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Mi trío de candidatos sigue en carrera

ESPN.com

BUENOS AIRES -- Cada uno a su manera, mis tres grandes candidatos a ganar la Champions League se metieron en cuartos de final. A un París Saint Germain cada vez más maduro se le sumaron, esta semana, un Barcelona que no afloja el ritmo y un Bayern Munich que coqueteó con la eliminación pero que fue un justo clasificado.

Como del PSG ya hablamos la semana pasada, empecemos por los alemanes, que junto a la Juventus brindaron la serie más emocionante de todos los octavos. Y como primer elemento de análisis, para quienes creen que una victoria de los italianos hubiera sido una sorpresa, les recuerdo que son los subcampeones de la última edición.

Con ese realismo característico del calcio, la Juve planteó muy bien el partido y aprovechó al máximo sus oportunidades, convirtiendo dos goles y viendo cómo le anulaban un tercero que había sido legítimo.

Entre la contundencia del visitante y las ventajas que daba la defensa bávara, los tres goles de diferencia hubieran sido merecidos en ese momento. Lamentablemente, los árbitros se equivocaron, algo que cuando hay alemanes involucrados suele ser siempre a su favor. Nada que no conozca en primera persona desde 2001, cuando perdimos con Boca la final de la Intercontinental ante el mismo Bayern Munich con algunos fallos cuestionables.

Pero mejor volvamos al partido y a una cuestión que suele ser el punto débil de un equipo tan frontal como Bayern Munich. Cuando se pone tanta gente en ataque es lógico que haya menos para defender. Y se paga el precio, como en el 0-2, cuando enfrente hay hombres capaces de una corrida tan larga y con tanto control como la de Morata, o de una definición con la cabeza tan fría como para hacer la pausa y buscar el hueco en el primer palo como lo hizo Cuadrado. Un punto para que Guardiola tome nota de cara a rivales que serán a cada paso más exigentes...

Por suerte para Bayern, Juventus terminó metiéndose demasiado atrás en el complemento. Aun así, no pudo generar muchas chances pese a adueñarse de la posesión, y solamente una aparición salvadora de Müller en el descuento, su primer aporte en todo el partido, le permitió llegar al alargue.

Lo cual nos lleva a otro pequeño detalle que terminó siendo decisivo, como suele pasar en estos duelos entre grandes equipos, que se deciden por cuestiones mínimas. La jugada del 2-2 nace de un error conceptual de Evra, que intenta salir jugando cuando todo lo que tenía que hacer era buscar a un compañero más adelantado, para así alejar la pelota de zona de riesgo.

El capricho de salir jugando desde cualquier lado y en cualquier ocasión termina hipotecando un partido. Un jugador de primer nivel tiene que ser lógico como para entender las consecuencias de estas elecciones: si la situación no se presta para salir con la pelota al pie, lo mejor que puedo hacer es tratar de habilitar a un compañero más alejado. En el peor de los casos, perdiendo la posesión, el rival empieza desee lejos y el que metió el pelotazo queda de frente a la jugada.

Por si les quedan dudas, les hablo como delantero: ¡lo que más me gustaba cuando un defensor tenía la pelota era que tratara de salir jugando! Así me daba una chance de recuperación y de agarrar a su equipo mal parado. En cambio, si veía que la pelota me pasaba por arriba y se alejaba, sabía que iba a pasar más tiempo y se iba a necesitar más elaboración para volver a quedar de cara al arco.

De cualquier manera, creo que en los 240 minutos Bayern fue más: tuvo un primer tiempo arrollador en Turín, capacidad de recuperación en el segundo tiempo en Munich y resto para liquidar la serie en el alargue. Pese a lo ajustado de la victoria y a haber estado muy cerca del adiós, sigo creyendo que está por encima de todos con excepción de PSG y Barcelona.

Justamente, Barcelona sigue sumando triunfos sin despeinarse. Se sacó de encima a un Arsenal que parece haber llegado a su techo, incluso en la Premier, y lo hizo con una contundencia que de tan repetida ya deja de asombrar.

Es que este Barcelona es probablemente el mejor de los que hemos visto. Así como es de punzante, lo es de equilibrado. Rara vez queda expuesto, pero incluso si lo hace, tiene tanto poder adelante que le sobra margen para equivocarse.

Y por eso la sentencia sobre que esta versión supera a las anteriores. No solamente porque luce más sólido atrás y sumó opciones de juego para no caer en una posesión monótona y horizontal pero sin penetración. El trío ofensivo con el que cuenta le permite darse el lujo de que el mejor jugador del mundo muchas veces dé un paso al costado y deje que sus dos laderos sean protagonistas principales.

En ese sentido, hasta Messi es una versión mejorada del que se viene luciendo hace una década. Tiene más madurez sin haber perdido explosión, y eso hace que se corra a un costado para permitir el lucimiento de Neymar y Suárez, que suman goles y protagonismo a la par de la gran estrella. Como alguna vez dijimos, seguramente se lleven muy bien afuera de la cancha, lo que permite que trasladen esa relación al campo de juego. > > En definitiva, Barcelona sigue avanzando sin contratiempos y se hace difícil pensar que haya muchos equipos capaz de superarlo, sobre todo en dos partidos consecutivos.

En las otras dos series de esta semana, También reinó la lógica, aunque ni Manchester City ni Atlético Madrid marcaron las diferencias que uno hubiera pensado de antemano.

De cualquier manera, sigo creyendo que detrás de mis tres candidatos, el equipo de Simeone es el adversario más riesgoso para enfrentar en cuartos, incluso por encima del Real Madrid. Puede que su fútbol no sea muy agradable, pero es un equipo convencido de lo que quiere, que generalmente logra su propósito de llevar los partidos al terreno que le conviene, y nadie querrá encontrárselo.

Con lo cual llegamos al último punto previo a conocer las series: me gusta el sorteo abierto porque siempre deja algo de misterio. Hasta Wolfsburgo y Benfica, los que completan el lote de los ocho, pueden ilusionarse con un cruce entre ellos y una hipotética semifinal.

Como dije la semana pasada, solamente espero que Barcelona, Bayern Munich y París Saint Germain caigan en series distintas, para tener unas semifinales de lujo con los mejores equipos del momento.

Felicidades.