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Gerard Piqué y las dos Españas

Gerard Piqué, silbado en no pocos campos de España y especialmente señalado cuando juega en cualquiera de ellos con la camiseta de la selección, desatascó este lunes en Toulouse al equipo de Del Bosque… Y a su alrededor se mantuvo el debate.

Un debate tóxico, malintencionado y dirigido por campañas más interesadas en el mal ajeno que el bien propio y a manos de personas que no soportan que Piqué, Gerard, pueda ser guapo, rico y buen futbolista sin necesidad de alardear de ello. Claro que, encima, es catalán y del Barça. Y la suma de todo ello ya es inaguantable.

Desde un medio se llegó a proponer una encuesta en que la pregunta venía a ser ‘¿Le sabe peor la victoria de España por haber marcado Piqué?’. Hasta ese punto se puede entender la realidad social de un país en el que los extremos se tocan y los revanchismos no conocen el olvido. Ni el perdón.

No importa que Piqué, sin aspavientos ni grandilocuencias, haya expresado, cuando se le ha preguntado por ello, su identificación por la selección española. Lo ha dicho de palabra y lo ha mostrado de acción, pero una parte de España se siente más identificada futbolísticamente con su ‘cono-cido’ Arbeloa o con ‘tu dedo nos marca el camino’ que con Gerard o Guardiola, el entrenador con el que mejor podría asociarse el fútbol de la Roja.

Son legión los que, en silencio, no soportan que el rondo haya destronado a la furia y que celebraron efusivamente el fracaso de la selección en el Mundial de Brasil. Quisieron jubilar a Del Bosque de mala manera tal como hicieron con Luis Aragonés cuando tras el Mundial de 2006 renovó un vestuario en que se comenzó a hablar el idioma del Barcelona.

Y fue, es, a través de ello que se colocó a España en la cima. “No nos ha ido tan mal” bromeó Del Bosque desde Toulouse cuando se le inquirió por mantenerse fiel a ese estilo a pesar de los problemas en el partido frente a la República Checa e incidió en ello Iniesta.

“Persistiremos” dijo una vez Guardiola, dando a entender que el estilo era irrenunciable. Y ese estilo irrenunciable acabó instalándose en el camerino de una selección que alcanzó la eternidad con sabor catalán. Y eso, sí, no es bien recibido desde muchos sectores.

Se jubiló Puyol y lo hizo Xavi. Pero se mantiene Piqué. Y mientras Cesc, Alba o Busquets siempre se han mantenido muy al margen de cuestiones políticas, el que Gerard se haya manifestado sin esconderse a favor de que a Cataluña pueda expresar sus opiniones ha sido recibido como un ataque frontal a España.

Y así, en el nombre de España, crecen los separadores, los separatistas y los que aprovechándose de ello montan sus jolgorios particulares. ¿Les sabe peor la victoria de España por haber marcado Piqué?