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América: ¿espejismo o realidad?

Todo, en apariencia, fue perfecto: un equipo motivado, en vendaval, atacando a velocidad, abriendo el campo, con explosividad mientras el Azteca cantaba y vitoreaba a sus héroes. El problema es que dentro de la "hazaña", "epopeya" o "proeza" del América hubo un equipo costarricense que estuvo muy por debajo del nivel que prometía tener. A la mañana siguiente, prevalecen las dudas para algunos: ¿Encontramos, finalmente, al poderoso América de Matosas o fue una noche ante un rival acobardado que terminó goleado y exhibido?

LOS ANGELES, CA.- A la mañana siguiente, la pregunta podría ser: ¿Qué tanto pertenece al América y qué tanto al Herediano en lo que sucedió anoche en el Estadio Azteca?

Lo más fácil es llenar de epítetos la mañana: milagroso, asombroso, fantástico, increíble y lo mas difícil es tratar de entender si en realidad el América encontró un funcionamiento y un nivel que le garantice a sus aficionados resultados y entretenimiento ++en el orden que usted prefiera++ para el resto de la temporada.

Aunque el rival dejó mucho que desear ++el Herediano vino "muerto de miedo" a la ciudad de México++ fuimos testigos, sin duda, del mejor América en la versión de Gustavo Matosas como entrenador : un equipo de poderosa mentalidad, gran desarrollo en medio campo y una vasta explosividad al frente.

El América salió a comerse al rival, al partido y a la eliminatoria. Lo hizo desde el "minuto cero", sin reservas, sin reparos, si ninguna clase de dudas o desconfianza. El equipo sabía justamente lo que tenia que hacer. Estaba mentalizado para ello.

Y de ahí a un funcionamiento, que en esa primera parte, por algunos minutos, arrojo los resultados largamente añorados. Un equipo que abría la cancha, con dos volantes ofensivos de gran desarrollo técnico e intelectual como Sambueza y Carlos Darwin Quintero, con los laterales ++Aguilar y Samudio++ incorporándose constantemente al ataque y con Oribe y Benedetto en plan explosivo. El medio de contención, Pellerano, tenia la libertad de salir jugando gracias al "sacrificio", casi preciado, que lograba el paraguayo Oswaldito Martínez. Y el América, con alguna que otra distracción en la zaga que no contaba con Paolo Goltz, aguanto para hacer una primera parte casi perfecta.

La pregunta sigue siendo si el rival fue lo suficientemente competitivo para darle validez a esta mejoría, hazaña o epopeya americanista. ¿Dónde esta el equilibrio? ¿Dónde esta la verdad? ¿Lo de anoche se debió más un América imponente o fue por un Herediano acobardado?

El tiempo volverá para despejar todas las dudas. Y, por fortuna, no habrá que esperar demasiado. El sábado, en Monterrey, el América será probado por uno de los planteles mas completos del futbol mexicano y por un entrenador ++Mohamed++ que tiene algunas cuentas pendientes del pasado reciente. No pretendo echar por debajo el ímpetu y el jolgorio americanista, pero lo de anoche, en el Azteca, pudo haber sido un espejismo o una contundente y feliz realidad.

@Faitelson_ESPN