Cuando compré mis pasajes y reservé hotel en Miami tenía la ficha clara. Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana ofrecerían lo mejor del Clásico Mundial 2.0 al terminar el Grupo C y el D en la primera ronda.
Ese cuadrangular no me lo podía perder, mucho menos si podía escapar del frío norteño cobijado por una semana en las costas de Florida.
Allí podría entrevistar lo mismo a Derek Jeter, que a Miguel Cabrera, a Carlos Delgado o a Hanley Ramírez. Sí, es cierto. Faltaron muchas estrellas. Pero todavía quedaría material de sobra entre Roy Oswalt, Francisco Rodríguez, Carlos Beltrán y José Reyes para tan poco tiempo de cobertura.
Y llegó Holanda -- con una parada técnica obligatoria en Curazao -- y le hizo sombra al gran Goliat del béisbol llamado República Dominicana.
Ubaldo Jiménez estuvo impecable. Los bates dormidos despertaron tarde. La mesa estaba servida al comenzar la parte baja de la undécima. Se habló de las complicadas reglas para la decimotercera. Y que éstas harían del béisbol una parodia pésima.
Ganó Holanda. Por segunda vez. Holanda.
Cambió mi viaje. Y los viajes de mis amigos dominicanos, y de los que no son dominicanos, con pasajes, reservaciones y boletos en mano para ir también a Miami -- a ver a Holanda. ¿Te interesan?
Tendré que optar entonces por tratar de conseguir a Jimmy Rollins, Bobby Abreu, Geovany Soto o Robbie Cordemans.
¿Será Cordemans de Curazao? Muchos jugadores curazoleños saben hablar español. Tal vez hasta puedo hacer un podcast muy popular con Gene Kingsale. ¿Qué crees?
¿Entrevista con Burt Blyleven? Tomar una cerveza con Sidney Ponson podría ser arriesgado y digno de relatar. ¿Y dónde está Andruw Jones? ¿Tampoco vino al Clásico esa estrella del venerado béisbol holandés?
Ganó Holanda. Holanda.
Ahora tengo que comenzar a estudiar sobre la gran tradición de la pelota holandesa para preparar mis preguntas.
"El cricket comenzó en 1598
Big Papi, where are you?
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