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Texans confirman lo crítico que es acertar con el quarterback

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Con C.J. Stroud en los controles, Houston puede enfocarse con confianza en las otras carencias de su plantilla


En la historia de la franquicia de los Houston Texans, han elegido 10 quarterbacks vía draft. El que eligieron segundo en el orden en el Draft 2023 del pasado mes de abril es genuino.

No podemos decir que apenas es la primera vez que acierta Houston en la posición. En el 2017, dieron en el blanco con Deshaun Watson en el turno N° 12 global, aunque un montón de circunstancias fuera del campo de juego condujeron a que ya no formara parte de la franquicia; ahora, es quarterback de los Cleveland Browns.

Sin embargo, la selección de Stroud sí constituye, probablemente, la mejor selección del Top-3 que haya hecho la franquicia en su historia, donde han tomado a siete jugadores.

Escuchen, un partido no hace una carrera. Pero, el juicio que se emite en esta pieza no se basa únicamente en el partido de hoy. Tiene que ver con el modo en que Stroud se ha conducido desde su primer día en Houston, el modo en que se ha ganado a coaches y compañeros, y la actitud y profesionalismo que se traducen en uno de los quarterbacks novatos más pulidos de años recientes.

David Carr fue el primer recluta global en el primer draft de los Texans, en el 2022, y fue un fracaso enorme, en parte debido a lo débil de la plantilla a su alrededor. Houston invirtió, también, el primer turno global en los alas cerradas Mario Williams y Jadeveon Clowney, y aunque se puede decir que sus carreras están por arriba del promedio, se fueron de la organización lejos de ser considerados leyendas.

Stroud es el único jugador seleccionado segundo global por el club en su historia. El receptor abierto Andre Johnson --quien está en la discusión con J.J. Watt por el mejor jugador en la historia de los Texans--, el esquinero Derek Stingley Jr. y el linebacker externo Will Anderson Jr. son los otros jugadores elegidos por la organización con uno de los primeros tres turnos en su historia. Stingley se ha visto opacado por el éxito inmediato de Sauce Gardner con los New York Jets, mientras que Anderson ha tenido sus momentos como novato este año.

Pero, ninguno como Stroud.

Claro, el producto de Ohio State siempre va a ser comparado con el jugador elegido un turno antes que él, el quarterback Bryce Young de los Carolina Panthers. Recientes rumores han sugerido que coaches en Carolina también deseaban a Stroud, pero que el propietario David Tepper ordenó la elección de Young. El novato de los Panthers ha estado lejos del nivel de Stroud a lo largo de la campaña, aunque el único triunfo de Carolina en el año llegó, irónicamente, a expensas de los Texans, la semana pasada. Quizás Young sí se convierta en una respuesta definitiva para los Panthers, pero hoy día la incertidumbre es mayor en Charlotte.

El punto, es que la afición en Houston puede estar tranquila de que el futuro del club está en las manos consistentes de Stroud. Eso da lugar a que el equipo pueda dedicarse a edificarle una plantilla competitiva a su alrededor, sin que tengan que volver y volver a invertir recursos excesivos para responder a la pregunta más complicada que enfrentan los gerentes generales a lo largo y ancho de la liga.

Se suele decir que en la NFL, una mala elección con un turno alto de draft puede causar un rezago de un par de años para la franquicia, y más si se trata de la posición de quarterback. Un montón de equipos se ven obligados a regresar una y otra vez al pozo cada pocos años, en busca de un nuevo pasador al cual engancharle el título de "quarterback franquicia" o "quarterback del futuro", solo para verse decepcionados una y otra vez. Solo miren cuántas selecciones de primera ronda han sido pagadas por clubes como los Jets o Arizona Cardinals en la posición en los años recientes --por mencionar a un par de equipos-- sin que se haya respondido eficazmente a la necesidad de ese quarterback franquicia.

Ese círculo vicioso conduce a los equipos a pagar de más por prospectos. Los Pittsburgh Steelers pagaron por un turno de primera ronda por un pasador en Kenny Pickett que, en casi cualquier otro año, podría haber caído al menos una ronda completa en el draft. Y, aunque es prematuro emitir una sentencia respecto a su trayectoria, basta con mencionar que Stroud ya acumula más pases de touchdown que el pasador de Pittsburgh.

Hay un montón de razones por las que Stroud puede terminar siendo exitoso, o no, en Houston y en la NFL en general. Muchas de esas razones están fuera de sus manos. Los reclutas altos en el draft no eligen por quién serán dirigidos, ni cómo se conforma el elenco que les rodea. Quarterbacks veteranos con un recorrido extraordinariamente ganador tienen voz en estos asuntos, pero son casos muy aislados.

Sin embargo, Houston ha sumado una piedra angular a su proyecto de reconstrucción, y eso es más de lo que pueden presumir otros equipos, incluyendo a los Panthers, que pudieron tomar a Stroud en lugar de Young. Lo de hoy, para el novato de Houston, no puede minimizarse.

Acertar en la posición más importante del juego con un turno alto de la primera ronda equivale a avanzar dos casillas en el tablero, y allí es donde se hallan los Texans. El camino por delante es todavía largo, pero un buen comienzo es fundamental. Mientras otras organizaciones se atascan en la fase de las preguntas --¿Es Jordan Love, Anthony Richardson, Justin Fields, Mac Jones, Kyler Murray, Daniel Jones la respuesta que buscamos? (por mencionar algunos)--, Houston puede avanzar con certeza a ocuparse de las otras secciones de su plantilla, muchas de las cuales son decididamente vulnerables.

Houston, tenemos quarterback.