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Osorio pide tregua antes de la batalla

LOS ÁNGELES -- La Comisión de Selecciones Nacionales elige la mesura. ¿O cautela? ¿O prudencia? ¿O resquemor? ¿O temor? Reveló sus metas: estar entre los tres primeros en la Copa América Centenario y en los Juegos Olímpicos de Río.

Quedan atrás aquellos tiempos desbocados de prometer jugar las finales de todos los torneos. Quedan atrás aquellas épocas del vandalismo optimista de conquistar el infinito y más allá, diría Buzz Lightyear.

Desasosiego porque en el futbol y en México el prometer sí empobrece. El hablador ya no quiere tropezarse antes que el cojo. Las hazañas no consumadas tienen el mismo linaje que las mentiras.

¿Es válido semejante recato en esta nueva era de selecciones mexicanas? ¿Se perdió esa desenfrenada osadía en el laberinto de los fracasos continuados?

¿Se renunció a aquella filosofía populachera pero gratamente melosa de "pensamos en lo más alto porque sólo así podemos aspirar a ello", como dijo en su momento Héctor González Iñárritu?

¿Terminó esa intrepidez o imprudencia de "no vamos por el quinto partido del Mundial, porque es ponerte límites", como dijo alguna vez Miguel Herrera?

Pero la otra pregunta es inevitable. Si Osorio levanta el blasón de pretender ser de los tres primeros de América, ¿qué se le puede exigir entonces al colombiano para la Copa del Mundo de Brasil?

Si se limita a aspirar a ser tercero de la Copa América Cementerio, dentro de un escenario continental, ¿a qué se puede comprometer cuando el Mundial tiene a 32 invitados, con potencias europeas y africanas?

Si Osorio aspira a ser tercero de un grupo de 16, de los que sólo merecerán ir entre siete y nueve al Mundial (dependiendo de las repescas), ¿a qué se puede comprometer cuando el espectro de adversarios sea mayor y más poderoso?

Y Osorio lo sabe muy bien: México jugará como local en la Copa América Centenario, algo que ni remotamente ocurrirá en Rusia. Y Osorio conoce muy bien los particulares panoramas de los contrincantes.

1.- Argentina llegará con su legión europea sobrecargada de esfuerzos y minutos.

2.- Brasil envía lo mejor a JJOO.

3.- Uruguay debe cargar con un recambio generacional y un Suárez de medio turno.

4.- ¿Colombia? La estructura medular de Pékerman está en las bancas europeas no en la cancha.

5.- ¿Chile? ¿Quién será su entrenador y cuál será el régimen de disciplina?

6.- ¿EEUU? La farsa de Klinsmann que advertimos hace años ya, empieza a consumarse y a consumirse.

Hablar de aspirar al tercer lugar, cuando México domina una zona donde todo le favorece, incluyendo, claro, el arbitraje, del cual ya dio muestras en la pasada edición de la Copa Oro.

No era de esperarse una declaración de guerra por parte de Juan Carlos Osorio o la Comisión de Selecciones Nacionales, pero tampoco, ciegamente, que tocaran retirada antes del primer disparo.

Hay un dicho colombiano que también conoce Juan Carlos Osorio: "soldado avisado no muere en guerra".

Ah, pero sí quemó sus naves y sus puentes, cuando se atrevió a comprometerse en la fase de grupos y en el Hexagonal de Concacaf.

¿Juegos Olímpicos? Nadie puede refutar que si el 'Potro' Gutiérrez cuenta con Héctor Moreno y Andrés Guardado y 'Chicharito' Hernández, regresaría con la medalla de oro de Río.

Entonces, si en la Copa América ya se sacó la bandera blanca antes del primer silbatazo, mejor sería entregar el paquete completo al Potro y su selección olímpica.

Dice el argentino Ernesto Mallo que "sólo hay dos clases de cobardes: los que huyen para atrás y los que huyen para adelante".

Y sí...