MÉXICO -- La triste noticia que ocupó este lunes a la mayoría de los protagonistas del fútbol en Venezuela, fue el deceso del jugador de Yaracuyanos FC, Jarvi Mejía, quien recibió dos impactos de bala el pasado viernes mientras le despojaban de sus pertenencias. Este colombiano de nacimiento que había adoptado a Venezuela como su patria futbolística vio el final de existencia a manos del hampa que por estos días controla impunemente las calles del país.

Venezuela es hoy día una nación dividida por la política, con dos bandos muy marcados que únicamente tienen en común su vulnerabilidad ante el crimen. Algunos de los principales actores políticos del país han utilizado la profunda brecha entre clases sociales como bandera de su liderazgo, pero muy pocos se han ocupado de erradicar el único problema que afecta por igual a todas las clases y sectores de la nación.

No es la primera vez que la violencia y el crimen impactan al deporte en Venezuela. Basta recordar el secuestro del receptor de los Tigres de Aragua, Wilson Ramos, el del hijo de Yorvit Torrealba o el asesinato del beisbolista Gustavo Polidor, por nombrar solo algunos. A veces los atletas profesionales pueden parecer unos privilegiados, un sector de la sociedad que no se ve afectado por los mismos inconvenientes que sortea día a día el ciudadano común, pero cuando se trata de la exposición al crimen, ni ricos ni pobres, ni analfabetas ni académicos, ni oficialistas ni opositores están exentos en Venezuela.

La muerte de Jarvi Mejía es una pérdida para el fútbol venezolano y no dejó indiferentes a sus colegas. Los que como Jarvi hacen su vida en el balompié nacional pero también aquellos que tuvieron la oportunidad de emigrar a otras ligas, se han hecho eco de la necesidad de erradicar la violencia de la sociedad venezolana.

Tomás Rincón, Gabriel Cichero, Ricardo David Páez, Rafael Romo fueron algunos de los jugadores profesionales que manifestaron hoy en las redes sociales su consternación por la muerte de Mejía, como lo hicieron los principales clubes del país, la asociación de jugadores profesionales y la propia FVF.

El fallecimiento de Jarvi Mejía no duele más que el de cualquier ciudadano en Venezuela, solo trasciende de manera diferente por tratarse de una figura pública. El fútbol se lamenta, igual que todo el país.

MÉXICO -- Para aquellos que disfrutamos del deporte es casi una afición paralela comparar talentos y legados históricos de los ídolos que hemos visto pasar por una cancha. Dicen que las comparaciones son odiosas pero en este ámbito más que odiosas son infructuosas, porque difícilmente habrá unanimidad de criterios cuando se habla del mejor futbolista de la historia.

¿Quién debe ser? ¿El que meta más goles?¿El que gane más títulos?. No hay un método único ni científico para determinar algo tan subjetivo, pero igualmente los aficionados seguiremos intentándolo.

Desde un punto de vista muy personal, Messi es el futbolista con la mejor combinación de inteligencia, eficacia y espectacularidad que haya visto en un campo de juego y aún no sabemos si ha alcanzado la cima de su rendimiento. Para cada quien, el mejor será aquel que le haya hecho enamorarse más de este deporte, que le haya sorprendido cuando parecía ya no haber espacio para la sorpresa, en fin, que le haya emocionado. Eso ha hecho Messi por mí.

En el tema de las comparaciones es fundamental tomar en cuenta las diferencias generacionales, no solo entre los sujetos comparados sino entre aquellos que intentamos poner en una balanza sus virtudes y defectos. Yo por ejemplo vi a Pelé en videos y leí las historias de cómo paralizaba estadios y ciudades enteras con solo caminar. A Maradona lo vi en pleno hacer cosas maravillosas con una Argentina escasa de talento y retar el orden natural del fútbol italiano con una escuadra del sur que, antes de él, sólo soñaba el prestigio y los títulos de sus vecinos del norte.

La diferencia es que Messi llegó cuando mi capacidad de impresionarme era casi nula, cuando creía que todo estaba inventado y que no habría más Pelés, Cruyffs o Maradonas porque el fútbol se había vuelto muy físico y extremadamente defensivo. Que Gerd Müller anotó sus 85 goles en 1972 en menos partidos que Messi es cierto, pero también es verdad que con el paso del tiempo el gol se ha vuelto un objetivo más difícil en el fútbol profesional y solo basta comparar los promedios de anotación de los torneos importantes a través de las últimas décadas.

Cierto, Messi no ha ganado un mundial, pero levantar una Copa del Mundo depende de tantos factores que sería injusto atar el legado de un fenómeno único a un torneo que se decide en siete partidos. ¿O acaso diremos que el mejor goleador de la historia es Oleg Salenko porque nadie ha anotado cinco goles en un partido del mundial como lo hizo el ruso en el 94?. No lo creo.

MÉXICO -- Varios medios españoles aseguran desde el lunes que José Mourinho dejará de ser el entrenador del Real Madrid al término de la presente temporada. Hasta que exista una declaración oficial de alguna de las partes esto no dejará de ser especulación pero de que hay fricción en las entrañas del club blanco, de eso no hay duda.

Pero, ¿qué pasó?, ¿en qué momento la luna de miel con uno de los técnicos más exitosos del fútbol internacional se convirtió en preludio de divorcio? Las respuestas pueden ser muchas pero la raíz del problema nació el mismo día en que los blancos decidieron contratar al portugués.

Sin menospreciar el aporte estratégico que debe entregar un entrenador de fútbol, en este deporte, a diferencia de otros como el béisbol, el baloncesto o el football americano, el impacto del técnico es mucho menor al que a veces le damos en los medios. Siempre he creído que la principal labor del entrenador, aunque no la única, debe ser lograr la cohesión del grupo para afrontar, en el caso de los clubes, temporadas muy largas. Mourinho lo supo hacer en equipos de mediana historia como el Inter o de notable presente como el Chelsea pero nunca había dirigido un club del pedigrí futbolístico y el impacto social que detenta el Real Madrid.

En equipos donde la sequía de títulos es extrema o el ansia por ingresar a una élite manda, Mourinho es el indicado porque su capacidad de lograr resultados a corto plazo donde otros técnicos han fallado es indiscutible. Pero en un club que vive en la grandeza y se ufana de ser una institución que trasciende lo deportivo como el Real Madrid, la situación cambia. Y el primero en olvidar eso fue Florentino Pérez, quien contrató al portugués.

Mou exige plenos poderes y cero cuestionamientos, se está con él o se está en su contra. El Madrid, no es la primera vez que lo escribo, no puede tener jugadores que se sientan más grandes que el propio club, mucho menos entrenadores. Cuando Mourinho salió el sábado al campo del Bernabéu cuarenta minutos antes del partido ante el Atlético a retar a la afición blanca a que le pitara, dio una muestra más de que su soberbia supera con frecuencia sus capacidades técnicas.

En España la prensa es mucho más inquisitoria que en Portugal, Italia o Inglaterra y se sabe que ciertos diarios tienen lazos estrechos con algunos clubes. Mou se peleó con todos desde que llegó a Madrid, incluidos varios de sus futbolistas referentes. En el fútbol son pocos los que sobreviven en constante estado de conflicto.

MÉXICO -- Lo que sorprendió fue el momento, pero que Mano Menezes no sería el entrenador del pentacampeón Brasil en su propio mundial era un secreto a voces. La confianza en el trabajo del extécnico de Gremio y Corinthians entre otros, se redujo sustancialmente después de la derrota frente a México por el oro olímpico, el gran pendiente del laureado fútbol brasileño.

Muchos pensamos que aquella humillante caída ante México marcaría de inmediato la salida de Menezes pero la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) le ratificó en el cargo para, tres meses después, echarlo tras ganar una serie amistosa frente a Argentina. El mundial de 2014 será el evento más importante para el fútbol de Brasil desde el título que conquistó en 1970 y la CBF no quiere llegar al evento con dudas sobre el líder del proyecto.

Menezes no fue siquiera la primera opción cuando tomó las riendas de Brasil. Entonces el favorito de la CBF era Muricy Ramalho, DT del Fluminense, quien incluso fue nombrado técnico del scratch, pero su club no le liberó del contrato y horas después el propio Muricy declinó "voluntariamente" la invitación.

Ramalho suena de nuevo como candidato pero apenas se anunció la destitución de Menezes, el principal rumor apuntó al agente libre por excelencia de los banquillos, Josep Guardiola. El nombre del catalán figura cada vez que despiden a un técnico de algún equipo relevante o están por hacerlo (Chelsea, City, Milan), pero en este caso parece improbable el matrimonio.

El presidente de la CBF, José Marín, calmó las aguas esta semana cuando dijo "veo difícil que el próximo entrenador de Brasil sea extranjero". Con todo el prestigio que haya ganado Pep en su dominante Barcelona, sería sorprendente que Brasil rompa su tradición de técnicos locales justo para su propio mundial. Tampoco es un hecho que a Guardiola le motivara en exceso el reto. El catalán parece más un hombre de club, donde tiene a disposición casi todo el año a sus futbolistas para inculcarles no solo un estilo de juego sino una identidad fuera de la cancha.

Entonces la opción está en Brasil: Ramalho, Tite (DT de Corinthians) o Scolari. Pero es Felipao quien gana enteros para regresar al banquillo verdeamarelho. Para empezar fue el último técnico capaz de hacer a Brasil campeón del mundo y lo hizo con un equipo que, quitando a Ronaldo, Dinho y Rivaldo, estaba lejos de ser espectacular. Además Scolari está libre tras su despido de Palmeiras, detalle nada menor si se considera la historia reciente. ¿Y el jogo bonito? Pesa más el triste recuerdo del Maracanazo y solo el sexto título podrá enjuagar un poco aquel amargo sabor de boca.

KANSAS CITY -- La noche histórica de Miguel Cabrera no tuvo el final de película de Hollywod que muchos esperaban pero el tamaño de su hazaña es todavía difícil de medir.

En el año en que volvió a reinar el picheo, el antesalista venezolano se diferenció del resto de los bateadores con una consistencia pocas veces vista y dejó registros personales en jonrones con 44 y remolcadas con 139.

Cabrera no bateó por debajo de .300 ni dejó de pegar cuadrangular en ningún mes de la temporada, y en julio y agosto, cuando su equipo le necesitó para remontar y ganarle la división a Chicago, el de Maracay bateó por encima de .400.

Después de dos turnos este miércoles en el Kauffman Stadium de Kansas City, su manager Jim Leyland decidió que era suficiente. Sustituyó a Cabrera con Ramón Santiago en la tarcera y la afición rival le brindó una sentida ovación al venezolano que devolvió el gesto con su gorra en alto. Mike Trout se fue de 3-2 en su juego final y no alcanzó a Cabrera, pero el que dio el susto fue Curtís Granderson quien pegó dos jonrones en el triunfo de los Yankees y con 43 se puso a uno de Cabrera. Granderson salió sustituido en la séptima y así se oficializó la triple corona.

Hay una razón por la que tuvieron que pasar 45 años hasta que alguien volviera a dominar las tres categorías ofensivas más representativas en una liga. Resulta muy complicado ser un toletero consistente cuando se hace swing grande para producir carreras. Ahí reside el mérito de Cabrera que siempre fue la luz encendida en la temporada de los Tigers.

Su camino hacia el premio por el Más Valioso debió quedar pavimentado con la clasificación de los Tigers a Playoffs, pero es ese el presente que debe importarle más a Cabrera desde hoy. Repetir con Detroit ese anillo de Serie Mundial que consiguió hace una década y siendo apenas un adolescente con los Marlins de Florida... eso sí... anillo o no... MVP o no... Su legado como uno de los mejores bateadores del béisbol está servido y sólo puede hacerse más grande con el tiempo.

Lukas Podolski
GettyAlemania fue el equipo más sólido de la Euro

Después de semana y media de Eurocopa el nivel de fútbol mostrado por la mayoría de los equipos no ha hecho justicia a la premisa de que la Euro es el torneo estelar del balompié incluso por encima del Mundial, porque no hay rivales pequeños o representantes de confederaciones históricamente débiles.

Tres selecciones llegaron al torneo con la etiqueta de grandes favoritas para quedarse con el título: la actual campeona, España; la subcampeona, Alemania y la finalista del pasado mundial, Holanda. Por supuesto que Holanda es la gran decepción luego de quedar eliminada en la ronda inicial, más allá de haber jugado en el grupo más complicado.

El favoritismo de la Naranja tenía como base no sólo el subcampeonato en Sudáfrica, sino también su dominio en la fase clasificatoria en la que sólo perdió un partido de visita ante Suecia. Por eso es tan sorprendente que Holanda se haya ido por la puerta de atrás, con tres derrotas seguidas y ni siquiera con el consuelo de haber visto brillar individualmente a alguno de sus fantásticos jugadores.

España es diferente. Pocos equipos en la historia del fútbol han sido capaces de llegar a un torneo grande como el máximo favorito y regresar a casa con el trofeo. La Roja lo hizo en Sudáfrica pero repetir la hazaña es complicado sobretodo porque en los últimos años los rivales le han visto jugar demasiados partidos y parecen acercarse a la fórmula para neutralizar su juego de circuitos.

Después de tres encuentros España no ha cumplido con las expectativas. Italia le sorprendió con un juego ofensivo y solo una genialidad de Silva y Cesc evitó la derrota, Irlanda no fue rival y Croacia tuvo todo a su favor para mandarla a casa, salvo el árbitro.

Sólo Alemania fue contundente e implacable en la fase de grupos.

Los germanos tienen la selección más joven de todo el torneo pero eso no quiere decir que les falte experiencia. Seis de los titulares de la final de la Euro 2008 frente a España siguen en el equipo y el once titular actual es casi idéntico al que cayó eliminado en semis del Mundial pasado también ante España. Alemania ganó sus tres partidos y si no pierde la concentración en cuartos debería superar a Grecia.

Italia me ha sorprendido positivamente y viene de menos a más. Así ha ganado siempre sus títulos. En cuartos la Azurra se medirá a Inglaterra que solo brilló a ratos ante Suecia. Francia dejó muchas dudas en el cierre de grupo y no parece rival para España, y Portugal es candidato si Cristiano mantiene su inspiración.

El jueves comienza una nueva Euro y todo lo que pasó en la primera ronda sirve sólo como referencia. Ojalá que esta fase de partidos decisivos no se vea manchada por errores arbitrales como los que perjudicaron a Croacia o Ucrania. Esta Euro deja una prueba más de que el fútbol necesita urgentemente la inclusión de la tecnología para ayudar a los árbitros a realizar con mayor precisión a su de por sí complicado trabajo.

La polémica que desató esta vez Oswaldo Guillén con sus palabras no es otra más para su colección personal. Y no porque no haya dicho cosas más sorprendentes o hasta ofensivas, sino porque esta vez eligió el momento y lugar equivocado.

Me parece que Guillén cometió un error con sus palabras a la revista Time y trataré de explicar por qué en las siguientes líneas, pero antes quiero dejar claro que no creo que Ozzie sea una mala persona. No tengo una relación personal con el manager de Miami, pero como periodista me tocó varias veces presenciar en Venezuela la labor de su fundación y atestiguar como él y su esposa Ibis han puesto empeño en buscar ayuda para los que más la necesitan.

La impresión que tengo es que a veces Guillén va más allá en su afán de ser directo y honesto y no se da cuenta de que sus declaraciones tienen una repercusión mayor que las de otras personas y que sus palabras pueden herir susceptibilidades.

Creo que Guillén se equivoca cuando hace público su amor por Fidel Castro, sobre todo porque él es el rostro de una organización privada, los Marlins, que en medio de su renovación ha buscado acercarse a la gran comunidad latina, principalmente cubana, que gusta del béisbol en Miami. Es esa comunidad la base del proyecto de los nuevos Marlins y es por ellos que el equipo invirtió millones de dólares para traer a Guillén y darle a la gente un manager latino exitoso con el que se pudieran identificar. Pero será muy difícil que esa gente que en muchos casos perdió a su familia o ni siquiera puede pisar de nuevo el que fue su país se identifique ahora con el nuevo manager de los Marlins. Todo lo contrario y más allá de la suspensión de cinco juegos que el equipo le aplicó a Guillén, creo que será una larga temporada y no estoy seguro de que la herida que abrió Ozzie pueda sanar alguna vez.

La otra razón por la que caen tan mal las declaraciones de Guillén es el contraste. Para quienes vivieron en un país donde la población común tiene que hacer largas filas para recibir alimentos básicos y donde los pescadores no son dueños del producto que pescan, puede resultar irritante escuchar a un manager de grandes ligas que vive fuera de Cuba y con todas las comodidades, expresar admiración por Fidel Castro.

No me entiendan mal. No creo que se deba satanizar a Oswaldo Guillén por tener una preferencia política diferente a la de sus vecinos en Miami (si es que la tiene porque en su conferencia de prensa no quedó muy claro), el asunto es que en sus palabras admitió admiración por un personaje que una buena parte de sus aficionados ve como un criminal. Eso aparentemente no va con la línea de pensamiento y de comportamiento de los Marlins que han decidido amonestarlo por no respetar los valores que la organización quiere profesar sean cuales fueren. En su época como manager de los Medias Blancas de Chicago, Guillén emitió unas declaraciones parecidas sobre Castro y el asunto no pasó a mayores. Es obvio que en la realidad en la que vivimos, las formas sí importan.

Toda esta polémica evoca inevitablemente el tema de la libertad de expresión y hay quienes apuntan que los Marlins se equivocan al castigar a Guillén simplemente por expresar su opinión. Creo que a veces interpretamos libertad de expresión como la facultad para decir lo que sea en cualquier lugar sin tener que afrontar consecuencia alguna.

Imaginen que alguien que trabaja en un hospital especializado en casos de violencia contra la mujer diga abiertamente que admira a Hassan II, antiguo rey de Marruecos, país cuyo código penal libera de cualquier castigo a un violador si éste decide casarse con su víctima. Quien profese admiración por el líder de ese régimen no está cometiendo crimen alguno pero al utilizar su derecho a la libertad de expresión también está hiriendo la sensibilidad de aquellos para quienes trabaja. No sonaría descabellado que a esa persona le exigieran renunciar o lo despidan por su falta de tacto.

No estoy insinuando que los Marlins deberían despedir a Oswaldo Guillén, solo intento poner en perspectiva el problema que representa para la organización el desliz mediático de su manager. No hubiera entendido que fuera MLB quien impusiera un castigo a Guillén, pero sí comprendo que los Marlins, con el objetivo claro de enviarle un mensaje a su afición, hayan suspendido al dirigente venezolano.

Luego de observar la rueda de prensa de Ozzie Guillén me doy cuenta de que está arrepentido pero me da la impresión de que su arrepentimiento tiene mucho que ver con la realidad que sabe que enfrentará cada vez que asome la cara en Marlins Park o que tenga que transitar por la ciudad donde reside. También le preocupa su trabajo y quien diga que tiene suficiente riqueza como para no necesitarlo, entonces no ha escuchado con atención al manager venezolano que cuando se despidió de Chicago dejó muy claro que se iba a Miami para ganar más dinero.

MADRID -- ¡Basta ya! ¡No más! Esas son algunas de las frases que yo hubiera proferido frente al televisor este miércoles si fuera aficionado del Real Madrid. No soy. Tampoco del Barcelona, aunque no puedo negar que en estos tiempos me genera mayor simpatía el fútbol y la filosofía que ponen en práctica los catalanes.

Tengo claro que La Liga cada día se inclina más hacia el Real Madrid y que la eliminatoria de Copa del Rey aún no está decidida, pero me parece increíble que un equipo con la plantilla del Madrid sufra tanto en cada duelo contra el Barcelona cuando juega en su propio estadio.

A lo mejor estoy equivocado, pero creo que lo de Mourinho en el Real Madrid va a terminar mal. Es tal la frustración que creó el reciente éxito culé en la cúpula madridista que la institución se aferra con fe ciega al portugués aunque hasta la fecha no haya probado siquiera estar cerca de dar con una fórmula para vencer al máximo rival. Nada de lo que haga Mourinho, mejor dicho, lo que no haga con este Madrid, le quitará el mérito de sus títulos con el Porto, el Chelsea o el Inter; pero aquel éxito no puede significar un crédito inagotable en el banquillo blanco.

No pretendo justificar el dominio del Barcelona sobre el Madrid solo en errores estratégicos del portugués. Sus jugadores tienen una buena cuota de responsabilidad y el nivel superlativo del rival también. Pero a Mou no lo contrataron para ganar la Copa ni La Liga sino para ganar la Champions (este año bien lo puede hacer) y sobre todo para vencer al Barça. No le gustó Valdano y eliminaron al argentino, le dieron carta blanca para fichajes como a pocos técnicos y ningún directivo del Madrid le cuestiona en público sus decisiones. fe ciega.

Este miércoles en el Bernabéu el Madrid repitió la historia del clásico de liga que perdió 1-3 en diciembre aunque con algunas variantes en el libreto. En aquel partido el once inicial prometía fútbol con Özil de enganche y Ronaldo y Di María por las bandas. Como el final de la película fue el mismo de siempre, el portugués volvió hoy a la fórmula que tanto le criticaron pero que le dio su único título en España. Pepe de medio y Carvalho, que venía sin ritmo de fútbol, en la central. El primero destacó de nuevo por su juego violento y el segundo estaba fundido a mitad de partido. Buen primer cuarto de hora, 75 minutos para el olvido. Mourinho se justificó en conferencia con una única frase: "No podemos permitir que nos marquen a balón parado" haciendo alusión al 1-1 que anotó Puyol de cabeza.

Pero lo más grave en la conferencia posterior del portugués fue su actitud con respecto al partido de vuelta. Con la clara intención de bajar expectativas Mourinho dijo primero que levantar la eliminatoria en el Camp Nou "sería difícil". Luego un periodista le preguntó si creía que la eliminatoria estaba aún abierta y dijo: "Abierta pero difícil. Difícil por no decir..." pausó unos segundos y luego concluyó: "muy difícil". Parecía que Mou estaba listo para decir "imposible" pero a lo mejor se acordó en esa pausa que a Bernd Schuster lo cepillaron del banquillo madridista justo después de decir que con el equipo que tenía entonces era "imposible ir a ganar al Camp Nou". A Schuster no le tuvieron fe ciega, tampoco a Capello que sí ganó La Liga y menos a Pellegrini. ¿Qué este Madrid de Mourinho juega espectacular cuando el rival no es el Barça?. Cierto, pero ¿se le puede pedir menos que eso con la plantilla que tiene?

No digo que José Mourinho sea un mal técnico pues sus resultados están ahí, pero creo que su etapa madridista le ha presentado un reto táctico que no ha sabido resolver quizás por exceso de confianza y una buena cuota de soberbia. Seguramente por falta de autocrítica.

MADRID -- Ninguno quiere tener la primera palabra. De hecho ambos prefieren tener la última. A dos días para el primer clásico de La Liga, ni José Mourinho, ni Josep Guardiola quieren hacer movimientos sobre su tablero que le den una pista al rival para adecuarse mejor sobre el terreno del Santiago Bernabéu el sábado.

Este jueves en Madrid las calles alejadas del centro estaban más tranquilas porque el día festivo que celebra la Inmaculada Concepción alejó de su trabajo a la mayoría. La tranquilidad también reinó en lo futbolístico. En la capital, el Madrid entrenó a puerta cerrada y no habló con los medios. En Barcelona, Guardiola fue más allá y dio día libre a toda la plantilla. Son muchas las especulaciones sobre los planteamientos que podrían utilizar ambos técnicos pero, si es el caso, se despejarán después de los entrenamientos de este viernes.

Sobre el final de esta jornada, el cuadro de Mourinho anunció que entrenará a las 11 de la mañana pero a puerta cerrada. Luego dará conferencia presumiblemente el técnico. Los catalanes se ejercitarán el mismo viernes pero en la tarde, para llegar al partido en Madrid el propio sábado.

De Mourinho se especula que piensa poblar el mediocampo. Sacrificar quizás a Ozil y acompañar a Xabi en la media con Lass y Kedhira. Marcelo ya entrenó a tope y completaría una defensa con Ramos y Pepe de centrales y la posible incursión de Coentrao en la lateral derecha por Arbeloa. Al ataque irían Cristiano, Di María y un 9. Benzema jugó menos que Higuaín ante el Ajax, lo que se interpreta por muchos como una pista de su titularidad para el sábado.

El dilema de Pep es más sencillo, pero a la vez, complicado. Si planta una defensa de cuatro podría iniciar Piqué junto a Mascherano, con Álves y Abidal de laterales. Puyol no parece estar en forma pero es un símbolo así que nunca se puede descartar. Con zaga de tres, Álves sería más un volante con regreso y en la media completarían los incuestionables: Xavi, Busquets e Iniesta. Messi atacaría por la derecha, Cesc es casi una fija para el centro y Villa y Alexis lucharían por el último puesto en el once.

Este viernes podría haber mayores pistas y quizás un poco más de picante. Mourinho ha estado extrañamente callado en vísperas de esta clásico pero con una sola conferencia de prensa lo puede cambiar todo. Desde Madrid les seguiremos contando.

MÉXICO -- Con gran expectativa esperaba el México vs Venezuela de este 12 de octubre en Ciudad Juárez. Una de las razones era la apuesta que había hecho con mi compañero Mauricio Pedroza en la que acordamos que el perdedor vestiría la camiseta de la selección contraria en el programa ESPN Radio Fórmula. Con el empate a dos goles resulta que ahora Mau tendrá que vestir la vinotinto y un servidor la verde.

El partido me dejó satisfecho, aunque me hubiera gustado ver a once contra once durante noventa minutos. La expulsión de Gabriel Cichero (justa, por cierto) me lo impidió y de paso cambió por completo el partido.

Venezuela salió con la intención de presionar arriba a México y de hecho lo logró. El Maestrico César González fue uno de los mejores de la cancha. Dos escapadas suyas crearon las faltas que Juan Arango convirtió en sendos golazos.

Y por favor no le echemos la culpa a Memo Ochoa. Quizás pudo hacer un poco más en el primer tanto, pero la violencia del disparo se lo impidió. El segundo es inapelable. Arango sigue siendo el más talentoso de esta selección, pero sus cuentas pendientes son: la consistencia y desaparecer en los partidos importantes.

El esquema de César Farías me gustó. Me agrada la idea de un conjunto ofensivo. Lástima que Luis Manuel Seijas, quizás el vinotinto en mejor nivel hoy día, tuvo que ser el sacrificado por la expulsión de Cichero desde el minuto 24. Chourio aporta desequilibrio, Moreno luchó como un titán contra el Maza y Dueñas, y Maestrico, insisto, fue de lo mejor. Mención especial para Dani Hernández quien otra vez me convenció de que debería ser el titular por encima de Renny Vega.

México, me parece, se metió en el partido sólo por rachas. En la primera parte fue superado por Venezuela incluso en la mayoría de los minutos en que tuvo un hombre más. El segundo tiempo fue otra historia. Los aztecas dominaron a Venezuela pero nunca estuvieron lo suficientemente concentrados para darle la vuelta al partido.

El empate fue un golazo de Giovani dos Santos. El del Tottenham muestra su mejor nivel desde que terminó el Mundial y su asociación con Pablo Barrera (el mejor de México para mi gusto) fue uno de los puntos rescatables para el Tri.

Viendo el segundo tiempo del partido de ayer reflexionaba sobre la oportunidad que perdió México en el Mundial al no alinear a Barrera de titular en una banda, a Guardado en la otra con Gio jugando al medio y a Javier Hernández como delantero centro.

No importa qué tipo de partido sea, el Chicharito sigue anotando y demostrando que debió ser el "9" indiscutible en Sudáfrica.

¿Cuál es el verdadero nivel del Tri?
Les dejo una reflexión final. Después de los últimos meses, México tiene que darse cuenta de cuál es su nivel real dentro del continente y estar consciente de que si tuviera que eliminarse con equipos de la Conmebol se perdería más de un Mundial.

En Sudáfrica, Uruguay demostró ser superior, y estamos hablando del equipo que terminó quinto en Sudamérica y debió acudir al repechaje para clasificar.

El pasado 5 de septiembre Ecuador le ganó sin atenuantes 2-1 y en suelo mexicano.

Tres días después Colombia le puso en aprietos y solo un gol de Elías Hernández sobre la hora salvó los muebles. El miércoles Venezuela le dejó en evidencia durante varios pasajes y por primera vez le arrancó un empate. La Vinotinto nunca ha ido a un mundial y mucho tiene que ver el cruzarse cada cuatro años con Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Chile. Ante los cuatro rivales sudamericanos antes mencionados México jugó con sus mejores hombres y no demostró ser superior.

Creo que jugadores, cuerpo técnico y sobre todo algunos periodistas siguen pecando de un desconocimiento de la realidad que se puede interpretar como soberbia. Subestimar a los rivales menos laureados del continente es solo un escudo para tapar la falta de interés en conocer el nivel real de sus jugadores y así afrontar los partidos con mayor responsabilidad. Con un sector del periodismo ocurre lo mismo. Es más fácil hablar todos los días de la "fiesta" del Tri y criticar cada movimiento de la federación, que mirar partidos, leer crónicas internacionales y conocer los equipos a los que México enfrentará. Si se animaran a hacerlo probablemente podrían brindarle al aficionado una idea más auténtica de los logros a los que puede aspirar su selección.

La noche del 2 de junio de 2010 quedará por siempre en mi memoria. No porque haya podido ver a un venezolano lanzando un juego perfecto. Todavía recuerdo la emoción que me produjo el juego sin hits ni carreras que consiguió Wilson Álvarez en 1991, apenas en su segunda salida como abridor en las mayores. Pero lo de anoche fue diferente.

Parece mentira, pero después de un inicio de temporada con dos juegos perfectos (Braden y Halladay), el juego sin hits de Ubaldo Jiménez y tantos pitchers que acariciaron un no-hitter (Sabathia, Matsuzaka, Garza); la hazaña en sí de Armando Galarraga me impresionó, cierto, pero lo que me conmovió realmente fue todo lo que vi después de la jugada que debió ser el out 27.

Armando Galarraga
APArmando Galarraga recibió un Corvette previo al juego del jueves por su 'casi perfecto'

Cuando escuché las palabras de Armando en el clubhouse, después de que injustamente le arrebataran de las manos la hazaña más grande que puede conseguir un lanzador, se me aguaron los ojos. Ahí estaba, con la misma sonrisa con la que terminó su obra maestra y disculpando al hombre cuyo error le alejaba de los libros de la historia.

"En este instante él se debe estar sintiendo peor que yo", dijo Galarraga sobre el árbitro Jim Joyce quien, momentos antes, había acudido al encuentro del lanzador venezolano para disculparse por su falla. Y Armando continuó mostrando su nobleza ante los micrófonos de los periodistas que cubrieron el juego. "Nadie es perfecto… todos somos humanos y a veces tomamos decisiones equivocadas… yo lo entiendo".

Galarraga prosiguió a describir el momento en el que Joyce le mostró su arrepentimiento. "Él tenía los ojos llorosos… no tuvo que decir mucho, su lenguaje corporal hablaba por él… sólo nos dimos un abrazo".

Sus compañeros parecían sentirse más frustrados que el propio lanzador. Miguel Cabrera se llevaba las manos a la cabeza. La misma reacción tuvo desde el dugout Justin Verlander, el último lanzador de los Tigres en lanzar un no-hitter. Después del último out, el receptor Alex Ávila subió a la lomita y abrazó a Galarraga que lucía desconsolado.

"Mis compañeros me apoyaron… celebramos como si lo hubiera conseguido", dijo el cumanés.

Y cerró con una frase que jamás olvidaré. "Yo sé que lancé un juego perfecto y algún día se lo voy a mostrar a mi hijo… quizás no esté en los libros pero yo le voy a decir a mi hijo: hey, una vez lancé un juego perfecto… puede que no esté en los libros pero le mostraré el CD".

Por eso hoy no quiero concentrarme en el error de Jim Joyce, ni en la necesidad de ampliar el uso de la repetición instantánea en el béisbol. Prefiero recordar este día por la nobleza de un venezolano que, cuando las circunstancias parecían darle el derecho a reaccionar de manera agresiva, nos dio a todos una lección grandeza humana.

¡Gracias Armando!, me recordaste que no es por los no-hitters, los golazos o los records que amo el deporte, es porque a veces, sólo a veces, saca lo mejor de la esencia del ser humano.

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