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Los Rays son mejores de lo que se pensaba

BOSTON -- Joe Maddon nunca se quejó por estar en la jungla con el dinero de Nueva York y Boston, o con la consistente fortaleza de Toronto. "Lo acogí sin problemas," dijo, "porque nos ha forzado a lidiar con la realidad, nos ha forzado a jugar duro, nos ha forzado a tomar decisiones difíciles, nos ha forzado a crecer rápido."

Así que cuando Matt Garza dominó a los Medias Rojas el lunes en la noche en el Fenway y los Rays conectaron cuatro cuadrangulares para tomar ventaja de 2-1 en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, llegaron al punto donde la novedad ya se acabó, donde ya no eran los Malos Rays. "Sabemos lo que tenemos que hacer y solo hacerlo," dijo bien consciente Evan Longoria.

Porque el hecho de que estén al frente ante los actuales campeones mundiales no es una suerte de lotería. OK, los Rays ganaron tres juegos menos que los Angelinos, pero L.A. jugó 57 partidos contra equipos del Oeste de la Liga Americana que tuvieron récord combinado de 55 partidos por debajo de los .500 y superado en carreraje por 250 carreras. Tampa Bay ganó más partidos en su división que cualquier otro equipo en el béisbol, y tuvo marca de 28-26 contra los Medias Rojas, Yankees y Azulejos, quienes tuvieron marca combinada de 54 juegos por encima de los .500. Este equipo, que no había ganado una serie en el Fenway Park en el siglo 21, no solo llegó al Fenway en la primera semana de septiembre en contienda por el cetro del Este LA y ganaron dos de tres partidos, sino que vencieron a los Medias Rojas en dos de tres juegos la semana siguiente en Tampa Bay para ganar su serie regular y terminar primeros.

Así que por un momento, pongan a un lado al humillante payaso que aparece en la pantalla del Tropicana Field enseñándole a la gente como usar sus cencerros, o el absurdo mensaje de "Griten por su equipo". Esto es todo nuevo. Miren lejos de la triste realidad que rodea a los Medias Rojas -- Josh Beckett teniendo dos fallos en sus rectas en esta postemporada, Jon Lester golpeando la pared el lunes luego de 67 entradas en su carrera, los problemas ofensivos de David Ortiz, Jacoby Ellsbury y Jason Varitek.

Los Rays de Tampa Bay Rays fueron el mejor equipo en la Liga Americana, y cuidado si no de todas las Grandes Ligas, en la temporada regular. En Longoria, B.J. Upton, Carl Crawford y Carlos Peña, ellos tuvieron muy buenos jugadores jóvenes a punto de explotar. Ellos tienen la mejor defensiva del béisbol. Superaron en jonrones a los Medias Rojas, a pesar de las lesiones de Peña, Longoria y Crawford. La efectividad de sus abridores fue la segunda mejor detrás de los Azulejos, la efectividad de sus relevistas estuvo detrás de la de Toronto y Oakland; su porcentaje de salvamentos fue mejor que el de los Medias Rojas; y en la postemporada, la efectividad de su bullpen es de 1.57 y han podido aguantar a los oponentes a irse de 18-2 con corredores en posición de anotar.

"Creemos que tenemos un muy buen equipo," dijo Peña. "Mejor de lo que alguna gente piensa." Bueno, una vez los Medias Rojas los dejaron escapar de sus manos en el Juego 2 y la velocidad de Lester bajó unas cinco millas por hora en la segunda entrada del lunes, hasta el más fiel de los fanáticos de Nueva Inglaterra comenzó a pensar en ello.

"[Los Medias Rojas] son muy buenos," dijo Longoria. "Ellos son los campeones mundiales. Ellos se han recuperado en muchas series en el pasado [como el 0-3 ante los Yankees y el 1-3 ante los Indios en sus últimas dos Series de Campeonato de la Liga Americana]. Pero no creo que haya un sentido de pánico en nosotros. Sabemos que pertenecemos aquí."

"Creo que aquí es donde la división nos ayuda," dijo Maddon. "Tenemos que jugar partidos duros y drenantes toda la temporada. Tenemos que jugar en estadios llenos de tensión como el Fenway y el Yankee Stadium, y toda la temporada tenemos que jugar contra esos equipos para lograr esta oportunidad. Jugar contra esos tipos, jugar en esos parques fuerza a los jugadores jóvenes a crecer más rápido."

Así que aunque los Rays no han experimentado estar abajo en una serie como el 0-3 ante los Yankees en 2004 o el 1-3 ante los Indios en octubre pasado, ellos han experimentado el jugar en sitios como el Fenway Park y el Yankee Stadium. Y luego de vencer a Lester el lunes en la noche, ellos han ganado tres juegos consecutivos en Fenway, dos a finales de septiembre por el título divisional, y uno en la Serie de Campeonato. Ellos perdieron el primer juego de esta serie y tenían que enfrentarse a Beckett y Lester...

Y se fueron arriba 2-1.

¿Están completos los Medias Rojas? No. La muñeca de Ortiz limita severamente su poder, y sus mejores batazos vienen con lanzamientos rompientes. El JMV de la Serie Mundial del año pasado, Mike Lowell, está fuera. La espalda de J.D. Drew no está bien. Beckett insiste en que está bien porque no le gusta poner excusas para nada, pero aunque las inyecciones que le han puesto hayan aminorado el dolor, él se encuentra en las etapas tempranas del entrenamiento primaveral, buscando poder y control, y 18 hits, 12 carreras, cinco jonroners y dos rectas fallidas en dos aperturas no son números normales para Josh Beckett.

Pero el dedo de Crawford no está bien. Upton necesita una operación en la temporada baja en su hombro izquierdo. Nadie dice nada sobre Scott Kazmir, pero está lanzando a 88 mph sin lanzamientos rompientes. Troy Percival tuvo que ser dejado fuera del roster.

"Queda mucho camino por recorrer," dijo Garza, quien lanzó entre 94-96 mph el lunes en la noche por seis entradas y aparenta estar a punto de convertirse en un lanzador élite de poder. "Sabemos eso. Ellos son muy fuertes."

Lo próximo es Tim Wakefield, quien dejará su alma en el terreno. Y entonces vendrá Daisuke Matsuzaka, quien lució como la reencarnación de Greg Maddux cuando impuso su recta de dos costuras en el Juego 1. Y luego vendrán de nuevo Beckett y Lester.

Y también vendrán de nuevo los cencerros, los Mohawks y el tipo gritón en el pizarrón en Tampa Bay, lo que distrae del hecho de que los Rays podrían estar en posición de ganar el título de la Liga Americana. Estos no son los Reales de 1985 o los Mellizos de 1987; estos son los tipos que crecieron en las duras calles del Este de la Liga Americana y que durante los seis meses de la temporada regular fueron el mejor equipo de la Liga Americana.