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Despertar de un sueño

López estuvo muy cerca de reemplazar a Vergne en la carrera de Buenos Aires. Télam

BUENOS AIRES -- Una llamada despertó a José María López más temprano de lo previsto en la habitación que ocupa en Faena Hotel, residencia habitual cuando pasa por Buenos Aires. El lujoso alojamiento diseñado por el francés Philippe Starck está a un par de cuadras de la curva 3 del circuito urbano que la Fórmula E usó por segundo año en la capital argentina. El llamado alertó a Pechito sobre el malestar físico del francés Jean-Éric Vergne, titular en el equipo DS Virgin Racing, lo que abría una posibilidad para que corriera la cuarta fecha de la temporada. Faltaba menos de una hora para el inicio del primer entrenamiento.

Así comenzó el día del bicampeón mundial de Turismo, el único argentino con coronas ecuménicas después de Juan Manuel Fangio. Durante algo más de tres horas se sucedieron consultas, corridas, reuniones, chequeos médicos, llamados telefónicos a Europa, y hasta un vertiginoso ida y vuelta a Pilar, al tiempo que el rumor devenido noticia pintaba como inminente el debut de López en la categoría de los autos eléctricos.

El operativo para que el cordobés corriera en Buenos Aires, fracasado un par de meses antes, cobró vida sorpresivamente gracias a un sorprendente giro azaroso. Después de que López sellara el bicampeonato de WTCC con Citroën creció la idea de impulsar su postulación para que corriera en la doble fecha de Fórmula E en Sudamérica, a fines de diciembre de 2015 en Punta del Este y el primer sábado de febrero de 2016 en Buenos Aires. La filial argentina del grupo PSA -reúne a las marcas Peugeot, Citroën y su escisión de lujo DS- pretendía aprovechar a López para promocionar al equipo DS Virgin Racing, fusión que transita su año de estreno en la innovadora categoría. En su momento fue Luis Basavilbaso, presidente de la rama local de PSA, quien encabezó las gestiones con sus pares y superiores en Francia. La británica Linda Jackson, elegida CEO mundial de PSA en 2014, fue terminante en su pretensión de separar a las marcas del grupo: López representa a Citroën y por eso no fue autorizado a correr para DS. Cuentan que ese fue uno de los argumentos principales para forzar la marcha de Sébastien Loeb, el máximo campeón y ganador de la historia del Rally Mundial, un emblema de Citroën que en su afán por competir en el raid Dakar se ligó a Peugeot. El francés Loeb, se recuerda, se despidió amargamente de la marca del doble chevrón a fines de 2015.

La Fórmula E no es ajena a López. El exprobador de Fórmula Uno ensayó con uno de estos autos en 2015 y hubo discretas negociaciones para que este año combinara sus compromisos en el Mundial de Turismo con el calendario de los vehículos eléctricos. Sin embargo, se interpuso la política central de la compañía que trata a sus marcas por separado. López tuvo una destacada labor en la prueba organizada por DS mientras desarrollaba su tren de potencia para entrar -asociada con el equipo Virgin- a la categoría. Cuentan que pulverizó el tiempo de sus ocasionales compañeros. El cordobés, por pedido de su empleador, sólo recuerda públicamente que fue un buen test. Alex Tai, el director del equipo de Fórmula E consultado por ESPN.com, afirmó sonriente que "Pechito sorprendió gratamente a todos y siempre es una opción para el futuro".

A pesar de que las gestiones argentinas para sentar a López en el Fórmula E no habían prosperado, el cordobés fue invitado especialmente por Citroën Argentina y viajó a Buenos Aires a ver la carrera. Con él estaban sus padres, José María y Mabel. Pechito participó en la promoción de la competencia, brindó entrevistas, estuvo en la caravana por la capital argentina que lideró el auto de carrera manejado por Vergne y la Fórmula E hasta le organizó un encuentro con los periodistas 15 minutos antes de la reunión oficial de prensa. Durante la carrera, López sería comentarista en la transmisión de televisión.

Cuando se supo que Vergne amaneció con un malestar estomacal, todo cambió súbitamente. Y en sintonía, la agenda de López, quien apareció en el umbral de un inesperado debut. Según la francesa Marie-Pierre Rossi, responsable de comunicación deportiva de Citroën y DS, a su compatriota lo afectó algo que comió probablemente en el circuito. "Hubo unas 50 personas con síntomas", confió. Ante la posibilidad de que Vergne no estuviera apto físicamente para competir en el intenso calor porteño y con López merodeando, la opción asomaba sencilla. No se trataba de una carrera en Europa ni con antelación suficiente como para pensar en otro piloto. Y tampoco sobran los corredores con licencia deportiva habilitante para competir en una serie mundialista.

El reglamento de Fórmula E sólo autoriza cambio de pilotos antes del fin de la última inspección. A partir de ese momento, sólo se puede invocar una causa de fuerza mayor y los comisarios deben convalidarla. La escudería podía argumentar el mal estado de salud de Vergne para poner a López cuando el primer entrenamiento ya estaba en marcha. Sin embargo, como puntualizó Rossi, DS es socio de Virgin y no dueño del equipo como ocurre con Citroën en WTCC y Rally Mundial, por lo que no puede imponer su deseo sino consensuar una decisión. Tai estaba de acuerdo siempre y cuando Vergne no pudiera correr. Antes, había que lograr la autorización que la CEO Jackson había negado meses atrás. La decidida Rossi fue la encargada de llamarla a Europa. La jefa británica accedió debido a las circunstancias pero puso como condición que López vistiera como piloto de Citroën. Entonces, había que conseguirle un buzo antiflama y casco al tono.

Matías Rossi, subcampeón 2015 de TC con Chevrolet, piloto de Toyota en Súper TC 2000 y representante de Citroën en Turismo Nacional, dormía en su casa de Pilar mientras se acumulaban llamadas perdidas y mensajes en su celular. Cuando despertó entendió la emergencia. La marca francesa necesitaba que le prestara a Pechito un buzo y el casco con la decoración pertinente para el supuesto debut en Fórmula E. Un enviado de la terminal viajó en auto desde Puerto Madero a Pilar para recoger la indumentaria. Cuando volvió con el envío, estaba a punto de comenzar el segundo ensayo. López, algo más bajo que Vergne, ya se había probado la butaca y repasado con los ingenieros los comandos del coche. Los comisarios habían autorizado la participación del argentino siempre que el francés no estuviera en condiciones de competir.

Cuando en medio del apuro todo empezaba a quedar preparado para que López saliera a pista, el francés Vergne apareció en boxes y afirmó que estaba recuperado. Sin embargo, surgió la versión de que su apoderado le desaconsejaba que corriera. ESPN.com averiguó luego que el expiloto de Toro Rosso en Fórmula Uno no tiene manager. Vergne se sentó sobre su auto como blandiendo título de propiedad, pero no salió a pista. Así empezó a apagarse la posibilidad de que López corriera en Buenos Aires. Sometido luego a una revisión, el delegado médico de la Federación Internacional del Automóvil constató que Vergne estaba en condiciones de correr. Mientras cerca de López continuaban agitando la posibilidad de forzar su participación, el propio bicampeón de WTCC calmó sabiamente a los suyos: no quería salir a pista sin haber dado siquiera una vuelta de entrenamientos, cuando el sistema de clasificación de Fórmula E prevé sólo seis minutos para conseguir una vuelta rápida. Por otra parte, la salud de Vergne ya no era motivo reglamentario para que el equipo solicitara el cambio.

El inglés Sam Bird, el otro piloto de DS Virgin Racing, aprovechó su tiempo, logró la pole position y triunfó en las calles de Buenos Aires a pesar de la extraordinaria remontada de Sébastien Buemi. El suizo puntero del campeonato largó desde el último cajón y llegó segundo. Y Pechito, que prepara su tercera temporada en WTCC, última de Citroën en la categoría, hizo comentarios por televisión. Quizá en 2017 esté en la grilla por derecho propio, sin pedir ropa ni permiso. Que para soñar le sobran méritos.