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Suicidio futbolístico...

Eso hacen algunos futbolistas mexicanos con su carrera. Carlos Vela es un buen ejemplo. Ángel Reyna, lo supera. Desperdiciar las bondades que la naturaleza les ha provisto y desechar las oportunidades que la vida y el destino les han dado. Ser un futbolista debe ser uno de los grandes privilegios de la vida si te gusta el futbol. Y ellos... ¿Qué hacen? Lo tiran todo a la basura. Pierden concentración, se dedican a “la fiesta” y arruinan trayectorias que parecían destinadas para niveles supremos. Así como están los casos de Vela, de Reyna o de Giovani, por fortuna, también subsisten los de Ochoa, Layún, Guardado y “Chicharito”, ejemplos donde la mente es más poderosa que sus propias aptitudes futbolísticas y les permite sostenerse en un nivel más desarrollado de su actividad.

LOS ANGELES, CA -- A veces no sé qué tienen o qué no tienen algunos futbolistas mexicanos en la cabeza... Lo que me queda claro es que hacen todo por traicionarse a sí mismos.

Y los ejemplos sobran: cuando no es Carlos Vela, aparece “El Gullit “ Peña. Luego Giovani, más tarde Marco Fabián de la Mora y finalmente Ángel Reyna. El tema disciplinario es un tema fundamental en la carrera de un atleta de alto rendimiento en esta época. Un futbolista sin disciplina, sin entrega y sin respeto absoluto por su profesión es casi un “cero a la izquierda”, no figura, no compite, no existe.

Los futbolistas mexicanos, algunos de ellos, tienen que valorar, atesorar y cuidar su carrera. Tienen que entender que el destino les ha proveído de facultades maravillosas y excepcionales, pero que ellos, al mismo tiempo, tienen la obligación de pulir y de proteger. Se fueron ya los lejanos días donde un futbolista podía llegar a jugar tras una larga noche de copas y de fiesta y aun así rendir sobre la cacha de juego. Hoy, los tiempos, los ritmos, los físicos han cambiado. Cuidar de tu sueño, de tu descanso, de tu alimentación es fundamental para tener éxito.

Lo de Carlos Vela ha llegado a un límite lamentable. Un desperdicio de sus grandes facultades. Ahora ya sabemos porque Vela no desarrolló más allá sus grandes facultades sobre la cancha. Ya sabemos porque de un nivel de “Grandes Ligas” como proponía en su momento el Arsenal y su carrera, terminó jugando en un equipo media de tabla hacia abajo en España. Aun así, protegido por sus facultades, el futbol, la vida y el destino siguieron dándole oportunidades que él se encarga de rechazar y de pisotear cada vez que puede.

Ángel Reyna es otro ejemplo. Un futbolista diferente en México, con capacidades extraordinarias en el campo de juego, pero siempre rodeado de un entorno conflictivo y afectado por sus constantes distracciones. Tenía una gran oportunidad de trascender en Chivas en un momento delicado en la historia del club. ¿Qué hizo? Nada. Se fue perdiendo en la mediocridad de sus actuaciones y dedicándose a otro tipo de cosas que nada tienen que ver con su rendimiento futbolístico. Una verdadera pena. Otro desperdicio de la naturaleza futbolística mexicana.

Por fortuna, no es una generalidad del jugador mexicano. Hay otros ejemplos como “Chicharito”, Layún, Guardado que son profesionales ejemplares y que triunfan en el máximo nivel futbolístico. Otros más, lamentablemente, están desperdiciando, tirando a la basura el gran talento con el que han nacido. Una pena.

Hoy me queda claro que uno de los grandes dificultades del futbol y del futbolista mexicano está en la disciplina, en la mentalidad, en la manera en la cual afrontas los inconvenientes y los conviertes en retos, los superas, con sacrificio, con entrega total, concentración y hambre. Algunos futbolistas mexicanos son endebles desde esa zona de su cuerpo. Y se terminan como terminan las historia de Reyna o de Vela, traicionándose a sí mismos.

@Faitelson_ESPN