<
>

Barcelona hará oficial la salida de Quique Setién el lunes

BARCELONA -- El Barcelona de la catástrofe tratará de curar sus heridas a partir del lunes, cuando Josep María Bartomeu ha citado a sus directivos a una junta extraordinaria (no oficial todavía) en la que presentará un paquete de medidas urgentes entre las que destacan el despido de Quique Setién y el acuerdo de un calendario electoral, exigido en adelantar por todo el entorno del club y al que se sigue resistiendo el presidente.

La reunión será telemática, debido a que varios de los directivos están de vacaciones fuera de Barcelona, y continuará a sendos documentos económicos y deportivos que Òscar Grau y Eric Abidal debieran haber presentado a Bartomeu. El coste del despido del entrenador, las opciones para el banquillo y la situación actual de la plantilla, con las intenciones/posibilidades de renovarla a fondo de manera inmediata serán temas de discusión (o, más bien temas de los que el dirigente informará a los directivos), aunque se entiende que el de mayor calado y que sí provocará debate será el posible adelanto electoral.

La presión alrededor del presidente azulgrana y de todos sus colaboradores ha aumentado de forma exponencial en las últimas semanas y este mismo domingo está previsto un debate en TV3, la televisión catalana, en el que se tratará la crisis del Barcelona... Con la presencia anunciada de Víctor Font, Emili Rousaud y Toni Freixa, precandidatos a los comicios electorales, y la duda de su Joan Laporta se sumará finalmente al programa.

PRESIÓN ELECTORAL

Después de la última crisis directiva que se resolvió en abril con la dimisión de seis directivos, Bartomeu reforzó su posición de mando en la sala de juntas, confiado en que un final de temporada exitoso en el terreno de juego apartase del plano las cuitas en los despachos, pero si la pérdida del título de Liga revolvió los cimientos el hundimiento en la Champions acabó por provocar un seismo que ha arrastrado a todas las esferas del club. Su continuidad inmediata incluida.

Según los estatutos del Barcelona, las elecciones a la presidencia deben celebrarse, si se mantiene la normalidad institucional, a partir del mes de marzo de 2021, existiendo un plazo mínimo de 35 días entre la convocatoria y la celebración de los comicios.

Apenas unos minutos después de la debacle en Lisboa, y en continuación al duro discurso de Gerard Piqué, el entorno del club, desde opositores y hasta medios de comunicación cercanos a la entidad, clamaron por un adelanto electoral urgente, lo más inmediato posible... A pesar de que esta circunstancia se entiende, de entrada, altamente improbable.

Una dimisión en bloque de la junta directiva, con el presidente al frente, no se contemplaría antes de cerrar el ejercicio contable de la temporada 2019-20, afectada de mala manera por la crisis del coronavirus y que provocará unas pérdidas considerables (por encima de los 150 millones de dólares).

Salvar los números conjuntos de los últimos diez años es imprescindible, y se sostiene real, para no tener que utilizar los avales presentados personalmente en su día... Pero, además, abandonar antes de tiempo podría provocar que la junta saliente de las elecciones presentase una acción de responsabilidad en la asamblea, tal como la directiva que dirigía Rosell, y en la que estaba Bartomeu (quien votó a favor), inició contra la junta de Joan Laporta en su momento.

'Adelantar' las elecciones al mes de marzo se entiende como una decisión trampa, un brindis al sol dando a entender que se toman decisiones en este sentido, como reclaman distintos sectores del club, sin que en realidad sea la decisión, porque se entraría en el plazo estipulado.

La crisis institucional, ya sin duda la más grave que se recuerda alrededor del Camp Nou, se acompaña de la deportiva y económica, que van trágicamente de la mano y afectan a cualquier decisión que pueda tomarse, que se quiera tomar, respecto a la necesaria, inaplazable y, se teme, inabordable en su totalidad, renovación de la plantilla. Y de su dirección.

EL BANQUILLO

Ahí, de entrada, la caída de Setién es una realidad. Entre la junta supuso una decepción que el entrenador, en la propia sala de prensa de Lisboa, no hiciera ni un gesto que invitase a resolver su contrato.

Hubo quien recordó que en 2014, minutos después de perder una Liga frente al Atlético en el estadio, Gerardo Martino anunció su marcha en primera persona, renunciando al segundo año de contrato que tenía después de que en los días anteriores ya hubiera pactado una salida honrosa (remunerada). Esta vez, durante los días previos al partido frente al Bayern Bartomeu repitió que Setién tenía contrato para el próximo ejercicio y el propio entrenador no dio a entender, ni una sola vez, que pudiera replantearse su continuidad.

Tocará, de esta manera, negociar a toda prisa su rescisión, que no será en absoluto barata... Y elegir también con máxima urgencia un sustituto que se haga cargo del equipo en situación de absoluta debilidad, sabiendo que es una quimera apostar por su permanencia más allá del final del próximo ejercicio.

Entendiéndose imposible convencer a Xavi y provocando la candidatura de Mauricio Pochettino un gran rechazo, por más que sea el preferido del presidente y de Ramon Planes, adjunto de Abidal en la secretaría técnica, íntimo amigo del argentino y su máximo valedor, la figura de García Pimienta regresa a un escenario en el que ya ha estado en diversas ocasiones durante la temporada, la última de ellas horas después de perder la Liga.

Con Pochettino, además, se añade otra circunstancia no menor: Jugarse su prestigio a corto plazo en el Barça, el enemigo, podría perjudicar un desembarco futuro en el Real Madrid, banquillo que, se sabe, le tiene en mente hace años. Y... ¿Firmaría por una temporada o aceptando ser cortado en 2021?

Nada de ello se temería con García Pimienta. "Es un hombre de club y estará a lo que toque" se explica de él desde la propia entidad, donde se valora tanto su discreción como su buena mano con los jóvenes... Aunque, al menos en las anteriores ocasiones, su nombre fue despreciado por una secretaría técnica con la que no ha mantenido precisamente buen feeling.

También aparece el nombre de Ronald Koeman, eternamente ligado al club, que provoca posiciones encontradas por su fuerte carácter, ciertas dudas por su papel en el Everton y, también, suma la dificultad de negociar con la federación holandesa, con la que mantiene contrato como seleccionador hasta el final de la Eurocopa de selecciones del próximo año y que debería alternar con el Barça, un hecho que no se da en el fútbol de primer nivel desde hace muchos años.

¿Estaría Koeman dispuesto a firmar por un solo año o aceptar una cláusula que permitiera su despido en 2021? Es otra de las dudas que deberían ser despejadas... Y que empezarán a serlo a partir de este lunes en que aún podría aparecer el nombre de otro ntrenador, ya fuera Laurent Blanc, Massimiliano Allegri, Thierry Henry... poco esperado en el entorno del club.