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Chivas, el inmortal que elige suicidio lento

LOS ÁNGELES -- Chivas pensó que era inmune, incluso a sus propias torpezas. Chivas pensó que era inmortal, a pesar de su plan de suicidio lento. Chivas pensó que era eterno, a pesar de su deterioro moral y físico paulatino.

Chivas hoy está donde no debería estar. Pero hoy, Chivas está donde merece estar. Chivas hoy vive en los infiernos. Es el último en la tabla por el no descenso. Y es el último con posibilidades reales de salvación.

Los Leones Negros vencen a Monterrey y en su ansiedad de supervivencia, en su instinto de conservación y preservación, imita a Puebla y a Veracruz. Chivas, en Chiapas, cayó al sótano donde habita la desgracia suprema: el descenso.

Quedan 16 semanas de esperanza, pero los jugadores del Rebaño parecen abrumados de desesperanza.

Chivas no debería estar donde está por su historia. Pero Chivas está donde merece estar por renegar de su historia.

En 2010 sumó ocho victorias al hilo, exportó al Chicharito Hernández en un golpe mediático y poco después amenazó en la Libertadores. ¿Ascendió acaso hasta su propio nivel de incompetencia?

Chivas pecó de arrogancia, de soberbia. Pensó que era más que todos y hoy es menos que todos. Creyó estar por encima de todos y hoy está por debajo de todos.

Quedan 16 semanas, pero en Chivas se adivina un espíritu de claudicación, de rendición, de abatimiento.

Ya se había advertido desde el momento mismo en que los heraldos anunciaban que la desesperación y la esperanza de Chivas elegían al Chepo de la Torre. Su discurso tartamudea, balbucea en tiempos de crisis.

Se advirtió lo mismo y se le preguntó a él mismo en Raza Deportiva de ESPNDeportes Radio:

¿Cómo confiar en un entrenador que no fue capaz de rescatar moral, anímica, emocional y futbolísticamente a la Selección Mexicana en la eliminatoria de Concacaf para Brasil 2014?

¿Cómo creer en un entrenador que no fue capaz de arengar a un grupo de futbolistas cuya mayoría debatían su día a día en escenarios europeos y mostraban testosterona, hormonas, actitudes para combatir en sus clubes, pero no en el Tri?

Si el Chepo no logró incitar a futbolistas de alta competencia para desafiar la tempestad de la Concacaf, ¿qué hace creer que a jugadores de menor calidad futbolística, moral y anímica, logrará estremecerlos de la gravedad del momento que viven?

Si no pudo exaltar la urgencia de supervivencia a seleccionados nacionales, ¿cómo podrá hacerlo con un equipo en el que no hay ningún aspirante a selección nacional?

Si a un grupo de élite, el Chepo no logró exacerbarle, soflamarle el espíritu guerrero, ¿qué hace pensar que lo conseguirá con un grupo de futbolistas ordinarios que han perdido incluso la fe en sí mismos?

Parecería que a los jugadores de Chivas aún no les inunda el realismo de su decadencia absoluta. ¿Percibirán que se acaban los viajes en avión, los hoteles de cinco estrellas, los patrocinadores, y que hasta la afición que los adulaba empezará a morderlos desde la tribuna?

Parece que los jugadores de Leones Negros, Puebla y Veracruz ya lo tienen en claro. En Chivas, creen que esta desgracia es una pesadilla de la cual despertarán en un instante. Así, en esa pesadilla, suman ya desde la llegada de Fernando Quirarte.

Insisto: Chivas no debería estar donde está por su historia. Pero Chivas está donde merece estar por renegar de su historia.