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L10nel Messi sediento del Cáliz de América

AP

SANTIAGO -- Apareció. Como arquitecto. Sin deslumbrar con esa exquisitez asesina que ha sostenido este 2015 con el Barcelona. Pero construyó. Generó. Provocó.

Tras la actuación, más solidaria que brillante, más efectiva que resplandeciente, siendo más proletario que artista ante la Juventus, en la Final de la Champions, Lionel Messi regresó de esas vacaciones en las que deambuló en los primeros cuatro juegos de la Copa América.

Y Leo se hizo responsable de dar pases infalibles a su artillería y empujarlos a un implacable 6-1 sobre un Paraguay que se debilitó pronto por lesiones musculares de Derlis González y Roque Santa Cruz.

Un descuido en el amanecer del juego, permite a Rojo -en fuera de lugar--, marcar el 1-0 con un cobro de Messi. Con las sirenas encendidas, enloquecidas, Paraguay asumió, con más desesperación que orden, la tarea de buscar el empate.

El 2-0 de Pastore en diálogo con Lionel, toma desprotegido, con las bajas mencionadas, y atónito, a un grupo guaraní que mantenía la memoria y la rabia frescas, luego de aquel 2-2 agónico que en la Fase de Grupos sacó ante los albicelestes.

El cobijo misterioso que envuelve a Messi se hizo presente en una jugada temible que pudo ser terrible. La entrada de Pablo Aguilar y el acoso de otro paraguayo, eran pretenciosamente criminales. Pero Messi, con esa radar instintivo, sobrenatural, para anticipar ese tipo de cacerías, terminó provocando el choque de los machetes voraces de los carniceros.

Entonces quedó una epístola enviada a múltiples destinos, con un mensaje perfectamente descifrado.

1.- Argentina confirmaba que el caudillo que esperó en Brasil 2014, tomaba el mando, finalmente, en la Copa América.

2.- Paraguay entendía que el fantasma de aquel encuentro de la Fase de Grupos, era un peligro vivaz de carne y hueso. El tipo que se escondió esa vez, decidió gravitar en Concepción.

3.- Y el tercer destino estaba en Santiago. Chile recibirá a una Argentina confiada y consciente. Más que por la victoria y por la despiadada pizarra, porque el capitán ausente, ya hace algo más que mostrar el gafete amarillo.

Curiosamente sin ser designado el jugador más valioso del juego, terminó Messi siendo el más importante para Argentina.

Y si algo debe aderezarse a su fertilidad y fecundidad, debe puntualizarse las condiciones tan diversas, y versátiles obviamente, en las que Messi ayudó a entretejer las jugadas de los goles argentinos.

Chile se encontrará con el mismo enigma de 17 entrenadores de la Liga de España, y una decena de otros países europeos a lo largo de este primer semestre de 2015. Jorge Sampaoli verá, reverá, y volverá a ver con sus asistentes, los resúmenes de 90 minutos, del misterio sin solución de este 2015... ¿Cómo detener al 10 de Argentina?

Un misterio, un enigma, un acertijo, que ni siquiera fue capaz de resolver el hombre que mejor lo conoce, que ayudó a forjarlo, depurarlo, fortalecerlo, como Pep Guardiola. El genio que formó con sus manos, con barro ajeno, místico, sufrió una metamorfosis, y de mascota leal se convirtió en el cuervo que le arrancó los ojos.

"He visto videos de él en toda mi carrera de entrenador. No pude descifrarlo como su entrenador y por lo visto no he podido descifrarlo jugando contra él. Nadie sabe tanto de Messi como yo, pero entonces queda claro que nadie ignora tanto de Messi como yo", relató Guardiola días después de que la caballería barcelonista pasó por encima de las huestes alemanas, que salieron como hordas y terminaron prisioneros de su propio objetivo.

Sampaoli y su grupo se concentraron ayer temprano en Santiago para encerrarse viendo el juego en Concepción.

Tal vez esperaban que El Pelado Díaz y la legión guaraní hubieran encontrado una forma de desentrañar y de decodificar la forma de detener a Argentina. Pero no, nadie hizo el trabajo que les corresponde a los chilenos.

Al final, los escuderos de La Roja sólo descubrieron que el primer problema es desactivar esa diminuta y vertiginosa bomba nuclear llamada Messi.

Queda claro, Messi requiere de un contrataque mesiánico.