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Todo el futbol mexicano es 1.0233

ESPN.com.mx

Chivas amaneció este lunes en el fondo, en el último lugar de la tabla porcentual del descenso. Y no es que haya tocado fondo --ello ya habría ocurrido hace un tiempo-- y tampoco que esté sentenciado --nadie desciende en la Jornada 1-- pero no dejar de ser una posición algo más que incomoda para uno de los equipos de mayor historia, tradición, abolengo y éxito en el futbol mexicano. Chivas está en desgracia, más que confirmado, pero podría ser no solo un problema del Guadalajara. Podría ser, también, un problema que el futbol mexicano intenta ocultar o distraer.

LOS ANGELES, CA.- El dueño del cociente no es Chivas. La cifra indica que Chivas tiene problemas con el descenso, pero también deja en evidencia que el futbol mexicano debería tener una seria preocupación. Que la quiera ver o no, que está distraído en otras cosas, es algo distinto.

En medio de la vorágine y el júbilo que significan los éxitos de un equipo como el América y en medio también del morbo que expresa atestiguar el profundo fracaso de Chivas, la mayor parte de los aficionados y de los críticos parecen haber olvidado el verdadero daño que está sufriendo el futbol mexicano.

Un daño irreparable e histórico que podría atrasar el desarrollo y los modelos de desarrollo del futbolista mexicano, pero no tenemos tiempo ni espacio para verlo y aceptarlo. Estamos tan preocupados por la supremacía, los goles y la supuesta espectacularidad del América, de un equipo plagado de jugadores no nacidos en territorio mexicano y figuras extranjeras para darnos cuenta de lo que realmente ejemplifica la catástrofe de un club como el Guadalajara.

El verdadero dilema en este asunto es y seguirá siendo el futbolista mexicano. ¿Dónde, cuándo y cómo se detuvo el desarrollo? ¿Por qué dejó de ser el futbolista que, al menos en el escenario doméstico, ofrecía un sentido competitivo? La desesperación ha llegado a tal escala que ya hay quienes proponen de manera tajante que Chivas, traicione las más sagrada de sus tradiciones: su mexicanidad.

El deterioro del Guadalajara ha sido en un proceso de años, donde como no tenía problema con el asunto del descenso (el tema porcentual), la situación se agravaba y pocos le deban la importancia que merecía, pero ya el otro equipo que basa sus éxitos o fracasos en el material mexicano sufría por una inesperada baja de juego. Coincidentemente --o irónicamente-- José Manuel 'Chepo' de la Torre estaba al frente de ese conjunto que estuvo muy cerca del fracaso en la eliminatoria mundialista.

El sábado por la noche, en Tuxtla Gutiérrez, con el partido 1 por 1, después de que Chivas se había esforzado para conseguir el gol del empate, el técnico local, Sergio Bueno, decidió tomar una decisión: envió al campo de juego a los colombianos Andrés Andrade, Avilés Hurtado y al brasileño Wilson Thiago. En unos cuantos minutos, Jaguares encontró las condiciones para ganar el partido. A Chivas, con sus mexicanos, no le alcanzó.

Históricamente, Chivas siempre encontró la manera de sostenerse en una faceta competitiva jugando solamente con nativos. Chivas hizo que su tradición --la de jugar con mexicanos-- fuese una ventaja y no una desventaja. Los tiempos, sin embargo, podrían haber cambiado. El 1.0233 es para mí más que un número, más que un porcentaje, más que un cociente. Es una advertencia del nivel hasta donde ha caído, lamentablemente, el futbol y el futbolista mexicano. No solo Chivas, todo el futbol mexicano tendría que preocuparse por el 1.0233.

@Faitelson_ESPN