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Renovarse o seguir igual

MÉXICO -- Renovarse o seguir en lo mismo, igual, como hasta el momento la Selección Mexicana en la Copa del Mundo.

Las estadísticas más recientes del Tricor dicen que avanza a los octavos de final con empate, victoria y derrota y que enseguida sucumbe porque siempre el rival en turno es de mayor jerarquía y da muestras de más personalidad, tino para hacer goles y hasta fortuna; y esa pinta, sin duda, hoy la posee Argentina, pero nada está escrito aún; si no que lo diga el actual campeón, Italia, que ya se fue.

Por supuesto, las palabras no valen cuando en la cancha no se demuestra, y el equipo que dirige Javier el Vasco Aguirre debe reunir un cúmulo de aspectos en su futbol para que a la hora de la verdad las cuentas le resulten y empiece a hacer historia, como es la intención de todos en el plantel.

Hacer el partido perfecto el domingo es lo conducente, aunque pocas veces se da en un equipo, sobre todo jugando un Mundial. Sin embargo, a ello debe apostarle el Tri, aunque no basta con decir como muchos de los jugadores: "Tenemos manos y piernas como ellos...no vamos a cargarlos...", pero la intención cuenta mucho y no es romanticismo. Los chicos se han hecho grandes empezando por la buena intención.

Pero para ir en su busca no se admiten titubeos ni bajones en los 90 minutos; México ya debe pasar de todo eso, aunque todavía andan por ahí rondándoles y a las pruebas nos remitimos.

El Tricolor pareció ir de menos a más en Sudáfrica 2010. Le empató al anfitrión (1-1), con todo lo que ello significa, luego de haber jugado mejor, al margen de que sus propios errores le hubieran dejado como el derrotado.

Contra Francia se hizo el mejor encuentro (2-0); se crearon ocasiones de gol y se metieron los necesarios; defensivamente, los pupilos del Vasco Aguirre fueron ordenados, seguros en su toma de decisiones. La determinación del equipo, la convicción de su futbol fue evidente. Su victoria fue justa a todas luces, aunque como dice Miguel el Piojo Herrera, cuando Sudáfrica también se impuso a los galos este juego ya no fue un parámetro para medir los verdaderos alcances del Tricolor.

Lamentablemente, el tercer encuentro ya no fue igual; hubo un retroceso en todas las cualidades que había presumido el equipo días antes. Dio la impresión de que hubo cierto menosprecio hacia Uruguay; como que México subestimó al contrario y cuando despertó del letargo ya tenía un gol en contra, los espacios que le había dado Francia ya no estaban ahí y su puntería no fue fina en las pocas llegadas que creó.

La exigencia fue mayor, sin duda, más allá de que el Tri hubiera confiado más en su historial contra los charrúas de vencerlos siempre.

Lo cierto es que ya es costumbre que el equipo mexicano sea cambiante, que vaya de lo alto a lo bajo y viceversa en poco tiempo. Pero esta vez el riesgo de quedar fuera del Mundial fue tal que hasta festejamos el gol de Francia en su juego ante el anfitrión.

Es inexplicable por qué no consigue mantener un mismo nivel; es inconsistente en su juego y responde de acuerdo al grado de concentración con el que salga al campo, que casi nunca es a tope.

Cuando hablamos de renovarse se trata de ponerle fin a los altibajos mentales y futbolísticos que en justas importantes enseña el Tri, lo cual de alguna manera provoca que casi siempre los mexicanos veamos sus partidos comiéndonos las uñas.

Pero la fe es lo último que se pierde, y así lo deben creer lo integrantes del Tricolor.

Reivindicarse contra Argentina es lo que todos quieren; a ver si les alcanzan sus armas.

Y por favor: ahora no vayan a pensar que el rival no tiene tanto como se dice, por haber vencido a rivales sin renombre (Corea del Sur, Nigeria y Grecia). Argentina hizo lo que tenía que hacer, lo que demandaba su jerarquía de potencia mundial para quedarse con los 9 puntos en juego.