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¡Aguas, México! La MLS encontró su eslabón perdido

LOS ÁNGELES -- Nunca digas nunca. Jamás pensé escribir esto. Porque siempre he pensado que quienes aseguraban que la Major Soccer League (MLS) ya le ruñía o roía los tobillos a la eterna adolescente Liga MX, eran una horda de bobalicones oportunistas y ansiosos de una de esas invitaciones todo pagado que hace eventualmente la liga estadounidense.

Sigo pensando lo mismo de esos papanatas advenedizos, pero la MLS anunció este lunes el gran hallazgo de su eslabón perdido: una nueva liga, que sería el equivalente a una Segunda División.

Cierto, existe la United Soccer League, pero es como una competencia alterna. No un puente hacia la MLS, sino más bien una isla, o un apéndice, pujante, sí, esforzado, también, pero en desventaja y en conflicto con la MLS.

¿Y qué tiene de maravillosa una Segunda División, se preguntará Usted? Pasa a ser precisamente el descubrimiento del eslabón perdido en la MLS, aunque sólo, y sólo si en verdad cumple con la esencia del proyecto.

Revisemos la Segunda División de México, que pasó a ser después la Liga de Ascenso y hoy es un dizque, un estanque llamado Liga de Desarrollo o Liga de Expansión, y que ha pasado a ser, en verdad una liga de regresión.

Históricamente, la Segunda y Tercera División de México, habían sido, en la mayoría de los casos, una cueva de facinerosos, que perpetraban todo tipo de delitos, no sólo deportivos, sino fiscales y financieros.

Las historias usted seguramente las sabe. Ejemplos sobran de cómo, perfumados con dineros de muy dudoso origen, se consumaban todo tipo de triquiñuelas.

1. Dueños vinculados al narcotráfico.

2. Apuestas clandestinas.

3. Clubes propiedad de promotores.

4. Contubernios entre representantes, entrenadores y directivos.

5. Falsificación de contratos.

6. Apoyos gubernamentales para lavado de dinero.

7. Fósiles de futbolistas que compartían su sueldo con entrenadores o directivos para ser contratados.

8. Presiones, amenazas o sobornos a cuerpos arbitrales.

9. Arreglo de partidos.

Estos y otros vicios de las divisiones de ascenso en México, eran un secreto a voces. La Primera División lo sabía, y hasta veladamente, sus clubes, eran socios, cómplices o víctimas de todas estas maniobras.

Presiones fiscales, gubernamentales y un extraño sentido de honorabilidad, llevaron a la Federación Mexicana de Futbol, a tratar de sanear esos albañales balompédicos llenos de podredumbre.

Ciertamente la versión actual de la Segunda División en México, está ya alejada de algunas de esas prácticas. Pero no ha logrado extirparlas ni todas, ni totalmente. No es fácil desarraigar lo que ha estado enraizado desde siempre.

Obviamente, en esta nueva liga de la MLS, que aún no tiene nombre y que arrancará en marzo de 2022, no cabrán este tipo de tropelías y fechorías. El propio espectro de vigilancia extrema del gobierno estadounidense, dedica especial escrutinio a este tipo de empresas.

Por ejemplo, con sólo correr un número de Seguro Social, saltarán en las computadoras todos los antecedentes de cada inversor en los 20 equipos de esa nueva liga. No habrá sorpresas, y si hay alguna manzana podrida, al tiempo quedará expuesta. Además, la propia MLS ya hace una investigación sobre los aspirantes.

Por otra parte, la MLS ha visto crecer el número de equipos y la cantidad de aficionados. Además, la presencia del futbol ha aumentado: en 2018, se detectaron 11.41 millones de personas, de seis años en adelante, practicando este deporte en EEUU, de acuerdo a cifras de la empresa Statista.

Las cifras anteriores, son sólo de futbol en canchas abiertas. En el futbol bajo techo, en 2018, 5.23 millones de personas, de seis años en adelante, jugaban futbol.

A lo largo de diez años (de 2009- 2010 a 2018-2019), siempre conforme a estudios de Statista, se incrementó en 67,238 el número de participantes a nivel preparatoria, de 391,839 a 459,077 jugadores varones a ese nivel educativo. En los niveles de secundaria y primaria, las cifras porcentuales son aún superiores.

Además, Statista presenta una referencia puntual: el incremento porcentual entre hombres y mujeres en preparatoria, en ese mismo lapso, fue superior entre los varones: aproximadamente un 15 por ciento de crecimiento, por cerca de un 10 por ciento entre el futbol femenil, que, ya se sabe, a nivel mundial, es la mayor potencia, a pesar de la inestabilidad de su liga.

Si acaso alguna estadística de la empresa Statista preocupa a la MLS, sería esta: en una encuesta, durante noviembre de 2020, el 54 por ciento de los hispanos entrevistados, dijo no tener interés en la liga estadounidense. Obviamente el 46 por ciento restante de los latinos, no es indiferente a la competencia.

Visto así, la MLS encontró el eslabón perdido en esa cadena de desarrollo del futbol. Ese puente urgente, en una nación en la que el futbol empieza a rivalizar, no en presupuesto, pero si en participación, asistencia y teleaudiencia, con deportes como el hockey, aunque siempre debajo de futbol americano, basquetbol y beisbol.

En el estudio de Statista, en encuesta desarrollada durante 2020, un año de paralización casi mundial en deportes, un 13 por ciento de los entrevistados, entre los 18 y 29 años, aseguró “ser un ávido fanático” del futbol, y un 22% dijo estar interesado de alguna manera en este deporte.

¿Basta esto para preocupar al futbol mexicano, en especial a su Liga y a su selección nacional? Queda claro que la MLS y la USSoccer intentan generar un plan de desarrollo y transición en el futbol, libre obviamente de procedimientos delincuenciales, como ocurría, y posiblemente, en menor medida, siga ocurriendo en el balompié mexicano.

Aunque la desaparecida y muy efímera Liga del Balompié Mexicano, es un botón de muestra de todos los pecados que la extinguieron, casi recién nacida, cada vez, necesario reconocerlo, hay más atención y fiscalización a cómo se operan algunos clubes en México. Claro, hay muchos con esqueletos en el armario.

Además, mientras sigue proliferando, de manera indiscriminada, la llegada de jugadores extranjeros de paupérrima calidad, la nueva liga de la MLS, tendrá filtros muy estrictos para quienes formen parte de ella, empezando por la edad, para que se convierta en foco de crecimiento, sin fósiles que provoquen estancamiento.

¿A favor de México? Su pasión por el futbol. Su interpretación del futbol. El jugador mexicano, de origen, tiene facultades, habilidades, vivacidad, picaresca, y la capacidad de resistencia de raza, que le abonan parte de su competitividad.

Esa capacidad técnica y habilidosa para jugar al futbol, no se adquiere de la noche a la mañana, pero se aprende a lo largo de los años. El ejemplo es el futbol europeo, que ha pasado de ser, durante décadas, burdo, tosco, rústico, a consumar una evolución global de calidad técnica agregada a la capacidad atlética.

Alguna vez, Jorge Vergara sintetizaba el proyecto fallido, desastroso de Chivas USA: “Queremos detectar al jugador con la esencia nuestra, mexicana, latina, pero con la alimentación,la organización y la cultura de ganar que existe en Estados Unidos”. Cierto, al final, aunque sonaba maravilloso, todo fue un fracaso rotundo, pero por otras cuestiones.

Con la numerosa participación de descendientes migrantes, en una nación con semejante heteroetnicidad como la de Estados Unidos, tal vez finalmente, con esta nueva liga, Estados Unidos consume su proyecto: encontrar un Maradona entre tantos argentinos radicados en el país. O un Hugo Sánchez entre tantísimos mexicanos. O un Mágico González entre los salvadoreños de segunda o tercera generación. O un Enzo Francéscoli entre los descendientes de uruguayos. O un Pibe Valderrama entre los colombianos. O un Teófilo Cubillas entre los peruanos.

Lógico, si el proyecto funciona, requerirá de al menos seis o siete años, para ver frutos con mayor claridad, con futbolistas nacidos y criados en Estados Unidos. Pero, al menos dio el primer paso, mientras en México, ese puente transicional, la Liga de Expansión, sigue con muchos de los vicios de sus mafiosos predecesores.

¿Aguas, México? Sí, es tiempo de que la FMF se preocupe. Y que en lugar de esconder la basura bajo la alfombra, de una vez por todas, la arroje a su desecho de productos tóxicos. El problema es quién cerraría ese pestilente resumidero.

Pero, mientras la MLS pretende hacer negocio desarrollando el futbol, la FMF y sus clubes, eligen hacer negocio, aunque prostituyan al futbol.