Todos parecen estar de acuerdo en que Tigres es el gran favorito para la final que comienza este jueves, pero Universidad tuvo una campaña de gran nivel que le condujo hasta el liderato general y a ser considerado por la mayor parte de los expertos como el mejor equipo del torneo. Más allá de que Tigres tiene muchos rubros donde pueden sacar una gran ventaja, Pumas tiene futbol, tiene futbolistas, tiene entrenadores y tiene una afición con el soporte necesario para salir a pelear por la Final.
LOS ANGELES, CA.- Suponer que el nivel futbolístico de Pumas no le alcanzará para afrontar el poder individual de Tigres me parece un riesgo y al mismo tiempo un craso error.
Las críticas y las dudas sobre el futbol de Pumas en la parte final del campeonato y en las dos primeras fases de la liguilla son totalmente bienvenidas, pero no así su capacidad y su fuerza para reagruparse en la cancha, fortalecerse como equipo y pelear legítimamente por el título.
Pumas nunca pareció poseer el plantel, los futbolistas y quizá al entrenador de renombre para pelear ante clubes como el propio Tigres, el América o tal vez el mismo Monterrey que ni siquiera alcanzó a meterse en la liguilla. Pero Pumas se las ingenió para no solamente ser un equipo competitivo, también fue el mejor del campeonato regular y un equipo ordenado, equilibrado y capaz de aportar, por momentos, cierta espectacularidad en su juego. Durante 17 fechas, nadie metió más goles que ellos (37) y solo una defensa fue mejor, la de Tigres que permitió 16 por 20 de los del Pedregal.
La final no es tan dispareja como muchos creen que puede ser.
Lo primero que necesita Universidad es despejarse de todos los perjuicios que ha recibido en las últimas horas. Pumas no es tan malo como aparentó serlo ante Veracruz en los cuartos de final y Pumas no tiene un carácter tan medroso en la cancha como pudo haberlo mostrado el domingo en el Estadio Olímpico. Pumas tiene que recuperar la memoria de la temporada regular y volver a sus bases de un equipo bien parado atrás, con una columna vertebral que empieza con Verón, Alcoba y que continúa con futbolistas de gran dinámica como Fidel Martinez, Sosa, Britos, Ludueña y Eduardo Herrera.
Tengo claro que las liguillas se juegan manera distinta al campeonato regular. Tigres ha ganado tres de cuatro partidos de liguilla y solo le permitió un gol al equipo de Jaguares. Es un equipo de excesos en el plantel, de futbolistas del tamaño del francés Gignac, del brasileño Sobis, los mexicanos Aquino y Damm y un entrenador de la experiencia del “Tuca” Ferretti. A Tigres es difícil ganarle, mas no imposible.
Pumas debe recuperar la memoria y hurgar en su sangre --esa que ha ganado cuatro títulos en torneos cortos--, a su imponente pasión, a su caliente estadio y con eso, estoy seguro de que puede y debe competir en la cancha...