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¿Quién se va primero: Fredi González o Joe Girardi?

Pasado el primer mes de la temporada, varios managers están sentados en una silla caliente, tras el arranque desastroso de sus respectivos equipos.

Las gerencias lo primero que hacen es cortarle la cabeza a los directores, en busca de revertir el mal comienzo y desde ya hay suenan dos candidatos principales a quedar sin trabajo en las próximas semanas: Joe Girardi (Yankees de Nueva York) y Fredi González (Bravos de Atlanta).

La pregunta es quién se irá primero.

Los Bravos, con el peor récord de todas las Grandes Ligas (7-20 hasta los juegos del miércoles 4 de mayo), parecen los más desesperados y ya se habla de Bud Black, ex manager de los Padres de San Diego, como posible sustituto del cubano González.

Atlanta tiene la peor ofensiva de todas las Grandes Ligas, con average colectivo de .224, 83 carreras producidas en 27 partidos y apenas seis cuadrangulares, único equipo con menos de diez bambinazos.

El pitcheo no anda mucho mejor y figura en el lugar 26 entre los 30 conjuntos de las Mayores, con efectividad combinada de 4.84.

Pero los Bravos no fueron construidos este año para competir, sino simplemente para completar un calendario de 162 juegos, pues la franquicia está en modo de austeridad, a la espera de inaugurar su nuevo estadio la próxima temporada.

Con las piezas que tiene, González no puede hacer mucho más y en su caso, no sería justo mandarlo a la calle después de hacer el "trabajo sucio" de soportar estoicamente los golpes, cuando la gerencia decidió no reforzar la capacidad competitiva del equipo.

Simplemente, las cosas le están saliendo a los Bravos de la manera que se esperaba, de la forma en que se planificaron y cualquier otra exigencia sería pedirle peras al olmo.

La cuestión cambia en el caso de Girardi.

Luego de llevar a los Yankees a la postemporada en el 2015, las expectativas eran mucho más altas, aun cuando eran conocidas las lagunas de un equipo envejecido, atado a contratos disparatados que impiden a la gerencia gastar a manos llenas como en los tiempos del difunto George Steinbrenner.

Los veteranos tienen un año más y el tiempo les está pasando factura. La producción de carreras es la penúltima de todo el béisbol, sólo mejor que la de los Bravos.

Alex Rodríguez es su máximo jonronero e impulsador, con cinco y 12, respectivamente, pero bateaba para un anémico average de .194 antes de irse a la lista de lesionados por 15 días.

Mark Teixeira, Chase Headley y Didi Gregorius son outs casi seguros cada vez que van a batear y el peso ofensivo está recayendo principalmente en Brian McCann y el dominicano Starlin Castro, uno de los pocos refuerzos que tomó el equipo en el invierno.

Pero peor ha sido su pitcheo, ya que tiene efectividad de 4.54.

Con la sorpresiva adquisición del cubano Aroldis Chapman, los Yankees tienen al que puede ser el trío de relevistas más dominante de la historia, junto al dominicano Dellin Betances y Andrew Miller.

Chapman regresa de una suspensión el 9 de mayo, pero para que él, Miller y Betances puedan hacer su trabajo, necesitan tomar el juego con ventaja, algo que los abridores no han podido hacer casi nunca.

Solamente C.C. Sabathia tiene más de un triunfo en todo el staff de lanzadores y el japonés Masahiro Tanaka exhibe un buen promedio de 2.87.

Los otros tres abridores (Nathan Eovaldi y los dominicanos Michael Pineda y Luis Severino) trabajan de manera combinada para 6.04, con 55 limpias en 82.1 innings.

Como mismo Atlanta está en un compás de espera, hasta que tenga listo su nuevo estadio, los Yankees están haciendo acopio de paciencia hasta que puedan salir de tantos veteranos sobrepagados, antes de volver a abrir la billetera y conformar un equipo joven y competitivo.

Pero si el viejo Jefe estuviera vivo, con ese balance de 9-16 y en el sótano divisional, posiblemente ya Girardi estaría aplicando para beneficios por desempleo.