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Alrededor de la Eurocopa: Benzema, el punto y aparte

SAINT MARTÍN DE RÉ -- ¿Racismo o justicia? Entre las voces que se han levantado en Francia para apoyar la denuncia de Benzema de que su no convocatoria para la Eurocopa es una cuestión de racismo y las que le han convertido en un muñeco al cual patear con el Frente Nacional de Le Pen al frente, existe otra Francia, menos ruidosa y, sin duda, más racional.

"Si no hubiese sido procesado por participar en una extorsión a un compañero, estaría en la Eurocopa. Con frecuencia observamos en el futbol que aquellos que son muy muy buenos no asumen su responsabilidad porque nadie se la pide, porque es necesario que jueguen, hagan lo que hagan...". Lilian Thuran, el futbolista con más internacionalidades en Francia (142 partidos) se rebela contra la imagen mártir de Benzema. Y su opinión no es una gota en el océano.

"Su argumentación de que no le convocan por racismo es pueril... Nos olvidamos que no fue convocado por estar implicado en un proceso judicial y no podemos entrar en su juego porque eso no hace más que restar credibilidad a quienes sí, de verdad, sufren y denuncian el verdadero racismo", explicó en una entrevista al diario El País el ex defensa campeón del Mundo y de Europa.

A Benzema se le empieza a caer el personaje a través de la denuncia de personas con el peso de Thuram. Y Benzema, quizá sin saberlo, se convierte en el punto y aparte en una sociedad que admirando a sus figuras deja de considerarlas intocables.

Hay quien dice que a corto plazo el futuro de Benzema no será mejor… Y quien recuerda ahora en Barcelona que ya hubo quien sospechó de él, cuando con 20 años formaba una sociedad excepcional con Hatem Ben Arfa en Lyon.

El 15 de abril de 2008, cuando Joan Laporta y Jean Michel Aulas habían pactado el traspaso de Karim Benzema del Olympique de Lyon al FC Barcelona por 30 millones de euros, Txiki Begiristain viajó a Francia para verlo en directo.

Y al cabo de dos días, de vuelta a Barcelona, desaconsejó la operación. Benzema marcó el gol con el que el OL derrotó al Metz y fue, como de costumbre, el mejor jugador del equipo que dirigía Alain Perrin... Pero el olfato le dijo a Begiristain que su fichaje no devolvería la tranquilidad que tanto necesitaba en aquel entonces el vestuario azulgrana.

Le visitó en su domicilio y descubrió una intimidad sorprendente: amigos que entraban y salían, teléfonos sonando por todas partes y Karim concentrado en un videojuego.

Cuando consiguió que le prestara atención vio como el jugador no le miraba con esos ojos brillantes que cualquiera pondría pudiendo fichar por un club como el Barça... Y echó al traste la operación, por más que disgustó a Laporta, que atendió a la responsabilidad de su entonces Director Deportivo.

Y es que a Karim hay quienes hace mucho tiempo le descubrieron un lado oscuro que tarde o temprano tenía que aflorar.