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Intangibles que hacen la diferencia

Tarde o temprano tu naturaleza termina por hundirte o sacarte a flote. Lo he visto en muchas ocasiones en la NFL. Hay equipos que están acostumbrados a ganar, y otros que por mucho talento que puedan reunir en sus plantillas terminan por encontrar la forma de perder. El sábado por la noche vimos un ejemplo en Cincinnati en el duelo entre Steelers y Bengals.

El futbol americano es un deporte de centímetros, de pequeños detalles. Cuando pones todo en la balanza y las cosas están tan parejas, esos intangibles terminan por pesar.

Los Steelers tienen una cultura ganadora por excelencia, nadie ha ganado más Super Bowls que ellos en la historia de la NFL, Ben Roethlisberger es el tipo de quarterback que va a entregar hasta el último suspiro mientras el juego pueda ganarse. Los Bengals no ganan un playoff desde enero de 1991, Marvin Lewis tiene marca de 0-7 en postemporada, e históricamente han estado sometidos por Pittsburgh.

No estoy diciendo que se gane con historia, no señor. Hay que ganar cada jugada, cada centímetro, solo digo que cuando hay fuerzas tan parejas tu cultura termina por marcar una diferencia. Veamos lo que pasó una semana antes cuando los Jets y Ryan Fitzpatrick lo tenían todo en sus manos para avanzar. ¿Cuántos enteros suman en cultura ganadora en comparación de Steelers? Su naturaleza los hundió.

Pittsburgh ganó con todo merecimiento a Cincinnati. Tuvieron que escarbar en lo más profundo de su roster para jugar con su tercero y cuarto corredores, y aún así tuvieron mejor producción terrestre que los Bengals que contaron con sus corredores titulares. Fitzgerald Tousaint y Jordan Todman acumularon 123 yardas terrestres contra las 78 que produjeron Jeremy Hill y Giovani Bernard.

Steelers retó a la defensa contra la carrera de Bengals y logró 4.4 yardas por acarreo con aquellos dos desconocidos. Los salarios acumulados de Hill y Bernard duplican lo que ganan Toussaint y Todman (2.240 mdd vs 1.140 mdd), pero cuando hay mejor ejecución, planeación y estrategia pasa esto.

Es hacer posibles cosas que parecen imposibles: el regreso de Roethlisberger aún con el hombro fastidiado para la última serie ofensiva, la recepción increíble de touchdown de Martavis Bryant con voltereta incluida. Es también no hacer estupideces como lo de Vontaze Burfict y Adam Jones en la última serie ofensiva de Steelers, es no autodestruirse.

Esos intangibles también salieron a flote en otros frentes. No es lo mismo enfrentar un juego de eliminación directa con el quarterback MVP del 2014, que con un debutante en postemporada. Kirk Cousins pagó su derecho de piso, y Aaron Rodgers jugó sin errores. No es lo mismo Brian Hoyer y Bill O’Brien de los Texans, que Andy Reid y Alex Smith de los Chiefs; en este juego tampoco estaban tan equilibradas las fuerzas.

Haber estado ahí cuenta mucho. Tener una cultura ganadora también. Cuando tienes sangre de campeón tienes un intangible valiosísimo, que puede ser determinante en juegos de esta importancia.