BARCELONA -- El FC Barcelona, que este jueves presentó la maqueta del nuevo Camp Nou, está pendiente de reducir la deuda del club hasta los 200 millones de euros para poder comenzar las obras en la fecha prevista (mediados de 2017) y busca un patrocinador para dar nombre al estadio.
El club ha fijado, desde hace meses, sus ojos en Estados Unidos. Ya hubo una representación en el Super Bowl y se han llevado a cabo diversos estudios financieros con entidades depotivas de primer nivel en el país.
Y es en Estados Unidos donde se busca la financiación, a través del patrocinio dando nombre al Camp Nou, para acometer una obra que se presenta como "la más importante de los últimos 50 años" en el Barcelona.
Josep Maria Bartomeu, presidente azulgrana, puso énfasis en dejar claro que la obra "no pondrá en peligro el proyecto deportivo del Barça" y admitió que se trabaja en encontrar un socio, un patrocinador, que ponga su nombre al Camp Nou.
El costo total de la remodelación del estadio se calcula en torno a los 600 millones y el Barcelona aspira a que una empresa ponga sobre la mesa la mitad para dar su nombre al escenario en un patrocinio que se prolongaría al menos durante los próximos 20 años.
El club contactó a finales de 2015 con Van Wagner, una empresa estadounidense especialista en marketing deportivo con la que firmó un contrato por el cual ésta se compromete a presentar al nuevo patrocinador antes del comienzo de las obras.
Van Wagner es conocida por haber firmado diversos contratos de 'naming rights' con entidades deportivas, destacando el acuerdo por el que MetLife acordó pagar 400 millones de euros en 25 años por dar nombre al nuevo estadio que comparten los Giants y los Jets en Nueva York.
El Barcelona, lo confirmó Bartomeu este jueves, no podrá comenzar las obras en caso de no rebajar esta deuda que se calcula en la actualidad alrededor de los 330 millones de euros, pero existe el convencimiento de conseguir ese objetivo.
"Este es un sueño colectivo y lo vamos a llevar adelante con el máximo rigor", proclamó el presidente azulgrana, que apartó del plano la preocupación existente por el nivel de gastos que atenaza al club y que pone en duda el cómo se conseguirá rebajar esa deuda en el plazo de un año.