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Continúa el goteo

Faltando horas para que se cierren los cambios en las Grandes Ligas, ¿por qué no hablar de las necesidades de los equipos, de cuán urgente es un abridor para los Dodgers, los Cerveceros y los Angelinos o un cerrador para los Marlins o un bateador para Tigres y Texas, incluso de la necesidad de un relevista para los Cachorros o Rockies? ¿O por qué no aplaudir el hecho de que los Mets han dejado de perder?

BIG PAPI y MANNY EN LA LISTA DE LOS 104

Según reportes de prensa, David Ortiz y Manny Ramírez están en la lista de los positivos a dopaje de Grandes Ligas del 2003.



En este instante no se puede hablar de nada porque sencillamente acaban de filtrarse dos nombres más de aquella famosa y enfermiza lista de jugadores que en 2003 dieron positivo a dopaje. Y personalmente ya me está aburriendo el desgaste de líneas en este tema, que es lo más parecido a llover sobre mojado.

Si cada vez que se revela un nombre tenemos que escribir lo que pensamos de los atletas que consumen esteroides nos volveríamos fastidiosos y reiterativos. Ya está claro que la mentira y el engaño son rechazados por media humanidad, que pocos estamos de acuerdo con el uso de sustancias que mejoren el rendimiento, o de la entrada de jugadores que hicieron trampa en Cooperstown.

Ustedes y nosotros lo hemos dejado claro desde que empezó este circo. En febrero fue Alex Rodríguez, en mayo Manny, en junio Sosa, ahora resulta que "Sr. Agosto" será Big Papi. ¿Quién será en septiembre, octubre y noviembre de 2020?

El motivo entonces por el cual quiero dedicarle no más de 30 líneas al artículo que reveló el New York Times, respecto a que David Ortiz y Manny Ramírez son dos de los 104 nombres, es porque me molesta que la lista se esté convirtiendo en "ratings", tiraje, titulares, notas de prensa y en espacios en televisión tan repetitivos como un disco rayado, en vez de transformarse en una seria reflexión sobre la necesidad de buscar una solución. ¿O es que no se han dado cuenta del mal que esto le hace al deporte? Dos nombres por mes, no es justo; o la revelan completa para poder darle la vuelta a la página o la incineran. Y de paso, podrían hasta quemar la que lleva dos meses rodando en Internet y a la que cualquier mortal tiene acceso con tan sólo navegar durante una tarde cualquiera.

El que Manny Ramírez esté en esa lista no nos sorprende, tras venir de una suspensión de 50 días por consumir sustancias prohibidas, no en 2003, sino en los entrenamientos primaverales de 2009. Confirmaríamos entonces una joven sospecha.

Sin embargo, el nombre que sí pesa es el de David Ortiz, un ícono para el béisbol que por mucho tiempo ha defendido su inocencia con respecto a su legado, un embajador de este deporte que en el pasado mes de marzo le dijo a los reporteros que todos aquellos que utilizaron esteroides debían ser castigados con todo el año de suspensión. Un ídolo en Boston, una gran persona, otro grande manchado que de confirmarse esta noticia caería al pozo salpicando sus números, su imagen y hasta los títulos que junto a Manny ayudó a conseguir en 2004 y 2007 para los Medias Rojas.

Como no es nuestro papel juzgar lo que ellos hicieron en una época que los invitaba descaradamente a mentir, prefiero por ahora resaltar que me llama mucho la atención el por qué no revelaron en solitario el nombre de Manny.

Pareciera que simplemente necesitaban otro apellido que doliese más, y si es latino mejor. Esa es la sensación que en estos momentos tengo. También me atrevería a asegurar que cuando pase esta tormenta habrá calma y que David Ortiz manejará la situación mejor que Sammy Sosa. Sé que la gente no dejará de ir a los estadios y que los "bobbleheads" de Manny y Big Papi seguirán vendiéndose como pan caliente -- porque los fans tenemos memoria corta y porque no hay nada que no se pueda hacer en el terreno para reivindicarse.

Y en medio de un tomentoso tema recurrente es imposible tener la cabeza en otro lado, pero vamos a hacer un esfuerzo y concentrarnos en lo que en un principio había planificado sería mi blog de esta semana para Juego Cruzado: "El segundo gran nombre cambiado".

Los Blue Jays pusieron un precio muy alto por Roy Halladay, por lo cual Rubén Amaro Jr. sacó de la manga un plan B maestro, y si bien no consiguió al que muchos consideran el mejor lanzador de la Liga Americana, sí trajo al actual ganador del premio Cy Young del Joven Circuito.

Cliff Lee dejó atrás sus titubeos en las primeras salidas y si su marca no es mejor (7-9) se lo debe a la falta de apoyo ofensivo. El nuevo zurdo de los Filis viene de ganar sus últimas tres aperturas con el uniforme de Cleveland y en espera de mejor apoyo buscará convertirse en lo que fue C.C. Sabathia durante el 2008 para los Cerveceros de Milwaukee.

Mientras tanto, en las Ligas Menores, Pedro Martínez afina su brazo para regresar al mejor béisbol del mundo y demostrar que tiene más que experiencia para dar a los actuales campeones. Si consideramos además que tanto Joe Blanton, como Cole Hamels y Jamie Moyer lo han hecho muy bien en el pasado reciente, podríamos pensar que el equipo encontró lo necesario para pelear nuevamente con los Dodgers el banderín de la Liga Nacional.

¿Quiénes dejarán el paso a Lee y Martínez? J.A. Happ y Rodrigo López lo han hecho muy bien en la lomita. Sin embargo, la inexperiencia del primero y la condición de abridor de emergencia del segundo podrían obrar en contra de sus posibilidades. Happ inició desde el bullpen y bien podría regresar a ese rol, mientras el mexicano podría hacerlo como relevista largo o quizás se encuentre en camino de vuelta a Lehigh Valley. O hasta pueden tomarle la palabra a Pedro Martínez, quien dijo ayudaría al equipo en lo que fuese necesario. ¿Se imaginan al tres veces Cy Young haciendo un ajuste inédito para poder encajar en un departamento que pide auxilio a gritos?

Otra buena noticia que recibieron fue la postura de Brett Myers, quien prefiere volver este año como relevista, antes de esperar hasta 2010 para hacerlo como abridor. Con tanta disposición por ganar, ¿quién se atreve a descartar a los Filis? Pocos, seguramente.