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Superclásico copero

Fotobaires

BUENOS AIRES -- Esta vez no juegan por nada. En el torneo local, los dos están lejos de la pelea por el título. Y con todos los cañones apuntando a la Copa Libertadores. Pero lejos de ser un partido tranquilo (es cierto, el superclásico nunca lo es), este choque tendrá el especial condimento de jugarse unos días antes del arranque de los octavos de final, con todo lo que eso implica.

Tanto Boca como River tienen como prioridad el certamen continental. Los Xeneizes porque no lo ganan desde 2007, con aquella extraordinaria participación de Juan Román Riquelme; los Millonarios, porque son los defensores del título y llegan con chapa de candidatos y de equipo copero.

Está claro: una cosa es llegar al cruce de octavos luego de ganar el clásico, y otra es enfrentar esa instancia tras perderlo. En lo anímico los dos se juegan mucho, y por eso los entrenadores no dudaron: tanto Guillermo Barros Schelotto como Marcelo Gallardo pondrán lo mejor, pese a que hace pocas horas vienen de disputar el último partido de la fase de grupos y, en la semana, volverán a jugar (Boca contra Cerro Porteño, River contra Independiente del Valle).

¿Cuál llega como favorito? Da la sensación que el Boca del Mellizo pasa por un mejor momento que su rival. En los últimos partidos, empezó a verse la mejor versión xeneize desde que asumió Guillermo: la victoria clave contra Racing por la Copa fue el inicio de una racha de victorias que ilusionan.

El último partido que disputó cada uno, también, sirve como muestra. Ambos enfrentaron a rivales ya eliminados, pero mientras Boca goleó con autoridad y momentos de buen fútbol al Cali, River dejó muchas dudas contra el humilde Trujillanos, que con un hombre menos le hizo dos goles y desnudó las falencias de mitad de cancha hacia atrás.

El último choque que los tuvo frente a frente fue un opaco empate en el Monumental, donde River fue un poco más ante un Boca que estrenaba técnico en el certamen. Hoy, el Boca de Guillermo tiene más rodaje, mientras que el River de Gallardo busca recuperar la memoria del equipo que se consagró campeón de la pasada Libertadores.

Lo cierto es que en La Bombonera se vivirá un nuevo capítulo de esta historia, pero no uno más: se trata de la primera visita de River luego del triste episodio del gas pimienta, cuando el Panadero y un puñado de ¿hinchas? agredió a los jugadores millonarios mientras salían a jugar el segundo tiempo. Tras ese incidente Boca fue eliminado por la Conmebol del torneo, y luego el clásico rival se consagró campeón.

Ahora, se escribirá una nueva historia. Es cierto, el partido se juega por el torneo local. Pero la Libertadores estará más presente que nunca.