americana.