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¡Cállense porque vamos a salir!

MÉXICO -- Sin duda ésta es una frase que sintetiza, que expresa mucho de lo que soy particularmente por el contexto actual, cerca de iniciar los Juegos Olímpicos, y por el reciente abanderamiento de la delegación mexicana que va a Beijing.

Le deseo suerte a Paola Espinosa, portadora del lábaro patrio, por el orgullo y experiencia que ello representa. Tengo la esperanza de que van a ser unos juegos fenomenales para ella por la clase y trayectoria que tiene en las competencias de clavados a nivel internacional.

No es fácil recibir la bandera de México, es una responsabilidad, particularmente por los metales que se esperan de la gente elegida para portar el lábaro. Ni modo, así es el deporte mexicano. En verdad deseo que Paola concluya su sueño olímpico y deportivo con una gran participación.

Pero el evento me recuerda cuando fui portadora de la bandera. Muchos dicen y piensan que me cargaron presión, o que es una presión extra ser parte de la escolta en la delegación olímpica.

En lo particular, nunca me casé con esa idea; nunca acepté esa presión extra; siempre tuve claro la representación de un estandarte en el ámbito deportivo, tenía exactamente dimensionada la representación de la mujer también y el más simple ejemplo de todo ello es el "¡Cállense porque vamos a salir!" que pretendí impulsar a mis compañeros, y que se convirtió en algo famoso.

Pero también en ese momento, cuando tienes alguna presión que parece extra deportiva, recordé que lo más importante es hacer lo que sabes, y para lo que fuiste: en mi caso correr.

Creo que hoy debe ser igual. Paola Espinosa recibió la bandera, pero es importante que se mentalice para ejecutar lo que la tiene en el éxito: los clavados.

Del resto, sin duda habrá que desearle suerte a toda la delegación mexicana que viaja a Beijing, y que hagan lo que mejor saben hacer.

Les mando un saludo
¡Ana!