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Expectativa y resultado incierto para Linares vs García

Jorge Linares, hace cinco años, pasó por dos derrotas dramáticas. El 15 de octubre de 2011 fue noqueado en el undécimo asalto por Antonio DeMarco, y el 31 de marzo de 2012 sufrió otro KO, esta vez en el segundo round, a manos de Sergio Thompson. Fue una experiencia terrible y, como a cualquier figura de su nivel, las caídas le obligaron a revaluar su continuidad en el boxeo.

Desde entonces, Linares hizo ajustes tanto adentro como afuera del ring y empezó una nueva historia. Ganó once peleas consecutivas y se consolidó como un campeón legítimo entre los ligeros. Esa legitimidad la logró tras sus dos victorias sobre Antonhy Crolla, pero también lo hizo a través de la superación constante que ha mostrado en su boxeo.

El venezolano, que ganó con total autoridad la revancha directa contra el ex monarca británico de la AMB, nos ha enseñado una madurez en la calidad de su boxeo, que no suele ser algo común en un pugilista con tanto recorrido: 31 años, 45 peleas y casi quince años de carrera.

Los dos combates contra Crolla fueron como un laboratorio donde Linares perfeccionó su boxeo y se proyectó hacia el futuro, rumbo a los duros desafíos que le aguardan en lo inmediato. Entre ellos, un duelo de unificación de los títulos ligeros (AMB-CMB) contra Mikey García que puede determinar su ingreso a un selecto grupo de campeones de elite. Lo que yo le llamo “las Grandes Ligas del Boxeo”.

Pero, antes de imaginar esa batalla, es necesario explicar el valor de los ajustes que realizó Linares y la inteligencia de su aplicación. Porque todos, sin excepciones, esperábamos que en la revancha de Manchester contra Crolla se viera una guerra parecida a la del primer combate, con Linares asumiendo el intercambio, permitiendo a Crolla entrar al espacio corto y aceptando allí el tú por tú. Como si el venezolano hubiera querido matar los fantasmas de los KOs ante DeMarco y Thompson. Soportando golpes para mostrar que su barbilla no es aquella porcelana que muchos imaginaron. Por ello, la primera pelea fue una guerra.

Pero en la revancha cambió el dibujo de su estrategia. Un cambio que, en parte, tuvo como objetivo pensar en la eventual batalla contra Mikey García, como lo reconoció el propio Linares luego de la pelea en Manchester. Y el examen fue salvado con la máxima nota por parte del campeón ligero de la AMB. Linares, esta vez, no permitió la pelea en corto, manejó su ofensiva variando con el jab desde su mejor distancia y colocando golpes largos por afuera aprovechando su mejor velocidad. Por momentos, el venezolano se apoyó en esa velocidad para entrar, golpear y salir, luego de impactar a Crolla con buenas combinaciones.

Con ese plan, no solo frustró a su rival que nunca pudo encontrar el ritmo ni la distancia, también se permitió lastimarlo con su golpeo y hasta mandarlo a la lona en el sexto episodio. Algo que también surge de esas mejoras en el boxeo de Linares, la contundencia.

LA PELEA DESEADA CONTRA MIKEY GARCIA
La victoria no solo fue una demostración de superioridad, también fue un ejemplo de superación y un mensaje a sus próximos rivales: “Linares va por más”. Y en camino a ese “más”, el primer puerto es el campeón CMB, Miguel Ángel “Mikey” García. ¿Puede ganar ese combate Linares o aún no le alcanza con las mejoras en su boxeo? Ni una cosa ni la otra. La novedad no pasa por el incremento de su chance de victoria, la novedad es que Linares rompió con todos los pronósticos y dejó en blanco el favoritismo previo del californiano García. Su demostración ante Crolla nos obliga a revisar todas nuestras predicciones y la primera conclusión es que no será fácil avizorar un posible resultado para esa pelea aún sin fecha de realización.

Entre los campeones actuales, Mikey García es uno de los más inteligentes. Su boxeo es completo, tanto en desempeño táctico como en capacidad defensiva, efectividad de golpeo y contundencia ofensiva. Linares no se queda atrás en esos rubros, de acuerdo con las mejoras que ha venido mostrando pelea a pelea. Y la estrategia elegida para vencer a Antonhy Crolla comienza a condicionar el plan que elija García.

El californiano siempre maneja sus planes de pelea de acuerdo con el rival y tanto puede poner presión continua arrollando a su rival como lo hizo en su última pelea contra el montenegrino Dejan Zlaticanin, como decide trabajar mayormente desde afuera como lo hizo ante Juan Carlos Burgos en el 2014 o va alternando las dos opciones como en su victoria sobre Román Martínez en noviembre del 2013. En una eventual batalla contra Linares, las opciones se reducen para el campeón CMB.

Linares mostró que puede esperar, bloquear de manera efectiva las rectas que le llegan por adentro, variar de guardia izquierda a derecha o viceversa, quitarse combinaciones sorpresivas con el cuerpeo cada vez que el rival le rompe la distancia y al mismo tiempo responder con contundencia en el contragolpe. Con ese expediente, Román Martínez lo puso en la lona en el mero segundo asalto. Parece que Linares le apostará a repetir en toda la pelea, ese breve momento positivo del boricua cuando enfrentó a García. Las presunciones sobre la Linares vs. García han mudado y también mejoraron las expectativas. Lo cual es hoy la mejor noticia. El combate promete ser de resultado incierto, ya que se van a enfrentar un rival con experiencia y boxeo en ascenso (Linares) contra un oponente que parece superarlo técnicamente, pero que ha peleado dos veces en los últimos tres años, que no ha tenido oposición de su nivel en esas dos peleas y que se verá obligado a utilizar un solo plan de pelea: ir a buscar la batalla donde Linares parece más peligroso: esperando cerca de las cuerdas para enviar sus mejores trallazos de contragolpe.

La expectativa de una pelea que para Linares puede ser la del reconocimiento y para García la de la ratificación de sus condiciones, suma una perla más al gran 2017 que felizmente está viviendo el boxeo profesional.